Durante mi largos periplos por montañas de diferentes lugares he tenido la ocasión de visitar numerosos refugios libres de montaña pero en ningún sitio con la calidad de los que hay en Andorra. Al ser refugios libres de los que no se obtiene beneficio estos suelen estar en muy malas condiciones: sucios, rotos y con muchas deficiencias; pero para nada son así los que vi en Andorra.
En mi
reciente viaje a Andorra me encontré unos cuantos refugios libres y sobretodo destacaría los que vi el último día cuando hice una
ruta por los valles de Maldriud, Perafita y Claror. Especialmente me gustó el que me encontré en este último valle.
Se trata de un refugio que se inauguró en el año 1981 y que está construido completamente en piedra y madera. Se encuentra a una altura de 2.280 metros en un lugar idílico en pleno valle de Ransol, un valle protegido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.