Desde la primera vez que estuve en el valle de Arán, hace ya unos cuantos añitos, me quedé enamorado del lugar, siempre me ha soprendido que en un valle de tan reducidas dimensiones haya tantos sitios bellos para visitar.
El caso es que como pilla un poco a desmano solo he estado en dos ocasiones, pero en estas vacaciones que teníamos de 9 días me parecía un buen momento para regresar y ya de paso enseñárselo a Isa.
Por hacer el viaje un poco más variado decidimos visitar también el valle de Cardós en Cataluña y el valle de Pineta y el de Chistau en el Pirineo de Aragonés.
En este viaje lo que más temía era el número de turistas que podríamos encontrarnos al ser un lugar muy visitado y estar en plena temporada alta de verano. Al final es cierto que encontramos muchas furgonetas, pero no tuvimos colapsos en ningún sitio.