Recientemente se me ha roto el gran angular que tenía, un Tokina 12-28 bastante majo, se me salieron los tornillos que fijan el objetivo al cuerpo y al abrirla ya se me rompió del todo. La verdad es que es algo que no me ha extrañado porque en estos tres años largos que me durado le he dado muchísimo uso; este es el objetivo que normalmente llevaba en la mochila del monte.
A la hora de reemplazarlo no he tenido muchas dudas, en cuanto vi que Nikkor (la marca oficial de objetivos Nikkon) ofrecía un gran angular a precio low cost ni lo dudé; se trata del modelo Nikkor AF-P DX 10-20mm f/4.5-5.6G VR. Es verdad que no tiene acabados muy serios ni es robusto pero precisamente por esto tiene otra ventaja y es que solo pesa 230 gr, menos que la mitad de mi anterior objetivo Tokina.
Otra pegilla es que no es muy luminoso (abre 4,5 como mucho en la distancia focal mínima) pero a cambio tiene característica VR, es decir, reducción de vibración, algo que creo que me va a resultar muy útil en las fotos tomadas a pulso con problemas de luz.