domingo, 19 de febrero de 2023

Más Cantabria infinita

Cada vez que regreso de Cantabria más me reafirmo en el eslogan publicitario de "Cantabria Infinita", parece mentira que una comunidad tan pequeña tenga tantos atractivos turísticos.

En esta escapada de tres días hemos combinado un poco de todo: ciudad (Santander), mar (Noja) y montaña (valle pasiego del río Miera).

El tiempo ha sido prácticamente primaveral, un auténtico luja para las fechas en las que estamos.

Salimos de Logroño el jueves por la tarde con la intención de aprovechar el viernes entero por allí. Nuestro primer objetivo era Santander, una ciudad que yo ya conocía pero que Isabel apenas había visitado. Aparcamos en el area de AC gratuita de la ciudad, situada junto al parque Atlántico de las Llamas, donde dimos un paseito nocturno antes de irnos a dormir. Me sorprendió que a pesar de ser un jueves de febrero el area estaba casi al 100% de ocupación.

Viernes, día 17
Isa tenía ganas de caminar y la verdad es que hoy andamos bastante, desde el area AC nos dirigimos hasta la península de la Magdalena, el emblema de Santander. Para ello bordeamos las playas del Sardinero con los jardines de Piquio separando ambas playas. 

Comenzamos a andar desde el area de AC

Primera playa del Sardinero

Bonitas formas costeras

En la Magdalena no pudimos entrar al palacio ya que no era visitable hasta las 11h y aún era pronto pero sí que dimos una vuelta por el resto de lugares que hay en la península, especialmente interesante nos resultó el parque acuático donde hay focas y leones marinos, se supone que también debería haber pingüinos, pero de estos no vimos ni rastro.

La Magdalena

Museo el hombre y la mar

Focas

Para trasladarnos hacia el centro de la ciudad usamos un autobús urbano que nos dejó en el paseo marítimo de Pereda, donde por ejemplo están la famosa escultura de los Raqueros, la grua de piedra y el moderno museo Botín dedicado al arte contemporaneo. No entramos a él porque es de pago pero sí es gratis deambular por las escaleras y pasarelas exteriores.

"Los Raqueros"

Centro Botín

Yo quería haber visto el refugio antiareo pero no había visitas esta mañana así que seguimos itinerario,  nos metimos un poco hacia el interior para ver la plaza aporticada, el ayuntamiento y la catedral. Destacar que esta tiene dos iglesias, la de arriba que es una catedral clásica sin nada reseñable aparte del claustro, sin embargo la de abajo sí que es curiosa.

Luego estuvimos dando una vuelta por las zonas donde se supone que hay más ambiente para comer: el mercado, la plaza del Cañadío o las calles del Medio o Hernán Cortés. Finalmente lo hicimos en un tranquilo restaurante italiano.

Tras la comida dimos la visita a Santander por acabada, la verdad es que en esta ciudad lo más destacable es la zona marítima, la zona histórica del interior a mi personalmente no me gusta demasiado.

Para regresar a la furgo nos metimos en la calle Río de la Pila donde está el famoso funicular gratuito que te sube a la parte alta del barrio. Es algo que suelen usar los residentes de la zona pero cada vez es más habitual ver a turistas usándolo. Desde la parte alta hay buenas vistas de la ciudad.

Subiendo hacia el funicular de la calle del Río Pila

Funicular de la calle del Río Pila

Por la tarde me acerqué a ver la isla de Pedrosa, situada muy cerquita de Pontejos, en plena bahía de Santander, es una zona aislada comunicada solo a través de un puente. Es una isla con mucha vegetación y donde hasta hace no mucho hubo varios pabellones de hospitales funcionando. Los antecedentes del sanatorio hay que situarlos en el año 1834, fecha en que se solicitó el establecimiento de un lazareto en la isla de Pedrosa, para mantener en cuarentena a las tripulaciones de buques afectadas por enfermedades tropicales. El lazareto comenzó a funcionar en 1869 pero con el tiempo se transformó en Sanatorio Marítimo (1909) de carácter nacional para el tratamiento de enfermedades óseas y tuberculosas. Dejó de funcionar como hospital en 1989. Hoy en día varias de las dependencias isleñas fueron convertidas por el Gobierno cántabro en un centro de rehabilitación de drogodependientes y otros usos.

Yo empezé mi recorrido de exploración por el pabellón Mª Luisa Pelayo, el primero que te encuentras antes de llegar al puente. Hay varios carteles que indican la prohibición de entrada pero esta es muy fácil ya que la valla está caída en varios puntos. El edificio tiene dos pisos los cuales se pueden explorar al completo subiendo mediante sus maltrechas escaleras.

Pabellón Mª Luisa Pelayo (I)

Pabellón Mª Luisa Pelayo (II)

Pabellón Mª Luisa Pelayo (III)

Pabellón Mª Luisa Pelayo (IV)

Tras pasar una zona de jardines se llega al puente que da acceso la isla propiamente en sí. Yo me fui directo a los edificios abandonados, primero al pabellón Victoria Eugenia, que se usbaa para enfermos de tuberculosis. En este también es fácil entrar pero salí rápido porque había un vigilante que ya me había echado el ojo.

Pabellón Victoria Eugenia (I)

Pabellón Victoria Eugenia (II)

Pabellón Victoria Eugenia (III)

Luego llegué al extremo norte donde está el embarcadero, allí está el pequeño edificio del teatro Infanta Beatriz, aquí también tuve mala suerte porque había operarios trabajando en él.

Teatro Infanta Beatriz

El resto de edificios de la isla parecían tener diferentes usos dados por el Gobierno de Cantabria.

El día cundió mucho, a última hora de la tarde nos movimos hasta la zona de Noja e hicimos una parada para dar un paseo por las pasarelas que hay alrededor de las marismas de Joyel. La vuelta por el molino de Santa Olaja son 1,7 Km pero nosotros fuimos también a ver la cercana casa de mareas, por lo que nos salieron casi 4 Km. Tanto el molino de mareas como la casa estaban cerradas así que no pudimos entrar a ninguno.

Isa probando los prismáticos

Marismas de Joyel

Molino de Santa Olaja

Para pernoctar nos fuimos a un parking de Noja junto a la playa de Ris, no es un buen sitio para dormir ,sobretodo para el verano donde se petará seguro, pero las vistas de los acantilados y la playa desde aquí lo compensan.

Vistas en la playa de Ris (I)

Vistas en la playa de Ris (II)

Sábado, día 18
El día amaneció espectacular y decidimos conocer Noja  haciendo la llamada "Ruta de la costa", un paseo que va bordeando la costa desde la playa de Ris hasta la de Trengandin, las dos playas de Noja. Además, nosotros lo alargamos llegando hasta las marismas de Victoria. Allí hay una torre de observación de aves, un puente romano y también un molino de mareas llamado "molino de las aves". Luego regresamos por el centro de Noja, un pueblo completamente urbanizado con edificios apartamentales y que apenas tiene nada histórico para visitar. Lo mejor fue la parada que hicimos para almorzar a media mañana en una cafetería junto a la playa del Trengandin. Cuando llegamos a la furgo el GPS me marcó una distancia recorrida de 8,95 Km.

Ruta de la costa de Noja

Bonita cala en la ruta de la costa

Playa del Trengandin

Torre de observación de aves

Molino de las aves

Iglesia de Noja

Después de comer nos acercamos a conocer unos cuantos lugares no demasiado turísticos en la zona de las marismas de Santoña.

Primero paramos en el molino de Argoños, un lugar muy coqueto pero que se visita enseguida, como el resto de molinos que visitamos este también estaba cerrado.

Molino de Argoños

Luego fuimos hacia el monasterio de Montehano aunque de camino paramos en un mirador junto a las marismas donde había unos edificios industriales abandonados de estos que tanto me gusta fotografiar. 

Mirador de Montehano

Pabellón abandonado

El monasterio de Montehano no se puede visitar pero nosotros tuvimos la suerte de dar con un hermano que amablemente nos abrió y nos enseñó algunas estancias del monasterio, por ejemplo un curioso y pequeñito claustro cerrado entre paredes. Lo que sí suelen hacer los turistas es bajar las escaleras que dan a la parte de atrás del monasterio donde se puede caminar por un estrecho trozo de tierra entre las marismas.

Monasterio de Montehano

Para acabar las visistas por la zona hicimos una breve parada en Escalante donde hay un bonito mirador desde donde se ve el molino de Cerroja, el molino de mareas más antiguo de Europa.

Mirador de Escalante

Al día sigueinte tocaba hacer una ruta por los valles pasiegos así que nos fuimos acercando hacia allí y decidimos pernoctar en el area de AC gratuita de Lierganes, un famoso pueblo donde yo ya había  estado y que hace de puerta de entrada al valle del río Miera. cuando llegamos ya estaba anocheciendo así que solo nos dio tiempo a dar un breve paseo hasta el famoso puente donde está la escultura del "hombre pez". Tras comprar unos cuantos productos de la tierra acabamos la tarde en una animada chocolatería del pueblo.

Lierganes (I)

Lierganes (II)

Domingo, día 19
Salimos de Lierganes en dirección hacia el sur para llegar hasta San Roque de Riomiera donde hicimos una breve parada para comprar algunos productos caseros que se vendían. Como el resto de pueblos de esta zona las casas están muy desperdigadas y lo que es el centro del pueblo apenas tiene nada, una pista de bolos junto a la iglesia y poco más.

El día amaneció nuboso en cotas altas

San Roque de Riomiera

Un poco más adelante llegamos al barrio de la Concha donde empezaba nuestra ruta de senderismo hasta la Casa del Rey, un recorrido que yo tenía muchas ganas de hacer. -Ver en Senderioja-.


Inicio de la ruta en la Concha

Casa del Rey

Mi idea era haber regresado a casa por el puerto de la Lunada que comunica este valle con Burgos, pero resulta que debido a la cantidad de nieve caída este estaba cerrado así que no quedó más remedio que retroceder y regresar por Bilbao.