miércoles, 8 de junio de 2022

Valles del Rin y del Mosela

Tercera etapa de nuestro reciente viaje en furgoneta al corazón de Europa.

Lunes, día 6 de junio
De camino al valle del Mosela, que era nuestro objetivo principal, nos pillaba de paso el valle del Rin, concretamente la zona conocida Rin medio o Rin romántico. Este es el tramo que va desde Bingen hasta Coblenza, la ciudad donde se unen ambos ríos. Este tramo es famoso y muy visitado debido a su alta concentración de castillos en ambas orillas. Esto es debido a que desde la antiguedad el Rin es un río que ha sido navegable y de ahí su importancia como vía de comunciación para mover mercancías. Además de buques turísticos a día de hoy se siguen viendo un montón de barcazas mover mercancías por aquí.

Debido a que apenas existen puentes que crucen el río, teníamos que elegir por cual de las dos orillas movernos y visitar, al final nos decidimos por la izquierda ya que nos pareció más interesante y ahí estaban los castillos y pueblos que tenían mejor pinta. Hay transbordadores para pasar de un lado al otro, pero son más incómodos, así que esta opción la desechamos.

La primera parada la hicimos en Bacharach, uno de los pueblos que recomiendan visitar. El pueblo es bonito, sobretodo la zona donde está la plaza principal y la iglesia, y además tienen un castillo en lo alto al que se puede subir con relativo poco esfuerzo. Nosotros al castillo no subimos, pero sí a la Wernerkapelle, que está un poco más abajo, esta es una antigua capilla en ruinas. También cruzamos al otro lado de la ladera para subir a la Posteturm desde donde aún había mejores vistas del pueblo. 

Bacharach (I)

Bacharach (II)

Bacharach (III)

Luego hicimos una parada rápida solo para fotografiar desde la orilla el Burg Pfalzgrafenstein, un castillo situado en uns isleta en medio del Rin. Solo se puede llegar a él a través de transbordador, así que nada.

Burg Pfalzgrafenstein
 
Siguiente breve parada en frente de Lorelei, una especie de roca en la orilla opuesta del río en la que hay una leyenda que cuenta que dede aquí la sirena Lorelei hechizaba con sus cantos a los marineros que pasaban surcando el Rin.

Lorelei
 
El primer castillo del Rin que visitamos fue el de Rheinfels, es un castillo en ruinas pero con bastante encanto situado encima del pueblo de Sankt Goar. Además, muy buenas vistas del Rin desde aquí.

Castillo de Rheinfels
Vistas del Rin desde el castillo de Rheinfels
 
En frente del castillo de Rheinfels, al otro lado del Rin quedan los castillos de Katz y Maus, el gato y el ratón.

Burg Katz

 La siguiente parada fue en Boppard donde paramos a comer, y yo además me di una pequeña vuelta por este pueblo con muchísimo ambiente.

Boppard
 

El otro castillo que visitamos fue el de Stolzenfels, pero este solo por fuera ya que cuando llegamos ya estaba cerrado. Esto ya lo sabíamos, pero aún así decidí animarme a subir a él debido a que el camino es bastante interesante, se hace por una zona de bosque muy chula.

Castillo de Stolzenfels

Edificio cercano al castillo de Stolzenfels
 
Finalmente llegamos a Coblenza, lugar donde se unen el Mosela y el Rin. Esta ya es una ciudad más grande, así que aparcamos la furgo al otro lado del Mosela y cruzamos el puente para llegar a la parte histórica. Estuvimos callejeando por la zona más céntrica y pasamos por las plazas principales como son la Muntplatz o la Jeuitsenplatz, nuestro objetivo era llegar hasta la basílica de Sankt Kastor. De aquí a tiro de piedra está la Deutches Eck, justo la punta donde se unen los ríos; las mejores vistas están subiendo a la enorme estatua ecuestre, desde ahí la esquina parece la proa de un barco. Al otro lado del Rin queda la fortaleza de Coblenza, la Festung Ehrenbreitstein, a la que se puede llegar mediante teleférico, pero aquí ya no quisimos ir. Tras cenar en un chino de la plaza Muntplatz fuimos a buscar la furgo y la movimos para dormir en un furgoperfecto situado en la orilla del Rin en las afuerzas de Coblenza. En un día habíamos visto lo suficiente para hacernos una idea de este tramo del río Rin, nos hubiera gustado haber estado más tiempo pero ya nos tocaba ir a visitar el Mosela y al menos habíamos picoteado un poco la zona.

Basílica de San Castor

Festung Ehrenbreitstein

Deutches Eck

Martes, día 7 de junio
El río Mosela es un importante afluente del río Rin, que nace en Francia, atraviesa Luxemburgo, y luego llega a Alemania donde se junta con el Rin. El tramo más bonito, que es el típico que visitamos todos los turistas, es que el que se comprende entre Trier y Coblenza. En esta parte el río hace muchísimos meandros, lo que unido a lo bonitos que son los pueblos que hay en sus orillas y las empinadas laderas llenas de viñedos, hacen de este un lugar sublime. Por cierto, el vino que se produce aquí es de una calidad excepcional, al igual que en Alsacia se usa el tipo de uva riesling.

Nuestra primera parada en el valle del Mosela la hicimos en su castillo más famoso: el castillo de Eltz. Se puede llegar a él haciendo caminatas desde varios pueblos, pero nosotros decidimos subir con la furgo hasta el parking principal, es caro pero facilita las cosas. Desde allí hay un autobús gratuito que te lleva hasta el mismo castillo, pero nosotros recomendamos hacer el kilómetro de bajada por asfalto a pie para poder ver las vistas del castillo desde arriba. Luego el camino de vuelta en subida se puede hacer por otro camino más bonito.

La vista del castillo de Eltz según llegas es impresionante, recuerda al tipo de castillo más de fantasía que a los clásicos castillos defensivos. Es curioso que aún es propiedad de una rama de la misma familia que vivía allí en el siglo XII, hace 33 generaciones. Las casas de las familias Rübenach y Rodendorf en el castillo están abiertas al público, mientras que la rama Kempenich hace uso de la otra tercera parte.

En la visita guiada coincidimos con una pareja de Vitoria que habían venido a ver al hijo que estaba de Erasmus por aquí cerca y con los que estuvimos charlando un buen rato.

Castillo de Eltz (I)

Castillo de Eltz (II)

Castillo de Eltz (III)
 
Luego hicimos una brevísima parada en Treis-Karden, según había leído en varios bog es uno de los pueblos que los turistas visitan, pero comparado con los que veríamos después no creo que merezca la pena para nada.

Iglesia de Tris-Karden
 
El que sí que merece la pena sin duda es Cochem, probablemente el pueblo que más visitas recibe del Mosela. Además de callejear por sus animadas calles, simpre con muchísimo ambiente, es imprescindible cruzar a otro lado del Mosela para conseguir la típica foto con la línea del pueblo, la iglesia y en lo alto el castillo. A este también subimos, usamos un autobús urbano que te deja a un paso de la entrada al castillo. Una vez allí hicimos una visita guiada a medio camino entre el alemán y el inglés aunque nosotros llevábamos nuestro papelito en castellano. Merece la pena subir a verlo, no solo por el castillo en sí sino también por las vistas del Mosela y de Cochem.

Cochem

Vista de Cochem desde la orilla derecha

Vista de Cochem desde lo alto del castillo

Castillo de Cochem
 
Para pernoctar acabamos eligiendo un area de AC pequeñita pero de pago junto al río Mosela, en las afueras del pueblo de Ediger-Eller. La suerte que tuvimsoes que nadie vino a cobrarnos ni esa tarde ni al día siguiente...

Pernocta junto a Ediger-Eller
 
Miércoles, día 8 de junio

Segundo día en el vale del Mosela. A primera hora fuimos hasta Bremm para subir a la parte alta del pueblo, por donde está la iglesia de San Laurentius; desde alí se consigue la famosa vista del meandro del Mosela. Me quede con las ganas de seguir el camino entre empinados viñedos que aún coge más altura.

Iglesia de San Laurentius en Bremm

Famoso meandro de Mosela en Bremm
 
Después fuimos hasta la iglesia de Marienburg desde donde también hay muy buenas vistas del Mosela. Aparcamos antes de llegar a la iglesia y luego hay que subir a pie por el asfalto una buena rampa. Mientras Isa me esperaba allí también me acerqué a una torre cercana con vistas todavía mejores.

Vistas subiendo a Marienburg (I)

Vistas subiendo a Marienburg (II)

Torre mirador
 
En la localidad de Zell, famosa por sus numerosas bodegas y tiendas de vino, pasamos e intentamos aparcar pero no había manera así que seguimos carretera hasta Bernkastel-Kues, un pueblo chulísimo, yo diría que incluso más que Cochem. Impresionante la plaza del mercado dodne hay un montón de edificios con entramados de madera. Tras echar un vino de la tierra pagado a doblón nos fuimos a comer a una hamburguesería y ya a seguir viaje.

Bernkastel-Kues (I)

Bernkastel-Kues (II)
 
Hoy decidimos recogernos prontito, para ello elegimos un area de AC privada junto al pueblo de Minheim. Me sorprendió que el area estaba llena de ACs pero nosotros eramos los únicos que no teníamos matrícula alemana. 

Lo mejor del sitio es que estábamos otra vez en plena orilla del Mosela así que por la tarde fuimos a dar un tranquilo paseo siguiendo el curso del río. La verdad es que me encantaría estar jubilado y vivir en un sitio así. Me daban mucho envidia todas las parejas de gente mayor que veíamos pasar relajadamente con sus bicis de paseo por ambas orillas del río.

Area de AC en Minheim