domingo, 11 de octubre de 2020

Islas Canarias: Tenerife

 Viene de aquí.

Tenerife fue la última isla que visitamos en Canarias, de tres islas no pareció la más completa y la que más preparada estaba para el turismo de masas.

En cuanto a la logística decidimos establecer nuestra base de operaciones en Puerto de la Cruz, la localidad que más infraestructura turística tiene en la zona norte de la isla. Elegimos la zona norte porque en esta parte se alojan más los turistas peninsulares, los extranjeros van más al sur, la zona más soelada y con mejores playas. Yo prefería estar cerca de la zona norte donde están la mayor parte de atractivos turísticos aparte de las playas.
Para el alojamiento conseguimos una oferta en el hotel Puerto Palace, un hotel de 4 estrellas que nos salió a muy buen precio (unos 60€ la noche una habitación triple). La estancia nos incluía alojamiento y desayuno y el hotel disponía de piscina, jacuzzis y comedor así que nos pareció perfecto, la única pega es que estaba un poco alejado del centro de Puerto de la Cruz, como a un kilómetro más o menos.

Domingo, día 4
El ferry que nos trajo desde Gran Canaria nos dejó en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife a las 19,20h. De allí nos fuimos directos para Puerto de la Cruz a través de la TF-5, la autovía del norte que tanto usaríamos estos días. De esta carretera me sorprendió la tremenda rampa que se supera para salir de Santa Cruz de Tenerife. Una vez arriba tuvimos la primera visión del Teide, el cual aparecía enorme antes nosotros elevándose por encima de las laderas del valle de la Orotava; el hecho de estar anocheciendo y las nubes que pululaban alrtededor de él le daban un aire muy místico.

Esa tarde ya no visitamos nada: solo nos acomodamos en el hotel y bajamos a cenar al buffet.

Hotel Puerto Palace
 
Lunes, día 5
La primera visita que haríamos de Tenerife sería el Parque Rural de Anaga, situado en el extremo noreste de la isla es una zona montañosa plagada de laurisilva: los densos y húmedos bosques alimentados por la lluvia horizontal de los vientos alisios y que son endémicos de estas islas.

Al poco de entrar en el parque se llega al mirador de la Jardina, uno de los más famosos, desde aquí hay vistas de toda la comarca de la Laguna.

Vista de la Laguna desde el Mirador de la Jardina
 
Siguiendo más adelante llegamos a la Cruz del Carmen, el auténtico centro neurálgico de Anaga. Aquí hay restaurantes, un centro de interpretación, una ermita, un mirador y es el punto de salida de multitud de rutas de senderismo. comentar que es un lugar que enseguida se peta de coches, menos mal que nosotros llegamos prontito.

Desde Cruz del Carmen hicimos dos rutas de senderismo:

  • Bosque de los enigmas: 5 Km y 200 metros de desnivel. Menos frecuentada que otras me pareció una ruta perfecta para conocer los bosques de laurisilva de la zona. Se hace un bucle circular en el que inicialmente se pierde altura para luego subir en la vuelta. Tiene un desnivel considerable pero se puede hacer bien.
  • La ruta de los Sentidos: 1,2 Km y  70 metros de desnivel. Esta es la ruta que hacen casi todos los turistas. Tiene hasta tres variantes de más o menos longitud pero en cualquier caso es un simple paseo que en su versión más larga llega hasta un mirador.

Bosques de laurisilva en Anaga (I)

Bosques de laurisilva en Anaga (II)

Bosques de laurisilva en Anaga (III)
 
Tras las dos caminatas seguimos internándonos en Anaga, un poco más adelante está el mirador del Pico del Inglés. Además de las buenas vistas desde el mirador hay un lugar muy fotografiado y que se ha hecho muy popular en los últimos años y que está un poquito antes de llegar al propio mirador. Se identifica fácilmente porque suele haber coches mal aparcados junto a la carretera. Se trata de otra carretera muy estrecha  sin salida y que está encajonada entre dos paredes que casi se cierran por arriba con vegetación.

Vistas desde el mirador del pico del Inglés

Carretera antes de llegar al pico del Inglés
 
Desde aquí tomamos una de las carreteras que bajan hacia las costas del lado norte, concretamente la que baja hacia Taganana. Ojo porque es una carretera donde hay que conducir con mucho cuidado. De camino paramos en el mirador del Risco Agomoje; desde aquí ya hay vistas hacia donde nos dirigimos, las playas cercanas a Taganana.

Mirador del Risco Agomoje
 

En Taganana paramso a comer en un guachinche, estos son locales donde se puede comer comida casera típica canaria a muy buenos precios. Además de la omnipresentes papas arrugadas Isa elegió atún y yo elegí carne fiesta: un platazo de carne adobada de cerdo.

Finalmente descendimos a nivel del mar y fuimos a ver las playas, de las tres que hay la de la Almóciga nos la saltamos y fuimos directos a la del Benijo, la más famosa.
Aparcamos como pudimos pero cuando fuimos a tomar las escaleritas para bajar vimos que estaban cerradas por obras, lo que hicimos fue caminar un poco más adelante por una ancha pista desde donde al menos pudimos verla desde arriba. Se trata de un playa de arena negra con unos roques metidos en el mar.
Al volver paramos también en la Playa de Roque de las Bodegas, este lugar me gustó mucho, tiene un saliente de roca por donde se puede caminar e internarte unos metros en el mar. Aquel día la mar estaba muy movida y había que ir con cuidado, pero desde luego era todo un espectáculo estar allí.

Playa del Benijo

Accidentada costa

Playa de Roque de las Bodegas
 
Tras ver las playas cambiamos de costa, volvimos a subir para bajar a la costa opuesta y llegar a la Playa de las Teresitas, la playa principal de Santa Cruz de Tenerife. Esta playa se hizo hace unos años artificialmente y trayendo arena del Sahara. Nosotros aparcamos donde está el viejo castillo semiderruido de San Andrés y desde ahí dimos un paseo por la arena, el día no estaba para bañarse así que no nos metimos al agua.
Antes de regresar para el hotel subimos con el coche al famoso mirador desde donde se ve la vista más famosa de la playa.

Playa de las Teresitas

Castillo de San Andrés
 
Mientras cruzábamos Santa Cruz de Tenerife para regresar a casa decidimos parar a ver la zona del auditorio el cual llama bastante la atención por su forma de ola, algunos dicen que se da un aire a la opera de Sidney. De la ciudad de Santa Cruz solo dimos una vuelta por esta zona, la parte del parque marítimo creado por César Manrique. En nuestro corto paseo vimos el viejo edificio de la casa del pólvora y el castillo de San Juan Bautista además de dar una vuelta al auditorio Adán Martín.
En esta zona se puede visitar también "el palmetum".

Casa de la pólvora

Castillo de San Juan Bautista

Auditorio Adán Martín

Martes, día 6
Para hoy daban un tiempo malísimo, entraba una borrasca en las islas Canarias que barrería todas las islas... y así fue.
Por ello decidimos visitar la zona sur de Tenerife, la zona en la que siempre hay buen tiempo y en la que menos se notaría la borrasca. 

Tomamos la TF-1 que baja directa hacia el sur bordeando la costa oriental. Antes de llegar al extremo sur paramos en los Abades para visitar una curiosidad: el Sanatorio de los Abades, un antiguo complejo de edificios que servía como leprosería. A modo de historia comentar que este complejo se ideó en el año 1943 se decidió crear para albergar la importante comunidad de enfermos de lepra que había entonces en Tenerife; como era de esperar nunca se llegó a usar para ese fin, sí que se usó en los años 70 como lugar para prácticas de tiro de la Falange. En 2002 los terrenos de vendieron a un promotor Italiano con idea de construir plazas hoteleras. Actualmente y tal como lo vimos nosotros aquello tiene pinta de no usarse para nada en bastante tiempo...
Para visitar el lugar dejamos el coche en el pueblo lo más cerca posible del sanatorio y subimos andando por un camino de tierra hasta la meseta donde está el enorme complejo, son un montón de edificios que la vista no llega a abarcar al completo, todos a modo de barracón, casi todos iguales; solo destaca el edificio de la iglesia situado en el extremo por donde nosotros llegamos. Tras entrar a la iglesia y a un par de barracones vimos que se acercaba un coche de Prosegur (que aunque no nos dijo nada) y decidimos irnos; aunque dejamos muchos edificios sin visitar tenía pinta de que todos eran parecidos.

Sanatorio de los Abades (I)

Sanatorio de los Abades (II)
 
Muy cerquita de aquí, unos kilómetros más adelante siguiendo la autovía está el arco de Tajao, es un arco natural formado entre rocas de un barranco. Isa se quedó en el coche mientras yo me acercaba a él andando y la verdad es que tengo que decir que fue una pérdida de tiempo, ningún interés.

Arco de Tajao
 
Finalmente llegamos a la zona del epicentro del turismo de masas del sur de Tenerife, no llegamos a Costa Adeje pero sí paramos a los Cristianos. Allí dimos una vuelta por la zona de costa hasta llegar a la Playa de los Cristianos; realmente la más famosa es la de las Américas pero a esa no fuimos.
Al igual que en otros lugares de este estilo, mucha infraestructura turística pero apenas turistas...
Aprovechamos para comer en un restaurante Libanés, yo tenía ganas de entrar a probar un restaurante de este tipo, de los cuales había oído hablar muy bien. La comida riquísima y contundente pero tardaron muchísimo en servirnos.

Bonitos grafitis marinos en los Cristianos

Playa de los Cristianos
 
Por la tarde por fin paró de llover y ya decidimos ir volviendo hacia el norte, en el camino de regreso paramos en la Montaña Amarilla y también en la Montaña Roja.
La Montaña Amarilla es un montaña situada junto al mar con un curioso color marcadamente amarillo; junto a ella hay un pequeña calita donde la práctica del snorkel es muy popular. Yo aproveché también para subir a lo alto de la montaña mientras Isa me esperaba abajo. Se sube y baja en un cuarto de hora aunque el terreno es bastante pendiente.
La Montaña Roja es otra montaña junto a la playa de la Tejita, el color de la tierra tendiendo a rojizo es la que le da este nombre. Nosotros caminamos por la playa hasta llegar a la base de la montaña donde empiezan los acantilados, de camino pasamos junto a una playa nudista. Me quedé con las ganas de subir a la montaña porque vimos que bastante gente daba un paseo por allí arriba.

La montaña amarilla

La montaña roja
 
Miércoles, día 7
Hoy era el día que teníamos la reserva para subir al Teide. Nada más despertarme me asomé a la terraza del hotel y me alegré al ver que el pico estaba despejado pero para mi sorpresa a las 8,30, mientras nos preparábamos para marchar para allí, recibí un sms de que el teleférico estaba cerrado por mal tiempo; imaginé que sería porque arriba habría bastante viento.
A pesar del incoveniente decidimos ir hacia allí a hacer una ruta de senderismo que tenía preparada alrededor del volcán Chinyero. Hoy además visitaríamos otro lugares de la zona noroccidental de Tenerife.

La primera parada la hicimos en Icod de los Vinos, este pueblo del norte es famoso por el drago milenario, el más grande y longevo de los que se conocen.
Aparcamos en el parking de pago que hay cerca y entramos al jardín botánico donde se encuentra el drago. Al jardín no le vi mucho interés aparte de poder estar al lado del drago; por lo menos nadie nos cobró la entrada al acceder.
Comentar que si alguien quiere verlo sin pagar, desde el parque que hay junto al jardín el drago se ve perfectamente.

Drago de Icod de los Vinos
 
Después cogimos una carretera estrecha y complicada que nos acabó llevando desde el oeste hasta la zona del parque Nacional del Teide. Paramos en un pequeño parking para hacer la ruta alrededor del Chinyero, un volcán de 1.561 metros que fue el último que erupcionó en Tenerife en el año 1909.
Esta ruta me gustó muchísimo, el Chinyero es un volcán muy modesto, nada que ver con el Teide pero estéticamente es muy bonito y sus colores muy chulos, lleno de tonalidades negras y rojizas.
La ruta que hicimos es la que da la vuelta completa al volcán por un camino perfectamente marcado entre rocas y que está muy señalizado; vimos muchas señales que indicaban que estaba terminantemente prohibido salirse del camino acotado para subir al volcán. El camino en sí es bastante sencillo aunque tiene algunos tramos de rampas algo fuertes, la mayor parte del camino se hace entre bosquetes de pinos canarios y también entre zonas de malpaís. En total nos salieron 8,2Km y 252 metros de desnivel. En realidad la vuelta es menos distancia pero nosotros aparcamos algo alejados así que hicimos algo del trayecto de aproximación por la carretera.

Ruta alrededor del Chinyero (I)

Ruta alrededor del Chinyero (II)

Ruta alrededor del Chinyero (III)

Ruta alrededor del Chinyero (IV)
 
De regreso paramos en el mirador de Chirche, un lugar bien habilitado para tener vistas hacia el oeste, yo lo pillé con muchas nubes y no pude ver demasiado.
En el propio mirador había un restaurante pero nosotros decidimos comer un poco más abajo.

Mirador de Chirche
 
Tras la comida nos armamos de valor para coger la carretera de Masca, la que une este pueblo con Buenavista; esta carretera es famosa por lo estrecha y peligrosa que es. Tengo que reconocer que en algunas de sus curvas lo pasé bastante mal.
Lo bueno de la carretera es que constantemente vas topándote con diferentes mirador a cual más espectacular. nosotros paramos en uno que está antes de llegar a Masca (mirador de Cherfe), otro que está pasado Masca (mirador de la Cruz de Hilda) y en el propio que hay en Masca. Este pueblo es conocido como el Machu Pichu canario y la verdad es que sí que se da un aire, es un pueblo que está rodeado de montañas y profundos barrancos llenos de vegetación.
Ya acabando la carretera, un poco antes de llegar a Buenavista paramos a echar unas fotos a "la montañeta", una curiosa montaña con unos enormes tajos en sus laderas situada junto al municipio de el Palmar.

Mirador de Cherfe

Mirador de Masca

Mirador de la Cruz de Hilda

La montañeta de El Palmar
 
Una vez en Buenavista cogimos el autobús que nos llevaría hasta la punta de Teno, debido a su gran afluencia de turistas y a la estrechez de su carretera, el acceso a este lugar con vehículos particuales está muy restringido. En nuestras fechas solo podíamos acceder antes de las 10h o más allá de las 19h.
La Punta de Teno es el extremo noroccidental de Tenerife, es un lugar muy aislado donde parece que se acaba el mundo. Es famoso para ver el atardecer pero nosotros llegamos cuando el sol estaba alto así que nos conformamos con dar una vuelta por allí. Nos acercamos hasta el extremo donde está el faro y también estuvimos viendo los famosos acantilados de los Gigantes, los más altos de Canarias. Esto se suelen ver desde el lado del mar alquilando kayaks o barcos que además te suelen llevar a ver ballenas y delfines, algo que nosotros no hicimos en este viaje.

Acantilados de los Gigantes

Faro de la Punta del Teno
 
De camino al hotel paramos a ver Garachico, uno de los pueblos más turísticos del norte. Es famoso por sus piscinas naturales situadas junto al mar; el pueblo también es muy bonito. Ya de noche cerrada acabamos regresando al hotel.

Garachico (I)

Garachico (II)
 
Jueves, día 8
Hoy volvió a amanecer despejado y como habíamos cambiado las entradas del teleférico decidimos volver a intentar subir al Teide. No hubo envío de sms de cancelación así que subimos confiados.
Para la subida usamos la carretera que parte desde la Orotava (TF-21). Tras más de una hora de subida llegamos al lugar conocido como el Portillo, el que da acceso a las Cañadas del Teide, una especie de meseta a más de 2000 metros de altitud donde se ha ido depositando todo el material sedimentario de las erupciones de los volcanes. Estar aquí es lo más parecido que he sentido a estar en la luna o en marte, un lugar enorme y totalmente desolado.

Nos fuimos directos al parking del teleférico ya que teníamos la subida a las 11h. A Isa finalmente le entró canguelo y decidió no subir al teleférico y esperarme abajo. La subida se hace en 8 minutos que es lo que le cuesta al teleférico salvar la altitud desde los 2.356 metros hasta los 3.540 metros. Por la importancia del lugar para mi le he decidido dedicar al Teide un post individual.

Teleférico del Teide
 
Tras bajar del teleférico recogí a Isa y nos fuimos a los Roques de García, un lugar cercano lleno de turistas porque todos quieren echar desde aquí la famosa foto que aparecía en el reverso de los antiguos billetes de 1000 pesetas.
Independientemente de esto el lugar merece una visita con detenimiento. Hay una ruta marcada como S3 que da la vuelta completa a los Roques, por la parte derecha es un sencillo paseo llano pero por el otro lado se baja fuerte para luego volver a subir fuerte. Isa me acompañó por el lado fácil y luego volvió sobre sus pasos mientras yo daba la vuelta completa. En el tramo de vuelta me gustó mucho la vista de los Llanos de Ucanca con la montaña conocida como la Catedral emergiendo en la planicie, tengo que reconocer que me enamoré de esa vista.
En el camino de regreso también me encontré unos ejemplares de Tajinastes, unas plantas enormes endémicas del Teide y que en primavera cogen unos colores muy llamativos, yo las vi desnudas de flores pero la verdad esque su tamaño impresiona.
En cuanto al recorrido S3 comentar que me salieron 4 Km y casi 200 metros de desnivel.

Roque Cinchado y el Teide: la foto típica del billete de 1000 pesetas

Llanos de Ucanca

Dando la vuelta a los Roques de García

Ejemplar de Tajinaste

"La Catedral"

Junto a los Roques de García está el Parador Nacional del Teide al que entramos a comer pero no nos gustó, así que acabamos comiendo en un lugar más modesto situado un poco más adelante.

Pasamos de largo el Portillo para coger la TF-24 que baja hasta La Laguna y que debe ser una carretera con muchos miradores. Nuestra idea inicial era bajar por ella de regreso pero finalmente decidimos cambiar de planes y solo llegamos a la zona donde están los observatorios astronómicos, al igual que en el Roque de los Muchachos en La Palma los cielos nocturnos del Teide son inmejorables para la visión astronómica así que aquí un montón de paises han construido sus observatorios.
Si no hubiera sido por el Covid se puede hacer una visita guiada a estos observatorios pero nosotros nos tuvimos que conformar con verlos de lejos, ni siquiera nos pudimos acercar ya que estaban los accesos cerrados. Desde donde mejor los vimos fue desde el Mirador del Corral del Niño.

Teide visto desde uno de los miradores de la TF-24

Observatorios astronómicos
 
De regreso por la TF-21 vimos que todo el valle de la Orotava estaba cubierto por una enorme masas de nubes; estas nubes ya apenas se levantarían mientras estuvimos en Tenerife así que nos fastidiaron los futuros días de baño.
Antes de llegar a Puerto de la Cruz paramos en el Mirador Piedra de la Rosa, en este se ve una curiosa formación rocosa con apariencia de rosa abierta.

Piedra de la Rosa
 
Como en Puerto de la Cruz el día estaba chafado no pudimos disfrutar de la piscina así que decidimos acercarnos andando desde el hotel hasta la zona del barrio de la Ranilla a cenar por allí. Este es un barrio con mucho ambiente y en el que pudimos ver con muchos bares y restaurantes.
También es famoso por un montón de murales y graffitis que adornan y alegran las paredes de las casas del barrio pero al ser de noche no pudimos disfrutar de ellos. Al final decidimos cenar en un restaurante italiano donde nos hicimos amigos de una pareja de alicantinos que estaba cenando en la mesa de al lado y que también estaban de vacaciones.

Viernes, día 9
Hoy tocaba visitar San Cristóbal de la Laguna, la que fue la antigua capital de la isla y que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y también del que dicen que es el pueblo más bonito de Tenerife.
La Laguna es una ciudad grande situada cerquita de Santa Cruz y cuyo casco histórico es muy visitado debido al estilo colonial y colorido de sus edificios. Toda esta zona es una cuadrícula de calles iguales y completamente llanas, algo que es difícil de encontrar en la isla.
A mi personalmente me pareció un pueblo curioso debido al estilo colonial, pero no me pareció tan bonito, por ejemplo la Orotava me gusto más.

Nosotros aparcamos en el parking de pago que hay justo detrás a la Plaza del Adelantado y nos dispusimos a recorrer sus calles gracias al plano e indicaciones que nos dieron en la oficina de turismo. Empezamos por la calle de San Agustín que es una de las que más edificios importantes concentra, algunos de los más destacados son la Casa Montañés, el Palacio Lercaro (actualmente es el Museo de Historia y Antropología, muy interesante y gratuito), la Casa Salazar (actualmente es el palacio episcopal del que solo vimos la fachada y el patio desde una verja que impide el acceso más allá) y la Iglesia y ex-convento de San Agustín situados en una plaza muy bonita.
Seguimos la visita callejeando por otras calles hasta llegar a la Iglesia de la Concepción la cual destaca por su torre y a la Catedral (a la cual no entramos porque era de pago). De aquí pasamos a la calle de Herradores, la más comercial de todas, donde nos entretuvimos haciendo compras.

Calle típica de la Laguna

Palacio Lercaro

Casa Salazar

Iglesia de San Agustín

Torre junto a la Iglesia de la Concepción

Catedral
 
Por la tarde Isa se quedó disfrutando de la piscina y jacuzis del hotel pero yo que soy un culo inquieto me fui a dar una vuelta por la Rambla de Castro, situada en el municipio de los Realejos, muy cerquita.
El caso es que perdí un montón de tiempo intentando aparcar junto a la Ermita de San Pedro, lugar donde empieza la ruta, estaba muy mal para aparcar allí, estuve como una hora dando vueltas hasta que finalmente conseguí aparcar.
La ruta en sí no estuvo mal, es un paseo costero que aunque está un poco descuidado pasa por algunos lugares chulos; uno de los que más me gustó aunque se ve desde lejos es el viejo edificio desvencijado del elevador de aguas de la Gordejuela. El recorrido empieza en el mirador y Ermita de San pedro y acaba en la Playa de los Roques. Yo no llegué hasta allí, me di la vuelta a llegar a un tramo de urbanización que hay un kilómetro y pico antes. En total me salieron 5,5Km y 200 metros de desnivel.

Cala de la Fajana

Puente en el camino

Elevador de Aguas de la Gordejuela


Sábado, día 10
Nuestro último día completo en Tenerife nos lo tomamos con bastante calma, no nos quedaban muchas visitas que hacer así que estuvimos relajados.

Por la mañana nos desplazamos hasta la cercana villa de la Orotava, un pueblo que yo creo que es el más me gustó de todos los que visitamos en Tenerife.
La pega que tiene es que es un pueblo construido completamente en la ladera de la montaña así que tiene unas cuestas muy fatigosas. Nosotros aparcamos en la parte más alta del pueblo y desde ahí fuimos bajando a ver sus puntos turísticos.
En primer lugar entramos a ver la Casa de los Balcones, el edificio más famoso y al que hay que entrar previo pago de 5€. Toda la casa al completo es muy bonita pero su patio de madera es sencillamente espectacular.
Un poco más abajo estáa otra casa famosa: la Casa Lercaro, pero esta solo la vimos por fuera, ya que yo sepa, no es visitable.

Luego pasamso junto a la Iglesia de la Concepción para acabar bajando hasta el Centro de Visitantes del Paque Nacional del Teide o también llamado "Telesforo Bravo". No vimos apenas turistas que lleguen hasta aquí pero es un Centro de Interpretación que merece mucho la pena y que además es gratuito. Acabamos la visita viendo un documental sobre el Teide y charlando con una trabajadora muy maja del centro sobre la situación del Covid en Canarias.

Luego volvimos a subir para ir haciendo unas cuantas paradas. Al comprobar que era gratuito entramos a ver el Museo de Artesanía Iberoamericana situado en un antiguo convento, el museo en sí no nos interesaba pero el edificio merecía la pena.
Luego llegamos a la Plaza de la Constitución, la zona más céntrica del pueblo; por aquí está el restaurante Taoro, situaod en un edificio y jardines muy bonitos.
Para volver al coche pasamos por medio de los Jardines del Marquesado.

Casa de los Balcones (I)

Casa de los Balcones (II)

Iglesia de la Concepción

Centro de Visitantes Telesforo Bravo

Museo de Artesanía Iberoamericana (I)

Museo de Artesanía Iberoamericana (II)

Edificio y jardines Taoro

Jardines del Marquesado
 
Para comer decidimos volver a Puerto de la Cruz, nos desplazamos hasta la zona más al este del pueblo la cual no conocíamos y por lo que vimos es la zona donde más hoteles hay. Antes de elegir un restaurante fuimos a ver el mirador de la Paz desde donde hay buenas vistas del pueblo.

Después de comer dimos una vuelta por el centro de Puerto de la Cruz acabando en las piscinas del Lago Martiánez, unas piscinas junto al mar obra de César Manrique pero que la menos desde fuera no nos parecieron gran cosa. Estas piscinas son de pago y el día estaba malo así que decidimos saltarnoslas y regresar para el hotel. 

Vistas desde el Mirador de la Paz

Lago Martianez

Domingo, día 11
Hoy tocaba volver, el avión salí a las 14,15h así que nos sobró tiempo para desayunar tranquilos en el hotel, recoger todo, ir al aeropuerto de Tenerife Norte (Los Rodeos) y devolver el coche allí mismo sin ningún problema.
Aterrizamos en Madrid sobre las 18,15h, algo antes de lo previsto, recogimos la furgoneta del parking de Aena de la T4 y del tirón hasta Logroño.