domingo, 13 de febrero de 2022

Valdegovia y Añana

Este fin de semana hemos visitado dos comarcas de Alava: Valdegovia y Añana. En ambos lugares ya había estado en anteriores viajes, pero quería profundizar un poco más a fondo estas interesantes aunque desapercibidas zonas del extremo más occidental de Alava, ya casi lindantes con la provincia de Burgos.

Valdegovia es un extenso municipio que forma un amplio valle en que se difuminan unos cuantos núcleos de población y un parque natural protegido como es el Parque Natural de Valderejo. A este lugar he ido varias veces a hacer rutas de senderismo y montaña así que esta vez nos dedicamos más a hacer turismo por otras zonas de Valdegovia.

Una vez en Valdeogvia nos dirigimos hacia el que es probablemente el mayor reclamo turístico de todo el valle: la Torre Palacio de los Varona. Situada en el pueblo de Villanañe es una de las numerosas Casas Torre que abundan en esta zona, pero esta torre defensiva del S.XV es con diferencia la mejor conservada de todas. Una curiosidad de la torre es que siempre ha sido propiedad de la familia Varona, aunque actualmente se permiten las visitas de turistas, ahí han vivido desde el S.XV los integrantes de esta familia, incluso en al actualidad sigue viviendo Rodrigo, el actual propietario.

Nosotros hicimos la visita guiada a las 11h con Oier, muy agradable tanto el chaval como la historia que cuenta, en una horita nos dio tiempo de sobra de ver tanto la Torre, dedicada al tema defensivo, como el Palacio, más dedicado a la vida de la familia Varona. La torre no tiene mucho que ver, pero la parte del Palacio sí, aunque no es mucho lo que se visita, mola mucho, se ven las diferentes estancias con el mobiliario original muy bien conservado.

Casa Palacio Varona
 
Luego nos acercamos a la localidad de Corro para hacer una corta ruta de senderismo, no muy vistosa, pero que me permitió tachar otro monte centenario de Alava que me pilla bastante a desmano: el Peñalisa. -Ver ruta en Senderioja-

Ruta desde Corro hacia Peñalisa
 
Cerquita de Corro están las cuevas de los Moros, unas cuevas artificiales del S.V o VI, estas cuevas al igual que otras que hay por la zona fueron usadas inicialmente por eremitas que se querían alejar del lujo de la iglesia y luego también se usaron como necrópolis.
Nosotros comimos en el parking de las cuevas de Corro y lugo fuimos a visitarlas dando un corto paseo de unos cinco minutos. Se ven dos cuevas muy bien conservadas.

Cuevas de Corro (I)

Cuevas de Corro (II)
 
Luego también fuimos a ver las cuevas artificiales de Tobillas, pero estas no merecen la pena, apenas se ve nada; por lo menos aquí aprovechamos también para ver la iglesia de Tobillas la cual se considera que puede ser unas de las más antiguas de Alava siendo una posible precursora del románico en esta zona.

Cuevas de Tobillas

Iglesia de Tobillas

Las cuevas que nos saltamos son las de Pinedo, que son las más espectaculares, pero que yo ya había visitado en otra ocasión.

En Villanueva de Valdegovia, la capital del valle y la que tiene los servicios, paramos solo para echar una cerveza en el bar antes de irnos a recogernos a la furgo.

Iglesia de Villanueva de Valdegovia

La Casa Torre Varona nos gustó tanto que decidimos regresar allí a pernoctar ya que habíamos leído que era un sitio donde los campistas suelen pernoctar, aunque nosotros esta noche estuvimos completamente solos, solo acompañados por las misteriosas lueces que permanecieron iluminadas dentro de la torre durante toda la noche...

El domingo fuimos a primera hora a ver el cercano Santuario mariano de Angosto, allí hay algún edificio religioso que no pudimos visitar y la gruta donde se supone que se apareció la virgen a un pastorcillo de la zona... vamos, la misma cantinela que tienen en el Santuario de Lourdes...

Santuario de Angosto
 
Después cambiamos de comarca y nos fuimos hacia Añana donde paramos a hacer una visita guiada a las Salinas. Antes hicimos una breve parada en el pueblo de Tuesta a ver la Iglesia de Nuestra señora de la Asunción, delcarada Monumento de interés histórico artístico en 1932; nosotros la encontramos cerrada y por fuera, quitando la portada, no tiene mucho más.

Iglesia de Tuesta

En las Salinas de Añana yo ya había estado en un viaje anterior, pero la verdad es que es un sitio que mola mucho y que Isabel quería visitar. En los trece años que han pasado desde la última vez que estuve he podido comprobar que el plan de rehabilitación ha dado sus frutos y ahora las salinas están en mucho mejor estado.

Salinas de Añana (I)

Salinas de Añana (II)

Salinas de Añana (III)
 
Tras la horita que estuvimos en la visita guiada nos subimos hasta el alto de la Tejera a hacer otra ruta de senderismo que esta vez me llevaría a culminar otros dos centenarios de Alava como son el Somo y la Atalaya. Al primero me acompañó Isabel, al otro no. Al igual que la ruta del día anterior esta zona tampoco me gustó demasiado, muy seco todo y mucho arbolado pero pocas vistas del entorno.

Alto de la Tejera
 
Tras la caminata nos dirigimos ya de vuelta hacia Logroño, aún era pronto pero no teníamos mucho más que visitar por la zona. Eso sí, hicimos una parada de camino en Pobes para meternos un par de cachopos de cecina increíbles entre pecho y espalda.

¡Cachopos!