domingo, 5 de junio de 2022

Selva Negra

Segunda etapa de nuestro reciente viaje en furgoneta al corazón de Europa.

Miércoles, día 1 de junio
Tras cruzar el río Rin desde Estrasburgo llegamos a Alemania, concretamente al estado de Baden-Wutternberg, situaod en la esquina inferior izquierda del país germano. Nuestro objetivo aquí era visitar la Selva Negra, ¡el mayor bosque de Europa! 

A pesar de la buena fama que tiene entre los turistas, a mi inicialmente la selva negra me defraudó bastante, al ser un bosque formado mayormente por coníferas, sobretodo abetos, no me sorprendió para nada, me parecía que era como estar en cualquier comunidad de la cornisa cantábrica de España. Los días siguientes sí que empecé a encontrar lugares que me gustaban más. En cualquier caso que nadie se espere encontrar aquí en plena Europa una selva del tipo de las que hay en Sudamérica o Asia. Que nadie busque aquí tampoco grandes montañas, aquí los Alpes apenas se elevan hasta los 1.500 metros de altitud.

La primera parada que hicimos en la Selva Negra fue para hacer una sencilla ruta de senderismo de 4 Km que nos llevaría a conocer la cascada de Allerheiligen y las ruinas de un monasterio del mismo nombre. Nosotros salimos desde el parking de las cascadas para luego hacer un tramo de subida hasta llegar a las ruinas del monasterio, el cual también tiene su propio parking. ni las cascadas ni las ruinas me parecieron gran cosa, pero bueno, ya estábamos en la selva negra, además habíamos entrado en la zona declarada como Parque Nacional.

Cascada de Allerheiligen

Ruinas Allerheiligen
 
Luego salimos a la carretera 500 o Schwarzwaldhochstraße, la carretera escénica más antigua de Alemania, una carretera panorámica que avanza entre las alturas de la selva negra y por la que es un verdadero placer conducir.

La carretera 500 nos llevó hasta el lago Mumelsee el cual es el lago glaciar más alto de la selva negra y un lugar que por lo que vimos está plagado de leyendas. Es muy pequeñito, pero la verdad que al estar rodeado completamente de abetos es bonito. Nosotros le dimos la vuelta en apenas 10 minutos y luego emprendimos la subida al pico Hornisgrinde. La subida la hicimos por la carretera y luego la bajada por un camino más interesante que pasa por un mirador sobre el lago. En total fueron como unos 6 Km y unos 125 metros de desnivel. La cima del Hornisgrinde, como la de todos las montañas de por aquí, es muy llanita, además la encontramos muy humanizada, varias torres de vigilancia e incluso un refugio restaurante enorme. Junto al Mumelsee también hay una moderna capilla que se puede visitar.

Rodeando el Mumelsee

Cima del Hornisgrinde

Vistas de Mumelsee subiendo al Hornisgrinde
 
Luego seguimos la carretera 500 hacia el sur para ir hacia Schiltach donde queríamos pernoctar. De camino hicimos una parada en la abadía de Alpirsbarch ya que junto a ella los monjes tienen una fábrica donde elaboran su propia cerveza. La pude probar varias veces a lo largo del viaje y doy fé de que está muy buena. El caso es que nosotros cuando paramos ya estaba todo cerrado y nos quedamos sin cerveza.

Fábrica de cerveza de la abadía de Alpirsbarch
 
Schiltach fue una de las decepciones del viaje, este es uno de los pueblos que más recomiendan visitar en la selva negra pero a mi no me pareció nada relevante exceptuando la plaza principal Marktplatz donde está el Ayuntamiento o Rathaus. Lo mejor de Schiltach fue su estupenda area de AC gratuita.

Marktplatz de Schiltach (I)

Marktplatz de Schiltach (II)
 
Jueves, día 2 de junio

Nos dirigimos hacia el turístico pueblo de Triberg, famoso por dos cosas: por sus cascadas y por los relojes de cuco; antes de llegar paramos en Schonbach, un barrio de Triberg donde está el reloj de cuco más grande según el record Guiness. Este está en la tienda de la familia Eble; nosotros entramos a la tienda a primera hora y estuvimos husmeando entre los relojes hasta que dieron las 10 en punto y salimos a ver el cuco que aparece a cada hora en punto.

Cucos en la tienda de la familia Eble

Cuco del record Guiness
 
En Triberg paramos a conocer sus famosas cascadas, hicimos una mezcla de lo senderos "cascade", que es el directo que sube hacia las cascadas, con el "nature" que es el que menos gente concentra, y el "culture" para regresar al pueblo por zonas más urbanas. Están bien pero para mi gusto quizás sobrevaloradas por el turismo.

Cascadas de Triberg (I)

Cascadas de Triberg (II)
 
Al salir de Triberg es cuando empezé realmente a disfrutar de los paisajes de la selva negra, sí que me pareció que mejoraban mucho las vistas, la zona norte del día anterior quizás me pareció demasiado "boscosa". Tanto me gustaba la zona que paramos a echar unas fotos en un puerto por donde pasa al carretera 500 cerca de Schonwald. ¡Daban ganas de ponerse a andar en cualquier dirección!

Parada improvisada cerca de Schonwald
 
Luego también nos desviamos algo para ir a ver el nacimiento del río Danubio. Al llegar aquí nos diluvió, pero aún salimos de la furgo para ver el sitio donde está la fuente. Un poco más adelante yo también me bajé de la furgo para subir hasta una capilla situada en una colina muy escénica, me pareció un rincón de lo más idílico. Sin duda este fue el tramo que más disfruté del viaje por la Selva Negra.

Nacimiento del Danubio

Piuskapelle

Vistas desde la Piuskapelle
 
El día aún cundió bastante. Pasamos la estación de esquí de Feldberg y llegamos hasta las cascadas de Todtnau. aquí hicimos un poco de trampa y en vez de subir a verlas desde abajo dejamos la furgo arriba del todo y solo tuvimos que bajar un poco a pie para verlas, quizás se hubieran visto mejor de la otra forma, pero sin duda así fue más sencillo.

Cascada superior de Todtnau

Isa ya estaba bastante harta de andar así que se quedó esperándome en la furgo mientras yo me hacía una ruta desde la estación de esquí de Feldberg hasta el pico que lleva su mismo nombre y que con 1.493 metros es el más alto de la Selva Negra. La gente suele hacer la ruta circular subiendo al pico Feldberg de forma directa por las pistas de esquí y luego regresando por el lago Feldsee, pero yo decidí subir y bajar de la forma más directa posible. La tarde estaba muy brumosa y apenas pude disfrutar de las vistas, pero la verdad es que la zona superior, comprendida entre los picos Feldberg y su antecima, donde hay una enorme torre de piedras, es muy chula.

Bismarck Denkmal

Llegando a la cima del pico Feldberg entre nieblas

Subí y bajé en tiempo record y ya me reuní con Isa para ir a dormir a uno de los camping que hay en las orillas del lago Titisee, el más famoso de toda la selva negra. Llegamos de noche con la barrera bajada pero no tuvimos problemas para hacer una especie de "autocheckin".

Viernes, día 3 de junio
A la mañana siguiente dimos un relajado paseo alrededor del lago Titisee saliendo directamente desde nuestro camping, en total son unos 6 Km completamente llanos, pero una vez hecho la verdad es que no lo repetiría; el entorno está muy turistificado y el lago es cualquier cosa menos salvaje. De hecho a la hora de dar la vuelta al lago por uno de los lados hay que andar constantemente por la carretera que lo rodea.

Lago Titisee
 
La siguiente actividad del día sí que nos gustó. Nos acercamos a hacer una ruta de senderismo para ver las cascadas de Menzenschwander. las casacadas están muy cerquita del parking, a unos 10 minutos a pie, pero como el entorno es muy bonito decidimso alargarla haciendo una ruta circular que nos llevaría hasta el fondo de uno de los amplios valles glaciares de esta zona. En total nos salieron unos 5Km y 100 metros de desnivel.

Ruta por las cascadas de Menzenschwander (I)

Ruta por las cascadas de Menzenschwander (II)

Ruta por las cascadas de Menzenschwander (III)
 
Al día siguiente nos tocaba visitar Friburgo, la considerada capital de la selva negra. Decidimos acercarnos dando un rodeo usando la carretera panorámica 500, la cual nos hizo pasar por unos sitios muy fotogénicos.

Hicimos una breve parada en St Peter para ver su famoso monasterio, allí solo vistamos la iglesia de un estilo barroco profundamente marcado.

Monasterio de St Peter (I)

Monasterio de St Peter (II)
 
Para pernoctar elegimos lo alto del puerto de Kandel, un lugar que lo que vimos es famoso para la gente que vive por aquí. El lugar tenía buenas vistas y estaba muy bien valorado en Park4night, pero tenía dos pegas: la cantidad de abejas que había ese día por la zona y el hecho de estar pegado a la carretera, aunque es cierto que esta es poco transitada. Desde el puerto se sube en un sencillo paseo hasta la cima del monte Kandel donde hay un bonito quiosco.

Monte Kandel

Sábado, día 4 de junio
Entramos a Friburgo con mucho cudiado de no pisar ni un metro de la zona protegida medioambiental, ya que para ello hay que llevar la pegatina correspondiente y nosotros no nos la habíamos querido sacar. Lo bueno es que el area de AC privada que tenía mirada está situada justo en el límite donde empieza la zona protegida. Una vez aparcados allí nos movimos al centro de la ciudad usando tranvía.

Friburgo está muy bien, en cuanto a modernidad, medidas ambientales, transporte y ambiente me recordó mucho a Estrasburgo, aunque me quedo con la ciudad francesa. 

Nos bajamos del tranvía en la calle Kaiser-Joseph-Strabe, la arteria principal comercial de la ciudad. Estábamos muy cerquita de la Martinstor, una de las famosas puertas torre de la ciudad. Tras disfrutar del animado ambiente que se respiraba de este día soleado nos acercamos a la Rathausplatz donde además del Ayuntamiento están los dos edificios de ladrillo rojo más famosos de la ciudad: el Kaufhaus, un gran almacén histórico, y la enorme catedral. Por esta plaza había también mucho ambiente porque había mercadillo y foodtrucks.

Martinstor en la Kaiser-Joseph-Strabe

Interior de la catedral roja de Friburgo

Exterior de la catedral roja de Friburgo
 
Después de comer subimos al Scholossberg, el parque situado en una colina a donde suben todos los turistas para disfrutar de las vistas de la ciudad. El primer tramo lo hicimos con funicular y el resto hasta llegar al punto más alto a pie, aquí está la torre Bismark. Luego descendimos dando un paseo que nos llevaría pasando por la famosa Kanonplatz hasta la Schwabentor, al puerta de entrada desde el parque al Altstadt o casco viejo. 

Friburgo desde las alturas
 
Acabamos la visita callejeando por la zona de canales, la cual no me pareció gran cosa comparada con otras que habíamos visto, y también echando unas cervecitas. El resto de la tarde la pasamos en el area de AC de relax total.

Domingo, día 5 de junio
Desde Friburgo salimos por la autovía que va directa hacia el norte, el objetivo hoy era ver un par de poblaciones de la Selva Negra: Gegenbach, el que probablemente sea el pueblo más bonito de la región, y Baden-Baden famosísima por sus balnearios.

Gegenbach no nos defraudó nada, a todo el mundo que la visita le gusta y a nosotros también. Estuvimos un buen rato callejando y fotografiando sus preciosos edificios de entramados de madera. Este pueblo está al nivel de los que habíamos visto en días anteriores por la Alsacia. También cuenta cn la curiosidad de aque aquí se grabó alguna escena de la película de Tim Burton "Charlie y la fábrica de chocolate"

Gegenbach (I)

Gegenbach (II)

Gegenbach (III)

Gegenbach (IV)
 
De Baden-Baden no me esperaba tanto, pero igualmente me encantó. Es una ciduad que en los siglos anteriores se hizo superfamosa debido a sus aguas termales, gran parte de la burguesía europea venía aquí a disfrutar de sus balnearios. Ahora se le ha quedado cierto aire nostálgico que la hace aún más atractiva.

Aparcamos muy lejos del centro y luego nos fuimos acercando a pata mientras disfrutábamos de sus señoriales mansiones e imponentes edificios, se nota que aquí se tuvo que mover muchísimo dinero hasta no hace mucho.

Entramos a bañarnos en las termas de Caracalla, una de las dos más famosas en la ciudad, las cuales por cierto estaban hasta los topes de gente. tuvimos que hacer unos 45 minutos de fila para poder acceder. Cojimos la entrada que te da acceso al circuito termal básico y también pagamos el extra que da acceso a las saunas, las cuales por cierto son nudistas..., curiosa experiencia para mi.

Como siempre, salimos relajados de las termas y luego seguimos la visita a Baden Baden la cual es más grande de lo que parecía. Cruzamos al otro lado del río e hicimos un tramo del Lichtentaler Allee, una alamaeda de 3 Km de larga parelela al río y usada ya desde siglos anteriores. En este lado del río también están la Trinkhalle, una galería museo al aire libre, y también el Kurhaus o casino, donde solo pudimos husmear por las salas más exteriores, ya que para acceder hay que ir vestido mejor que como íbamos nosotros... En esta zona estuvimos viendo gente muy rara, disfrazados con trajes del S. XIX y algunos otros con esmoquin y gorro de época...

Baden Baden (I)

Baden Baden (II)

Termas de Caracalla

Lichtentaler Allee

Hall del casino
 
Tras cenar en un restaurante de Baden Baden dormimos en un furgoperfecto cercano y nos dirigimos hacia el norte ya que hoy era nuestro último día en la selva negra, hemos corrido tanto en las visitas que aún nos quedaba otra semana más para seguir visitando otros lugares, tras darle unas cuantas vueltas finalmente decidimos subir a explorar el valle del Mosela, el cual se ha puesto muy de moda ultimamente y ya de paso el del Rin romántico, el cual nos pillaba de paso.