domingo, 4 de octubre de 2020

Islas Canarias: Gran Canaria

Viene de aquí.

En el viaje a las Islas Canarias Gran Canaria fue la isla a la que menos tiempo dedicamos,  solo cuatro días y porque nos pillaba de paso para cruzar con el ferry de Lanzarote a Tenerife, es la isla de la que peores referencias teníamos y la verdad es que todo esto se cumplió en gran medida. El mal tiempo que tuvimos tampoco ayudó a que mejorara nuestra opinión sobre ella. Sí que es verdad que el interior montañoso es bastante interesante pero allí justo fue donde peor tiempo tuvimos.

En el resto de islas tuvimos alojamiento fijo y nos íbamos moviendo cada día desde allí mismo, pero en Gran Canaria decidimos coger el alojamiento en tránsito ya que teníamos que cruzar desde la costa este donde llegábamos desde Lanzarote hasta la costa oeste de donde salíamos rumbo a Tenerife.

Jueves, día 1
El ferry nos dejó en el puerto de Las Palmas a las 18,30h, la hora prevista. Del puerto nos sorprendió lo grande que es y lo industrializado que está, se veía mucho tema relacionado con los hidrocarburos.
Nuestra intención era ir hacia el barrio de Vegueta donde estaba nuestro alojamiento para esa noche así que tomamos una larga avenida que nos hizo cruzar el centro de la gran ciudad de las Palmas (la más grande de Canarias) para ir hacia el extremo sur de la ciudad. Por la zona de Vegueta no hay apenas aparcamiento libre así que aparcamos en zona verde por lo que tuvimos que bajar varias veces a meter monedas para el ticket.
Teníamos reservado un modesto hostal con baño compartido aunque muy céntrico, situado justo en la Plaza de Santa Ana donde están el Ayuntamiento y la Catedral de Santa Ana.

Tras dejar los bártulos nos dedicamos a visitar Vegueta, por lo que había leido en Internet aunque está alejado del centro geográfico de la ciudad, es la zona más turísitica.
Inicialmente nos fuimos a pasear hacia el sur de la Plaza de Santa Ana pero nos estrañaba que era una zona muy normal, sin apenas nada que ver aparte de las Plazas de Santo Domingo y del Espíritu Santo;  luego nos dimos cuenta de que lo más interesante está más hacia el norte, ya colindando con el barrio de Triana. En Triana ya sí que vimos mucha más gente paseando, sobretodo en la calle Mayor del barrio que es la típica calle comercial con multitud de tiendas y restaurantes.Cuando se nos hizo de noche entramos cenar a un curioso restaurante donde servían bowls de ensaladas donde tu mismo podías elegir cada uno de los variados ingredientes disponibles.

Plaza y Catedral de Santa Ana

Calle Mayor de Triana

Viernes, día 2
Tras desayunar en la cocina del hostal nos tocaba dejar las Palmas y seguir viaje por la isla. Por la mañana queríamos visitar un par de pueblos cercanos a la capital y de los que había oído hablar bien: Arucas y Teror. en la primero paramos a ver exclusivamente su enorme iglesia neogótica, pero solo por fuera ya que estaba cerrada, imrpesiona su tamaño sobresaliendo en un pueblo tan pequeño.
En Teror dimos una vuelta más amplia, merece la pena recorrer la calle principal que va hacia la Basílica del Pino, tiene bonitos edificios y está muy cuidada. La plaza donde está la Basílica del pino también es chula.

Iglesia de Arucas

Basílica del Pino en Teror
 
Tras tomar una carreterita venga a hacer sube y bajas y liarnos con alguna otra carreteraa acabamos llegando al Jardín Viera y Clavijo, se trata de un enorme jardín botánico con especies vegetales endémicas de las islas canarias, se pueden ver palmeras, dragos, laurisilva, etc...
La entrada por la parte de abajo estaba cerrada por el tema del Covid así que entramos por la de arriba en la que lo primero que te encuentras al entrar es un mirador de todo el jardín, luego fuimos bajando por diferentes caminos que nos llevaron a la parte baja. Hay un montón de puntos de interés localizados con números pero nosotros no llevamos ningún orden, simplemente bajamos y luego subimos.
Es un lugar muy grande donde uno puede estar unas cuantas horas recorriendo todos los recovecos y la verdad es que se encuentra un poco descuidado, pero no hay que olvidar que es un parque gratuito.

Jardín botánico visto desde arriba
 
Desde aquí tomamos la autovía GC-1 para bajar por la costa hasta Maspalomas, en el extremo sur de la isla, y con diferencia el punto más turístico de toda la isla. Es una zona donde casi siempre hace sol, con muy buenas playas y sin duda un lugar muy enfocado al turismo extranjero con multitud de resorts, tiendas de lujo y restaurantes dirigidos principalmente a ellos.
Con esta descripción a mi en principio no era un lugar que me llamara demasiado pero no me podía ir de la isla sin ver las dunas de Maspalomas.

Para el alojamiento en Maspalomas había reservado un bungalow en el Cordial Green Golf, unos apartamentos con doble planta y piscina con muy buena pinta.
Cuando llegamos a Maspolamos todavía no eran las 14h que era cuando ya podíamos entrar así que hicimos tiempo haciendo algo de compra en el supermercado de la propia urbanización y en la piscina en la que estuvimos la mar de agusto.

Piscina en el bungalow

Nuestro bungalow
 
A la tarde nos acercamos a ver las dunas de Maspalomas, hicimos un recorrido desde la parte de atrás del Hotel Riu que es donde está el mirador más famoso de las dunas. Atravesamos las dunas por medio y sin seguir un camino definido hasta llegar a la Playa de Maspalomas, luego de ahí giramos hacia la izquierda para seguir la Playa del Inglés hasta donde acaba y ya volver hacia el Hotel Riu por el paseo marítimo.
Al regresar intentamos ir rápido para llegar a ver el atardecer desde el mirador pero justo cuando llegamos vimos como el sol desaparecía, no lo pillamos por cuestión de minutos; una pena porque los atardeceres aquí deben ser muy bonitos.
Desde aquí cogimos el coche para ir a cenar por la zona más "cool" de Maspalomas, donde está el faro de Maspalomas, nos llamó la atención la gran cantidad de tiendas de lujo que hay por esta zona, se nota que todo esto está enfocado directamente al turista guiri.
Tras barajar varias opciones acabamos cenando en un tranquilo restuarante de tipo grill junto al mar.

Dunas de Maspalomas (I)

Dunas de Maspalomas (II)

Playa del Inglés

Faro de Maspalomas
 
Se nos prometía una tranquila velada en la terraza del apartamento pero al llegar saltaron todas las alarmas porque encontramos un par de cucarachas dentro!. Isa les tiene auténtica fobia y con los gritos vinieron hasta los vecinos a ayudar a encontrarlas para matarlas, nos ayudó hasta un trabajador de la urbanización que pasaba por allí, todo un espectáculo. Con un montón de insecticidad y paciencia conseguimos acabar con las dos "cucas" pero Isa ya no durmió tranquila... Tras el incidentes estuvimos de charleta con los vecinos que habían pasado ayudarnos, una pareja con una niña de Las Palmas muy majetes.

Sábado, día 3
Hoy cambiamos de tercio y pasábamos a la montaña, nos tocaba ir desde el sur hasta el centro de la isla donde está toda la zona montañosa, los famosos roques y los profundos barrancos. Es una zona bastante atractiva, con buenos miradores y llena del famoso pino canario.

Según nos acercábamos hacia el interior de la isla veíamos como el tiempo iba cambiando cada vez a peor, ya habíamos leído en las previsiones que venían dos días de mal tiempo.
Total que cuando llegamos al aparcamiento de la Degollada de la Goleta estábamos inmersos en una espesa niebla que a ratos tiraba agua y que hacía que apenas se viera nada; aún así no nos achantamos e hicimos la ruta de 3 Km y 150 de desnivel que nos llevó hasta la misma base del Roque Nublo, uno de los símbolos más reconocidos de Gran Canaria.

Bosque de pino canario

Roque Nublo entre nieblas
 
Según avanzaba la mañana el tiempo iba a peor, ahora había un viento del demonio, nosotros no cambiamos los planes, seguimos por la carretera hacia arriba hasta llegar al pico de las Nieves, el más alto de la isla. Bajar del coche , no ver nada, y ya empezar a descender kilómetros. De camino a la Cruz de Tejeda pasamos junto a otros miradores famosos, por ejemplo el de la Degollada de la Becerra pero ya ni siquiera paramos.

Mirador del pico de las Nieves
 
La Cruz de Tejeda es un lugar de parada obligatoria donde suele haber bastante ambiente, una ermita y junto a ella un parador Nacional. El tiempo ya era criminal así que decidimos parar a entrar en calor y almorzar, nos comimos una ración de las típicas papas arrugadas con mojo y otra de gofio, el cual me pareció muy espeso y basto, no nos gustó.

Cruz de Tejeda
 
Un poco más adelante llegamos a Tejeda, otro de los pueblos en la lista de "Los pueblos más bonitos de España". A mi sinceramente no me pareció para tanto, me gustó más Artenara, el pueblo que visitaríamos a continuación. Lo mejor que hicimos en Tejeda fue hacer fila en la pastelería del pueblo para compar unas riquísimas palmeras de hojaldre que tiene mucho éxito y que nos habían recomendado los vecinos de Maspalomas. Gracias al almuerzo y las palmeras nos dimos por comidos.
En Tejeda nos mejoró algo el tiempo y al menos pudimos contemplar la figura del Roque Bentaiga enfrente, otro de los roques más destacados de la isla.

Tejeda y Roque Bentaiga la fondo

Calle principal de Tejeda

De Tejeda pasamos a Artenera donde teníamos el alojamiento de ese día. Una casa cueva amplísima para nosotros solitos. Antes de ir a disfrutar de la Casa Cueva estuvimos conociendo el pueblo el cual parecía tener bastantes alicientes turísticos. Se le podría llamar el pueblo de los miradores, conté hasta cinco diferentes.
En primer lugar entramos a visitar a un museo grautito en el que se habla de los primeros pobladores de Canarias y en el que se recrea una de las cuevas que usaban.
Después pasamos por la Plaza e Iglesia de San Matías para llegar al Mirador de Unamuno desde donde apenas veíamos nada por las nubes metidas en el barranco.
Más adelante del mirador de unamuno hay unas casas cueva que se pueden visitar libremente, son un total de seis y cada una ambientada de una forma diferente.
Subiendo por una empinada calle y escaleras se llega justo la Emita de la Cuevita, incrustada también en la roca.

Casas cueva visitables en Artenara

La cuevita

Vistas desde cerca de la cuevita

Domingo, día 4
Habíamos dejado algunos de los miradores del pueblo sin ver el día anterior para ver si hoy amanecía con mejores vistas pero no fue así, aún así nos acercamos hasta dos de los miradores que nos faltaban: el de los poetas y el de la Atalaya, situado muy cerquita de nuestro alojamiento.

Mirador de los poetas

Mirador de la Atalaya
 
Dejamos el inteior de la isla para bajar hacia el noroeste, la zona donde está Agaete, el pueblo de donde salía nuestro ferry. La carretera de bajada se nos hizo interminable, creo que nos costó cerca de hora y media llegar a Galdar. Todo esto con un tiempo criminal, abajo en la zona de costa el tiempo ya nos mejoró algo.

En Galdar queríamos visitar el museo de la Cueva Pintada pero nos dieron horario para las 13,30h y duraba hora y media, como pensamos que se nos iba a hacer muy tarde nos limitamos a dar una vuelta por el pueblo, el cual es grande y tiene unas cuantas cosas para ver. A destacar la oficina de turismo municipal donde además de atendernos muy bien se pueden visitar un drago que tienen en el jardín interior y un teatro con mucho encanto, el techo, espectacular. Si tenemos tiempo tamnbién merece la pena entrar al Museo de Antonio Padrón, un artista local, el cual se puede visitar de forma gratuita.

Teatro en la oficina de turismo

Una de las calles principales de Galdar

Museo de Antonio Padrón

Iglesia de Galdar
 
Aunque nos sobrara tiempo decidimos ir a comer a Agaete; primero paramos en el centro del pueblo donde echamos un cervezita pero nos dimos cuenta que el ambiente y los restaurantres sobretodo estaban en el barrio del Puerto de las Nieves.
Tras aparcar en una zona de "gorrillas" comimos en un restaurante muy popular y baratito. Luego dimos una vuelta por la zona costera, muy bonita la estampa hacia la zona de los acantilados donde está el Paque Natural de Tamadaba.

Acantilados de Agaete

Esperando en el puerto de Agaete
 
Nos sobró bastante tiempo así que estuvimos un buen rato haciendo tiempo dentro del coche en la fila para embarcar en el ferry de Fred Olsen que nos llevaría a Tenerife a las 18h. El trayecto en el ferry fue bastante penoso para mi, el barco se movía muchísimo y mi estómago lo notó bastante. También el de un pobre hombre que se pasó todo el trayecto vomitando en el baño...
Leyendo por Internet vi que decían que los ferrys de Fren Olsen son más rápidos que nos de Naviera Armas (compañía con la que habíamos cogido el ferry de Lanzarote a Gran Canaria sin ningún problema) y por lo tanto se mueven mucho más. ¡Para la próxima vez lo tengo claro!