La Route des Grandes Alpes es un recorrido que se suele hacer en bicicleta o en vehículo motorizado (típicamente motos o autocaravanas) y que va desde el Lago Leman en la frontera entre Suiza y Francia hasta el Mediterraneo pasando entre medio por los míticos puertos de los Alpes franceses, muchos de ellos famosos por ser subidos en el Tour de Francia.
El caso que cuando planee este viaje de 15 días en furgoneta trazé el recorrido por esta zona pero sin conocer esta famosa ruta y el caso es que curiosamente la he hecho en gran parte sin ir a buscarlo.
En total he recorrido casi 3.000 kilómetros en los que he visitado dos Parques Nacionales de los Alpes franceses: Vanoise y Ecrins y uno Italiano: Gran Paradiso; también he conocido dos parques regionales franceses. Vercors y Queyras.
Las regiones por las que me he movido han sido Auvernia-Ródano-Alpes (departamentos de Drome, Isere, Saboya y Alta Saboya) y Provenza-Alpes-Costa Azul (departamento de Hautes Alpes).
El año pasado ya estuve en la parte de Suiza de los Alpes así que la idea de este viaje era conocer a fondo los Alpes franceses, la final me ha dado tiempo también a hacer una pequeña incursión en la parte Italiana donde he conocido el valle de Aosta.
Este es el viaje más largo que he hecho hasta ahora en solitario, tanto por distancia como por días, pero tengo que reconocer que he venido encantado de los paisajes absolutamente increíbles que han visto mis ojos.
Sábado, día 10
Salí de Logroño con intención de acercarme a los Alpes lo máximo posible, el caso es que pillé muchas retenciones en las autopistas del sur de Francia pero aún así conseguí mi objetivo de hacer noche en algún lugar del Parque Natural de Vercors.
Antes de ello hice una parada para conocer Orange, un pueblo con mucho pasado romano . Lo primero que hice fue a ver su lugar más emblemático, el antiguo teatro romano. Hice la visita con audioguía y estuve recorriendo todos los recovecos del grandioso teatro el cual por cierto está muy bien conservado.
Tras ver el teatro me di una vueltita por el pueblo y ya cogí la furgo para buscar sitio para pernoctar en mi primera noche, entré en Vercors por una carreterita de muchas curvas que me llevó a Leoncel donde tenía apuntado que había un furgoperfecto. Cené en el propio parking donde además tenía baños públicos y me metí a descansar de un largo día de viaje.
Domingo, día 11
Antes de irme de Leoncel me acerqué a ver la bonita iglesia del pueblo. De allí salí a conocer la zona más famosa de Vercors, el tramo que hay entre las localidades de Pont-en-Royans y Villard-de-Lans. Entre ellas se atraviesa las llamadas Gorges de la Bourne, una carreterita famosa muy estrecha llena de curvas y túneles y para mi gusto no apta para atravesarla con vehículos grandes.
En Pont-de-Royans bajé a la zona desde donde se ven las casas pegadas al río, me recordó a las casas colgantes de Cuenca. Imprescindible parar aquí si pasamos por Vercors.
Antes de atravesar las Gorges de la Bourne paré en las Grottes de la Choranche; estas cuevas son famosas por su alta concentración de macaronis, un tipo de estalactitas muy finas y vistosas y también porque en su interior viven unos anfibios prehistóricos muy curiosos.
La visita solo se puede hacer de forma guiada y en francés pero aún así merece la pena entrar a verlas, la visita dura cerca de una hora que yo luego alargué un poco más ya que seguí el camino un poco más adelante donde hay un buen mirador y otra cueva con un lago interior.
Tras pasar las Gorges de la Bourne llegué a Villard de Lans, aquí me encontré muchísimos turistas así que di una vuelta rápida, comí en un restaurante y a salir de Vercors.
Pasé de largo por medio de Grenoble (tenía intención de visitarlo al volver), una de las puertas de entrada a los Alpes y mientras el cielo se iba nublando cada vez más llegué al lago de Bourget, el mayor lago de origen glaciar de Francia y en cuya orilla está como pueblo más importante Aix-les-Bains, un pueblo que les encanta a los franceses para veranear. Esto último lo puedo asegurar tras estar allí y comprobar la cantidad de gente que había en sus orillas tomando el sol o dándose un chapuzón.
La tormenta estaba ya llegando así que me di una vuelta rápida por el paseo marítimo hasta llegar a una pequeña playa y salí pitando según empezó la tormenta ya que además se estaba montando un buen atasco para salir de allí.
Cuando llegué a Annecy ya había parado de llover así que pude ver este pueblo sin mojarme, uno de los más famosos y bonitos de esta zona y conocido por sus canales como la Venecia francesa.
Aparqué en un furgoperfecto a orillas del lago de Annecy pero que me pillaba perfecto para ir a pata a ver el pueblo. Me encantaron los jardines que hay en la orilla de lago, los bonitos edificios, la Catedral y el Palacio de la Isla, el edificio más famoso de Annecy donde todos los turistas quieren hacerse la típica foto. La única pega que le pude poner a Annecy fue lo atestada de turistas que estaba.
Lunes, día 12
Antes de irme de Annecy subí con la furgo a ver la Basílica de la Visitación que pilla un poco a desmano desde el centro.
Luego crucé al otro lado del lago para ir al Castillo de Menthon-Saint Bernard. Me lo encontré cerrado y todavía faltaba una hora para que lo abrieran así que solo lo vi desde fuera y malamente ya que está detrás de un muro.
Seguí viaje hacia el este y paré a visitar Megeve, un pueblo típico alpino de casas de madera precioso, enseguida se nota que el nivel de vida en esta zona es altísimo. Además del bonito pueblo hice un pequeño recorrido que me llevó al calvario, a la zona alta del pueblo rodeada de pastos alpinos y donde hay unas cuantas capillas. La vuelta la hice por un bonito bosque que me llevó de regreso a Megeve donde paré a comer un fish and chips.
Por la tarde llegué a la zona de Sixt-fer-a-cheval, un valle precioso situado ya muy cerquita de Suiza. Antes de llegar al pueblo paré a ver las Gorges de Tines, un lugar que no tenía apuntado pero que me encontré de improvisto. Es una estrecha garganta no muy vistosa pero que no me importó visitar ya que situada junto a la propia carretera.
Ya en el pueblo de Sixt-fer-a-cheval había un pequeño mercado con productos regionales y además vi la iglesia y poco más, este es un pueblo muy pequeñito.
Esta zona es famosa sobretodo por dos lugares: el circo de Fer a Cheval y la cascada de Rouget que está unos kilómetros al sur del pueblo. Me fuí para allí y pude ver la magnificencia de una cascada considerada la reina de los Alpes. Tras darle mil vueltas para fotografiarla de diferentes ángulos regresé por la misma carretera y decidí pernoctar en un pequeño y tranquilo parking situado entre el pueblo y la cascada.
Martes, día 13
Hoy tocaba hacer la ruta de senderismo en el circo de Fer-a-Cheval. El día amaneció muy nuboso y aunque no me llovió las nubes bajas y nieblas estuvieron pululando toda la mañana, aunque me taparon algo de visibilidad creo que hicieron que el recorrido aún fuera más especial de lo que ya es.
La ruta en sí consiste en un cómodo sendero que va por el fondo del valle paralelo al río el cual va encajado entre los paredones del circo que le rodean y por las que caen cientos de cascadas de agua; yo llegué hasta la bota del mundo, un punto alto desde donde se ve perfectamente tanto el circo como el valle entero. La vuelta hasta el parking se puede hacer por el otro lado del río ya que hay unas cuantas pasarelas que cruzan de un lado al otro. Hice un recorrido de 13Km con un desnivel de unos 300 metros, todos ellos al final en la subida a la bota del mundo.
Ya por la tarde llegué a a la zona de Chamonix donde quería ir temprano para no tener problemas para encontrar camping ya que este sí que es lugar que todos los turistas que vienen a los alpes quieren visitar.
Al final me decidí por el camping des Deux Glaciers, situado en Bossons, un pueblo o barrio de Chamonix alejado del centro pero esto es algo que no me importó ya que los autobuses para moverse entre los alrededores del pueblo y Chamonix son gratuitos y yo tenía intención de no mover la furgoneta en los dos días que iba a estar por aquí.
En la zona de Chamonix uno se podría estar las vacaciones enteras ya que hay mil cosas para hacer pero como no es plan yo había fijado la visita en dos o tres días, para ello había comprado por Internet el multipass para subir a todos los teleféricos y trenes de forma gratuita durante tres días, algo que resulta rentable a nada que cojas un par de teleféricos.
El multipass lo había activado para ser usado desde el miércoles al viernes así que para esta tarde no me servía, por ello decidí hacer una ruta hasta el glaciar de Bossons la cual podía empezar a hacer saliendo caminando desde mi propio camping.
No es una ruta de las más famosas así que yo creo que solo la hacen aquellos visitantes que tienen muchos días para estar en Chamonix.
Yo llegué hasta el Chalet du glacier des Bossons lugar desde donde ya se ve el glaciar, es un recorrido de tan solo 5Km pero muy empinado ya que se salvan 400 metros de desnivel por bosque.
Desde donde yo me quedé el glaciar se llega a ver pero realmente queda bastante más arriba por lo que se puede seguir subiendo hasta el chalet des Pyramides. Yo no me quería dar la paliza así que bajé de regreso al camping para darme una ducha antes de coger el bus para ir a ver el centro de Chamonix.
En Chamonix me encontré lo esperado: muchísimas tiendas de deportes de montaña y locales de restauración que dan servicio a la extraña mezcla que se da aquí de escaladores, senderistas, domingueros y simples turistas. La mayor parte del ambiente se concentra en los alrededores de donde está la estatua de Michel Paccard y Jacques Balmat, los primeros en conquistar la cumbre del Montblanc el 8 de agosto de1786, este hecho se considera muy importante ya que fue el pistoletazo de salida de lo que hoy es el montañismo.
Miércoles, día 14
Hoy tenía reservado hora a las 9,20h para subir en el teleférico del Aiguille du Midi y menos mal que así lo hice porque cuando llegué a la estación había unas filas increíbles para poder coger hora. De las numerosas atracciones de Chamonix se nota que está es la estrella.
Como la mayor parte de los que subimos en el teleférico pasé la estación intermedia y me planté en la estación superior a 3.777 metros de altitud. Aún se puede subir más alto usando el ascensor que te sube a la plataforma superior la cual está a 3.842m pero debido a las filas que había para cogerlo yo deseché la opción, no quería quedarme otra hora más haciendo fila.
Lo que sí que hice fue fotografiar con detalle todos los alrededores. Tuve suerte de que el día estaba despejado y se podían ver perfectamente todos los colosos de alrededor, se llegaba incluso a ver el Cervino en Suiza. De todas formas el protagonista que se llevaba casi todas las fotos era el Mont Blanc, con sus 4.810m es el pico más alto de la Europa Occidental y está situado muy cerquita del mirador, de hecho se llegaba a ver alpinistas dirigiéndose hacia él.
Aparte de las increíbles vistas y algunas salas con información y proyecciones no hay mucho más que hacer por aquí, la salida para tocar nieve desde esta zona está muy complicada, no como en el Klein Matterhorn de Suiza donde es mucho más fácil. La experiencia en este último me gustó más; además de que está más alto tiene más posibilidades.
Tras estar cerca de una horita hice la bajada a la estación intermedia (2.310m) con la intención de hacer la ruta del balcón norte hasta el Mer de Glace donde quería coger el tren cremallera de Montavers para el regreso a Chamonix. Este plan se me truncó ya que el tren había descarrillado unos días antes y estaba todavía en revisión; total que tuve que hacer la bajada hasta Chamonix a pata añadiendo a la ruta 5 Km más y casi 800 metros de desnivel de bajada.
La ruta del balcón norte son 7 Km en los que aproveché para visitar el lago azul (no me pareció que mereciera la pena aunque no hay que desviarse apenas para verlo) y en los que lo mejor está al final cuando llegas la Mer de Glace, a pesar de lo retrocedido que está el glaciar las vistas de la zona son magníficas.
Al estar el tren sin funcionar la zona de la estación estaba prácticamente desierta así que no pude ver nada de lo que hay para visitar por la zona, ni siquiera bajé a la cueva del glaciar ya que el teleférico tampoco funcionaba y me parecía una paliza bajar sabiendo que aún tenía que regresar a Chamonix.
Lo que sí que hice antes de emprender la bajada fue recuperar energías comiéndome un estupendo entrecot, eso sí, a precio de oro, en el hotel de Montavers, el único sitio donde podía comprar algo en la zona.
Tras la bajada a Chamonix aproveché para entrar algunos sitios que no había podido entrar el primer día, por ejemplo a la Oficina de turismo municipal o a la Iglesia. También aproveché para hacer compra de algunas cosillas que necesitaba y también algún souvenir.
Jueves, día 15
Hoy me tocaba visitar el lado sur de Chamonix, la zona que llaman de las agujas rojas, para ello tomé el teleférico de Planpraz y luego el de Brevent el cual sube hasta una cota de 2.500 metros, lo mejor de este lugar son las vistas del Mont Blanc, situado justo en frente, al otro lado del valle de Chamonix.
Tras las correspondientes fotos me bajé hasta la estación intermedia de Planpraz, a unos 2.000 metros de altitud, para empezar una ruta allí que me llevaría hasta los lacs Noirs pasando antes por el lac Cornu. Me salieron 8 Km con un desnivel de 520 metros. Esta es la ruta que elegí como alternativa a la famosa ruta del balcón sur y lac blanc ya que el teleférico de la Flagere llevaba todo el verano sin funcionar.
Todavía me quedaba por ver el glaciar de Argentiere pero el teleférico de Grands Montets tampoco funcionaba así que decidí acercarme por la tarde a ver las Gorges de Diosaz, en el vecino pueblo de Servoz, y así ya dar por acabada la visita a la zona de Chamonix. La verdad es que tuve mala suerte con los teleféricos en esta zona.
Para comer decidí montar un improvisado picnic en el lac des Gaillans, situado en las afueras de Chamonix este un pequeño pero precioso lago donde se respira mucha paz.
En uno de los lados del lago hay una zona de escalada donde había un montón de escaladores practicando, me sorprendió ver también un montón de niños encaramados en las rocas.
En cuanto a las Gorges de Diosaz comentar que son las típicas pasarelas de madera que siguen el curso de un caudaloso río en el que en el trayecto se van viendo diferentes saltos de agua. Ya he visto muchas gargantas de este tipo así que no me sorprendieron demasiado.
El recorrido solo son unos 3,5Km de distancia con unos 100 metros de desnivel.
Aún me quedaban horas de luz así que me animé a cruzar a Italia un día antes de lo previsto, para ello usé el túnel del Mont Blanc el cual une Chamonix con Cormayeur ya en el lado italiano. Pasar los 11Km de túnel cuesta la friolera de 45€.
La idea en Italia era visitar el valle de Aosta, famoso por sus numerosos castillos, el cual es un ancho valle glaciar en dirección oeste-este del que salen unos cuantos valles hacia el sur que forman el parque Nacional de Gran Paradiso, de los cuatro valles decidí visitar el de Cogne ya que no me daba tiempo a más.
Esa tarde me encaminé directo hacia el valle de Cogne haciendo una breve parada para fotografiar desde fuera los dos castillos que hay en la localidad de Saint Pierre, el que está dentro del pueblo y el de Sarriod de la Tour en las afueras. Ambos tenían buena pinta pero ya estaban cerrados por horario.
Ya en el valle de Cogne paré para ver el puente acueducto romano de Pont d'Ael. Se puede entrar dentro de él pero también estaba cerrado.
Sin perder más tiempo me fui directo a Epinel donde tenía localizado un furgoperfecto, cené una estupenda pizza en el propio restaurante que hay junto al furgoperfecto.
Se notaba que estaba bastante alto y esta noche pasé frío, para las siguientes noches ya tuve la precaución de cambiar el saco de verano por el de invierno.
Viernes, día 16
Por la mañana seguí internándome en valle de Cogne, ya en los límites del Parque Nacional de Gran Paradiso. Primera parada en el pueblo que da nombre la valle, me gustaron muchos las inmensas praderas que rodean al pueblo, esta parece que es una zona muy famosa en invierno para practicar esquí de fondo.
En el fondo del valle está Lillaz donde paré a ver las famosas cascadas, muy bonitas, la verdad es que merece la pena llegar hasta este punto.
Después retrocedí todo el valle de Cogne para volver al valle de Aosta, en la intersección está la localidad de Aymavilles donde paré para hacer dos visitas breves al castillo y la iglesia, ambas solo por fuera.
Al mediodía llegué a la ciudad de Aosta, un bellísimo pueblo italiano con mucho pasado romano. Aquí estuve bastante rato ya que es un lugar en el que merece la pena hacer una visita pausada. Lugares a destacar de Aosta son la impresionante puerta praetoria, la curiosa torre de los leprosos, la catedral, el exquisito claustro de San Orso y el famoso Arco de Augusto, el símbolo más famoso de la ciudad. Aún hay más lugares para visitar a los que no entré porque no cogí la entrada como son el teatro romano o la basílica paleocristiana.
Por la tarde quería visitar alguno de los numerosos castillos que pueblan el valle y me decanté por el de Fenis, probablemente el más famoso de todos. Me tocó esperar una hora para hacer la visita ya que solo se puede hacer de forma guiada y me dieron vez a las 17h. Mereció la pena la espera ya que es un castillo muy bonito tanto por fuera como por dentro.
Sábado, día 17
Hoy tocaba regresar a Francia, para ello usaría el Col du Petit Sant Bernard el primero de los míticos puertos de montaña de los Alpes que seguiría subiendo en días sucesivos.
Para llegar al puerto deshice el camino en el valle de Aosta y me desvíe casi a la altura de Courmayeur, una especie de homónimo de Chamonix en el lado Italiano, desde aquí también hay teleféricos que suben hasta las inmediaciones del coloso. Yo hice una breve parada para ver el ambiente el cual se concentra sobretodo en la calle Roma, la más comercial del pueblo.
El Col du Petit Sant Bernard se corona en una enorme y bellísima meseta jalonada de verdes pastos. Además, es un lugar con mucha historia ya que aquí tradicionalmente han pasado caminos muy importantes, numerosos carteles con información explican la historia del paso.
Aunque se puede recorrer toda la planicie en una cómoda excursión de no más 7 Km yo lo hice haciendo sucesivas paradas de coche. Primero en el lado italiano para ver desde las alturas el lago Verney. Luego paré en medio donde estaba la frontera entre los dos países y finalmente en el lado francés a la altura donde están el hospicio, hoy reconvertido como museo y oficina de información, y las esculturas de Saint Bernard y la rosa de los vientos. Desde esta última hice una breve caminata que me llevó hasta el jardín botánico y una ermita que hay cerca de él.
La bajada del puerto la encadené con la subida a otro coloso, el col de l'Iseran, este hace de puerta de entrada al Parque Nacional de Vanoise donde estaría dos días. En vez de coronar el puerto me desvíe por una carreterita de montaña que me subió al lugar conocido como Le Saut, allí comenzaba mi ruta para conocer la reserva natural de la Sassiere. Hice un recorrido de 14,2Km y 637m de desnivel que me llevaría a pasar junto al lago de Sassiere (hasta aquí el camino es muy cómodo) y luego con algo más de subida hasta la cabecera del glaciar de Rhemes - Golette.
Tras la ruta seguí hacia la cabecera del Col de l'Iseran, pasé el artificial pueblo de Val d'Isere, creado exclusivamente para el turismo de nieve y finalmente paré en el Pont-Sant Charles, un lugar magnífico para dormir en altura y con baños y mesas incluidos.
Domingo, día 18
Desde el propio parking donde dormí empezaba mi ruta de hoy, consistía en pasar la estrecha garganta de Malpasset para llegar hasta el refugio de Prariond y luego hacer una fuerte subida hasta el col de la Lose (2.957m) el cual hace frontera entre dos parque Nacionales, Vanoise en Francia y Gran Paradiso en Italia; por cierto el pico Gran Paradiso se ve perfectamente desde este collado. La ruta fueron 12,8 Km y 900 metros de desnivel.
Tras el recorrido volví a la furgo y ya finalmente sí que coroné el col de l'Iseran, el cual por cierto es con sus 2.770m es el más alto de todos los Alpes. En su cima hay una preciosa ermita construida íntegramente en roca.
La bajada del puerto hacia el pueblo de Bonneval-sur-arc aún me gustó más que la subida, se hace a través de laderas verdes preciosas. El propio pueblo de Bonneval-sur-arc está situado en un lugar magnífico, justo el fondo de un profundo valle glaciar.
Al igual que un montón de turistas más yo también paré a conocer el pueblo, el cual por cierto está dentro de la lista de "Les villages plus belles de france". Es un pueblo pequeñito con unas pocas casas y la iglesia junto a la cual hay un cementerio que me gustó mucho y donde hay un montón de tumbas y lápidas dedicadas a montañeros, se nota la ubicación donde está situado este pueblo.
El siguiente tramo del valle después de Bonnveval-sur-arc sigue siendo precioso, aunque yo me conformé con verlo desde el coche; tampoco opté por desviarme al puerto de Mont-Cenis que también debe ser muy bonito; lo que hice fue seguir el curso del valle hasta llegar al lugar donde están las fortalezas de l'Eseillon.
Pasé de largo las fortalezas más pequeñas y paré a ver la fortaleza de Victor-Emmanuel, la más grande de todas. Es un sitio semi abandonado que tiene mil recovecos, pasillos, escaleras y salas que explorar.
Luego me bajé a ver el Redoute Maria Therese el cual es como la entrada al complejo y en el que sí que tiene controlada la entrada de turistas.
Antes de llegar abajo hice una parada para ver la ermita y la cascada de Saint Benoit, para llegar a esta última hay que pasar por una zona de pozas maravillosa para ir con la familia. La cascada en sí es un chorretón de agua muy bonito, merece la pena la parada.
Y aún hay más, en los alrededores de todos estos sitios hay multitud de tirolinas, vías ferratas, puentes tibetanos que harán las delicias de los aficionados a estas cosas, el puente más conocido de esta zona es el llamado "Puente del diablo", yo lo vi desde lejos.
No vi la zona muy apropiada para pernoctar pero estaba cansado, era tarde y finalmente decidí quedarme a dormir en el parking del Redoute Maria Therese.
Lunes, día 19
Hoy tocaba dejar la Vanoise y entrar en otro Parque Nacional, el de Ecrins el cual tiene fama debido a sus afilados picos y profundos valles de ser uno de los reductos más salvajes de los Alpes. Aquí quería pasar más días que en Vanoise, al menos los siguientes 4 o 5 días.
Hoy también tocaba hacer cambio de región ya que dejaba Auvernia-Ródano-Alpes para entrar en Provenza-Alpes-Costa Azul.
Hoy también era día de inflexión con el tiempo ya que hasta ahora el tiempo me había respetado pero se supone que según meteofrance ya empezaban a entrar lluvias en todo el territorio de los Alpes. Luego resultó que no fue para tanto y aunque ya no lució tanto el sol tampoco me ha llovido demasiado.
Me dirigí hacia los Ecrins a través del Col du Telegraph y del Col du Galivier, dos puertos míticos del Tour de Francia; increíble este último, lo subí con mal tiempo y fui haciendo paradas para echar fotos como podía pero ya en la cima se despejó el día y se me caía la baba con el paisajes que tenía ante mi. A un lado los Ecrins y al otro el hermoso valle completamente verde por el que había subido.
En el Col de Galivier merece la pena subir por un caminito que enseguida te aupa a un lugar donde hay una mesa de orietación y aún mejores vistas que desde el propio puerto.
Por cierto, entre el Col du Telegraph y del Col du Galivier hice una parada en Les Vereys para ver unas curiosas esculturas de paja que están expuestas junto a la carretera.
La bajada del Col de Galibier te deja en el Col de Lautaret, otro puerto que me encantó. En este hay muchas más infraestructura: restaurante, hoteles, fuente, baños y también una oficina de información sobre Ecrins. Me pareció un lugar inmejorable para pernoctar así que decidí que a la vuelta pasaría una noche por aquí.
Por la tarde hice una ruta de senderismo de 17Km y 1.000 metros de desnivel en el corazón de los Ecrins; salí desde le Casset y tras pasar un tramo de bosque cerrado llegué al lac de la Douche con un color de agua precioso, luego remonté una fuerte pendiente para ya seguir el río paralelo hasta el col de Arsine donde me desvíe para subir hasta los lagos glaciares de Arsine. Justo cuando estaba arriba del todo empezó a llover así que tuve que atajar y bajar lo más rápido posible, luego al rato paró.
Después de la caminata hice acopio de víveres y me alojé en un camping cercano.
Martes, día 20
Hoy madrugué poco ya que me quería tomar la mañana con más calma ya que la idea era pasarla íntegramente visitando Briancon, el pueblo más grande y turístico de la zona.
Aparqué en la parte baja y nueva del pueblo, fuera de la zona azul, y desde ahí empecé a andar. Antes de subir a la parte viaje que está bastante arriba estuve dando una vuelta por el bonito parque de la Schappe.
A la parte antigua se accede pasando una serie de murallas que delimitan completamente toda esta parte histórica. Más arriba se veían unos cuantos fuertes que yo no decidí visitar, tampoco entré al castillo el cual no parecía gran cosa. Sí que me acerqué a ver el puente de Asfeld que salva un enorme tajo del rio. Luego estuve dando una vuelta por su bonitas y empinadas callejuelas buscando lugar donde comer.
Tenía algunas rutas de senderismo preparadas para poder hacer por la tarde pero me notaba cansado y cambié los planes sobre la marcha para dirigirme con la furgo a conocer el Parque Regional de Queyras el cual inicialmente estaba fuera de mis planes.
La entrada a Queyras la hice por el Col de l'Izoard, otro de los puertos míticos del Tour. Aquí el paisaje ya era diferente, igual de alto pero mucho más descarnado, no hay tanta hierba pero lo que sí que abundan son enormes pedreras situadas en las laderas de los enormes picos.
En las inmediaciones del puerto está el famoso refugio de Napoleón y un poco más arriba de por donde pasa la carretera un lugar con varias mesas de orientación para conocer los picos de la zona.
Tras coronar el puerto bajé un poco el lado sur y pasé en el lugar llamado "La Casse Desserte" donde se puede dejar el coche para hacer una pequeña ruta de senderismo que te acaba llevando tras 5Km y 300 metros de desnivel al lago de Souliers; me pareció una excursión ideal para hacerla en plan familiar.
El Puerto de l'Izoard me acabó dejando en el corazón de Queyras y desde allí lo que hice fue acercarme a visitar el castillo de Queyras. Pagué la entrada la cual es un poco cara (10€) pero me gustó bastante la visita al castillo la cual puedes hacer a tu aire.
Ya se estaba haciendo tarde así que salí de Queryras por el lado occidental y me dirigí a Mont Dauphin donde leí que había un furgoperfecto. Este pueblo también está fortificado y también merece la pena visitarlo aunque yo esto no lo sabía y cuando llegué era bastante tarde así que hice la visita más rápido de lo que me hubiera gustado.
Valga la redundancia, el furgoperfecto, perfecto, en un lugar rodeado de las montañas de Ecrins y de Queyras.
Miércoles, día 21
Hoy tocaba hacer una de excursiones estrella de Ecrins: la ruta al refugio del glaciar blanco. Para la famosa que es y la cantidad de gente que había tengo que decir a que a mi me defraudó bastante, me pareció muy monótona y en ella ni siquiera se llega apenas a ver el glaciar blanco, para verlo habría que seguir subiendo más arriba del refugio del glaciar blanco, probablemente hasta el llamado refugio de Ecrins.
La ruta hasta el refugio fueron 10,5Km con un desnivel considerable de 782 metros.
Esa noche había decidido pernoctar en el Col de Lautaret, que tanto me había gustado, así que por la tarde me dirigí hacia allí y ya no me moví. Sí que aproveché para entrar a ver el jardín alpino que hay en el propio puerto. Es un jardín muy famoso porque contiene flores de montañas de todo el mundo, desde el Himalaya hasta los Andes pasando por el Caucaso. Es un lugar curioso porque se ven especies de flores que en otro caso serían muy difíciles de encontrar.
Para dormir decidí colocar la furgoneta en la zona donde estaban las ACs, creo que hubiera sido mejor haberla puesto ponerlo en algún otro de los parkings que hay porque hubiera estado más tranquilo, pero bueno. Eso sí, por la noche cayó una tormenta tremenda que dejó toda la zona completamente embarrada, menos mal que me pilló ya después de cenar al abrigo de la furgoneta.
Jueves, día 22
Hoy tocaba ir saliendo de Ecrins, para ello bajé el puerto de Lautaret hacia el oeste, pero antes de irme me quedaban un par de visitas por hacer.
La primera parada la hice en el pueblo de la Grave el cual también está inscrito en la lista de los pueblos más bonitos de Francia. A mi el pueblo no me pareció nada bonito hasta que llegué al rincón donde están las iglesias junto al cementerio y con las montañas de la zona de la Meije de fondo, solo este lugar ya justifica la visita al pueblo.
Desde la parte de abajo del pueblo se coge el teleférico para subir hasta el glaciar de la Girose. Como iba bien de tiempo decidí cogerlo y disfrutar de cerquita de las vistas de las agujas de la Meije. Además, ya que no había podido ver la cueva glaciar del Mer de Glace en la estación superior pude visitar una cueva de hielo. En la estación intermedia hay una zona de juegos para críos y poco más. Por último comentar que este teleférico es bastante lento ya que hace constantes paradas para que se suban más turistas.
Después me metí por la carretera que va hacia la Berarde, deseché llegar hasta el fondo porque la carretera se debe estrechar bastante; yo me quedé en el pueblo de la Danchare donde comienza otra de las rutas más famosas de parque, la que lleva hasta el lago de Lauvitel, el más grande de Ecrins.
La ruta fueron 7,1Km con 633 metros de desnivel. Es una ruta en fuerte subida por medio de bosque que llega hasta la zona despejada donde está el bonito lago de Lauvitel. La bajada se puede hacer por el otro lado del torrente de agua que baja del lago hacia el pueblo.
No me podía ir de la zona sin subir el puerto más famoso del Tour de Francia, el archiconocido Alpe d'Huez. Son un total de 21 curvas de herradura que están marcadas una a una hasta llegar al propio pueblo de Alpe d'Huez donde está la meta. Yo pasé el pueblo y seguí subiendo hasta la zona donde están las estaciones de esquí y los teleféricos. Eché unas fotos al entorno y de vuelta para el pueblo el cual me pareció horrible y muy artificial, se nota que se creó exclusivamente para dar servicio a los turistas y esquiadores de invierno.
Comentar que este puerto me gustó menos que otros, está muy masificado y la zona por donde transcurre no es muy espectacular; de todas formas decidí subirlo por la historia y fama que tiene.
La tarde-noche la pasé en un camping cercano en el que no vi a nadie que no fuera holandés, curioso.
Viernes, día 23
En la ida lo había pasado de alto pero ahora en la vuelta sí que paré a conocer Grenoble. Lo primero que sorprende es lo grande que parece ya que es una ciudad que se extiende por toda la llanura que deja el valle glaciar la cual está rodeada completamente por macizos montañosos en todas las direcciones que mires. También es una ciudad conocida por las numerosas empresas y edificios que hay de investigación.
Turísticamente hablando no es gran cosa, pero aún así quería conocerla. Aparqué fuera de la zona azul aunque un poco alejado del centro donde luego me acerqué andando. Hice un recorrido que me llevaría por la plaza Victor Hugo, Iglesia de San Luis, el Mercado, Plaza de Verdún, Plaza Notre Dame donde están la Catedral y la famosa Fontaine des Trois Orders y finalmente la Plaza San André rodeada del edificio del Delfinado y de la Colegiata de Saint André, este me pareció el sitio más bonito de la ciudad.
Muy cerquita se coje el teleférico para subir a la bastilla, lugar desde donde se ve la enorme magnitud de Grenoble. Desde aquí se distingue perfectamente la avenida Cours Jean Jaurès, que con 8 Kilómetros es la avenida en línea recta más larga de Europa. Aparte de las vistas por aquí no hay mucho que hacer así que enseguida me bajé para abajo.
Por la tarde decidí empezar a regresar hacia Logroño, me desvíe considerablemente del camino más corto para poder visitar Le Puy-en-Velay, un pueblo que tenía apuntado para visitar desde hace tiempo pero que pilla a desmano de todo.
A pesar de lo remota de su ubicación, en el corazón del departamento de Haute Loira, la visita sin duda merece la pena, es un pueblo precioso con un puñado de lugares para visitar imprescindibles.
Decidí aparcar en la zona de la Aiguille ya que es una de las pocas zonas donde se puede aparcar gratis. Estaba justo debajo de la Iglesia de Saint Michel d'Aiguille, uno de los hitos turísticos del pueblo; se trata de una iglesia situada en lo alto de una estrecha roca formada por restos de un antiguo volcán. Tras pagar los 5€ que cuesta subir las escaleras entré a la famosa iglesia que me pareció preciosa también por dentro.
Cerquita de la iglesia está la capilla de Saint Clair que también merece la pena una visita y que además pilla de paso para ir hacia la parte alta del pueblo donde están el resto de lugares turísticos. Pasé de largo el claustro de la catedral y la subida a la estatua de Notre Dame ya que había que pagar en ambos lugares pero sí entré a la bellísima Catedral de Notre Dame la cual está reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco dentro del conjunto de lugares del Camino de Santiago, hay que decir que Le Puy-en-Velay es un punto donde se unen unos cuantos ramales del Camino de Santiago.
Salí de la catedral por un lateral y bajé por el recorrido recomendado hasta las plazas Place du Plot y Place du Clauzel, ambas con mucho ambiente. Después rodee hasta llegar a la famosa calle empedrada que sube directa a la Catedral y ya regresé a la furgoneta habiendo cerrado un círculo completo.
Antes de irme del pueblo quería coneguir la famosa foto donde salen los tres monumentos más famosos en las alturas: la iglesia de Saint Michel d'Aiguille, la estatua de Notre Dame de France y la Catedral de Notre Dame. Calculé la zona desde donde se podía conseguir y lo más parecido que pude obtener lo hice desde el parking del hospital municipal.
La ultima visita que hice fue al complejo de Saint Joseph de Bon Espoir donde hay una iglesia, capilla, gruta, estatua... tenía buena pinta pero por la hora que era yo ya me lo encontré todo cerrado.
Al final se me había hecho bastante tarde así que salí pitando del pueblo para ir volviendo hacia Logroño y de camino ir mirando para buscar algún lugar para pernoctar ya que no tenía furgoperfectos localizados en las inmediaciones.
Estaba en pleno macizo central francés, a una altura de más de 1.000 metros, una zona bonita rodeada de pastos de altura por todos los lados pero no conseguía encontrar un buen sitio para pernoctar así que cuando ya estaba anocheciendo decidí parar en la típica salida de carretera con mesas. Demasiado tráfico tuve esa noche, pero bueno, me sirvió para pernoctar.
Sábado, día 24
Todavía tenía tiempo para haber visto algún lugar más ya que mi idea inicial era haber vuelto el Domingo pero ya tenía ganas de regresar a casa así que me pegué la pechada de casi 1.000 kilómetros con la intención de llegar a Logroño a dormir. Solo hice breves paradas para echar gasolina y comer en un KFC de Toulousse. Además, la vuelta la hice por Roncesvalles ya que la zona de Irún podía estar atascada debido a la cumbre del G7 de Biarritz.