domingo, 4 de enero de 2015

Año nuevo en Amsterdam

Este 2015 decidimos empezar el año de la forma que más nos gusta, es decir, viajando. Hemos estado 4 días en Amsterdam, una ciudad que yo ya conocía de cuando estuve hace ya unos 20 años en el viaje de estudios, eso sí, no me acordaba prácticamente de nada.

Ya que teníamos poco tiempo elegimos Amsterdam por ser una ciudad que se ve perfectamente en dos o tres días. A nosotros nos ha dado tiempo también a visitar unos cuantos pueblos de los alrededores.

A pesar de ser invierno nos ha sorprendido la cantidad de turistas que había, imagino que el hecho de ser año nuevo ha ayudado a ello.
Jueves, día 1
El vuelo nos salió caro, más de 250€ ida y vuelta, pero lo bueno es que salía desde Bilbao, así que nos evitamos el engorro de ir hasta Madrid en autobús; llevamos el coche hasta Bilbao y allí lo dejamos aparcado en el parking de larga estancia por tan solo 25€.

El vuelo no llega a 2 horas y aunque solo llevábamos equipaje de mano nos costó más de lo previsto llegar al hotel así que esa tarde-noche la dedicamos simplemente a acomodarnos en el hotel y a dar una vuelta por los alrededores.

El hotel que elegimos fue el CitizenM, es un hotel que no recomiendo demasiado ya que a pesar de tener muy cerca la línea de tranvía 5 está muy lejos del centro. Lo que nos costó también me pareció excesivo para lo que realmente es, un hotel para gente joven o moderna que se le puede atragantar a personas que buscan un alojamiento tradicional.

Habitación ultramoderna

Viernes, día 2
Este primer día nos habíamos propuesto ver el máximo posible de Amsterdam para dejar un poco más libres los otros dos días y así lo hicimos.

Madrugamos y con el tranvía nos desplazamos hasta la estación central donde empezamos el recorrido. Primero fuimos hacia la zona de Jordaan y de lo que llaman "las nueve calles". Es una zona donde se puede disfrutar tranquilamente de bonitos canales de Amsterdam. Singel, Herengratch, Keizersgratch y Prisengratch son desde dentro hacia fuera los canales más famosos.

Pasamos de largo la casa de Anna Frank que tenía una fila enorme de turistas y la iglesia del oeste la cual parecía estar cerrada; a donde sí que entramos es al museo casa-barco, pequeñito pero interesante para comprobar como son estas curiosas casas por dentro.

Por esta zona también entramos a ver la casa de los gatos o Katten Kabinet, no recomiendo la entrada aquí, no vimos ni un solo gato y me pareció una auténtica perdida de tiempo y dinero. También vimos el mercado de las flores.

Luego nos desviamos hacia el centro para entrar a ver el Beginjhof, un curioso lugar encerrado entre edificios en una especie de patio interior donde se daba hospedaje y ayuda por partes de las monjas a ancianos y mujeres solteras. La iglesia estaba cerrada pero pudimos entrar a ver una capilla. Sería un buen sitio para ver tranquilamente y no con las hordas de turistas que nos rodeaban a nosotros...



Central Station

Casa de Anna Frank con la fila de turistas


Foto típica en los canales

Beginjhof

Seguimos hacia el corazón de la ciudad y la siguiente parada fue en la emblemática Plaza Dam. Aquí están la Iglesia nueva, el Palacio Real, el museo de cera Maddam Tusseaud y la escultura del Monumento Nacional a los caídos en la segunda guerra mundial. También nos llamó la atención un gigantesco centro comercial situado junto a la plaza el cual entramos a ver. Nos comimos un perrito caliente y después de reponer fuerzas seguimos nuestro recorrido.



 Dando de comer a las palomas en la Plaza Dam

Nos encaminamos hacia el barrio rojo donde vimos la iglesia vieja, no quisimos entrar por el excesivo precio de la entrada . A donde sí que entramos fue al museo "Our Lord in the Attic". Se trata de una casa donde en el ático hay una iglesia clandestina que se construyó por un particular para practicar culto católico cuando el protestantismo se asentó el Holanda. Nos dieron un audio-guía que nos pareció muy interesante.


 Iglesia en el ático clandestina

Acabamos el día callejeando por el barrio rojo, famoso por los locales donde las prostitutas se exhiben en cabinas de cristal. Además de las prostitutas la zona está llena de locales de streaptease, museos del sexo y tiendas donde se venden productos eróticos. Un rato estuvimos en el Excalibur, un bar que ponía música rock y heavy.

Antes de irnos para el hotel vimos por fuera el templo budista He Hua, construído por la comunidad china muy abundante en esta zona del Barrio Rojo (calle Zeedij).


Templo budista He Hua

Sábado, día 3
Este día lo dedicamos a ver pueblecitos de los alrededores de Amsterdam.

Desde al estación central tomamos un tren que nos llevaría hasta Zaandam donde queríamos ver el complejo de molinos de Zaanse Schans, tomamos un tren que iba hacia allí pero nos quedamos con cara de tontos cuando vimos que pasó de largo la parada..., nos bajamos en el pueblo siguiente y tomamos el tren de vuelta hasta Zaandam, aquí la volvimos a liar porque nos bajamos en la parada de Zaandam Centrum la cual estaba bastante lejos de donde queríamos ir, nos teníamos que haber bajado en otra parada más cercana a los molinos. pensábamos que Zaandam era más pequeño pero nos costó casi una hora el ir a buen paso llegar hasta Zaanse Schans. Lo bueno de bajarnos en Zaandam Centro fue que vimos los originales edificios que hay fuera de la estación.

En el viaje en tren pudimos comprobar lo llano que es Holanda, extensiones y extensiones de llanuras verdes donde no se veía ninguna montaña o colina en la lejanía; imagino que esta es una de las razones por las que andar en bicicleta en este país es tan placentero



Zaandam (I)

Zaandam (II)

Se dice que Zaanse Schans es la zona industrial más antigua de Europa, allí hace unos doscientos años llegó a haber cientos de molinos de los que actualmente quedan 13 en pie, todos ellos convenientemente rehabilitados. Hay molinos aceiteros, aserraderos,  de especias, de pigmentos...

Los molinos están situados a lo largo de la cuenca del río Zaan y se ven cómodamente siguiendo un camino acondicionado totalmente para turistas. A algunos se puede entrar para ser visitados, nosotros entramos al llamado "the cat" (molino de pigmentos) el cual es de pago y a uno de especias que está rehabilitado como tienda de suovenirs. También nos colamos en uno de aserradero.



Zaanse Schans (I)

Zaanse Schans (II)


Zaanse Schans (III)

Zaanse Schans (IV)

Después de los percances con los trenes tuvimos que salir pitando hacia el resto de pueblos que queríamos ver ya que al ser Enero teníamos muy pocas horas de luz, para las 5 ya era casi de noche cerrada.

Regresamos a la estación central, hamburguesa rápida en el burger king de la estación y autobús hacia Volendam. En Edam no paramos porque no nos daba tiempo.

Volendam nos pareció el típico pueblo que parece conservado casi exclusivamente para ser visitado por los turistas. Había mucha gente por las calles y aunque nos pareció bonito a mí es el que menos me gustó de los tres que vimos.



Volendam (I)

Volendam (II)

Volendam (III)

Después de Volendam el siguiente pueblo típico a visitar es Marken, la mayor parte de la gente pasa mediante un transbordador, nosotros lo hicimos mediante autobuses previo transbordo en Monikendam.

Marken sí que me gustó mucho más, es un pueblecito situado en una isla la cual ha sido unido a tierra mediante una estrecha franaja de tierra por la que circula la carretera y un ominipresente carril bici.

La pena fue que llegamos bastante tarde y tuvimos que ver parte del pueblo ya anocheciendo, pero bueno, esto también tiene su encanto.


Marken

Esperando en la parada de autobús para regresar a Amsterdam estuvimos con unos andaluces muy majos. Ya en Amsterdam fuimos andando hasta la plaza Leidseplein, una de las zonas más animadas de la ciudad, especialmente por la noche. Estuvimos viendo una pista de hielo situada en la plaza y luego buscamos entre los numerosos restaurantes de la zona uno para cenar, al final nos decantamos por un argentino (muy numerosos aquí en Amsterdam) en el que cenamos muy bien una parrillada de carne para dos personas. Después de la cena hicimos otra de las cosas que no se pueden dejar de hacer en una visita Amsterdam, entra a un coffee shop...

Aunque estos últimos años se ha intentado reducir el turismo de jóvenes buscando drogas, el caso es que todavía se permite la venta de hachís y marihuana no sólo a residentes sino que también a turistas, eso sí, exclusivamente para fumar dentro de estos locales, si te pillan en la calle hay multa.


 Coffee Shop en Leidseplein

Domingo, día 4
No nos podíamos ir de Amsterdam sin sentir el placer de andar en bicicleta así que eso es lo que hicimos el Domingo por la mañana antes de tomar el vuelo de regreso a Bilbao. Tuvimos la mala suerte de que cuando bajamos a hacer el check-out en nuestro hotel ya nos quedaban bicis (nos hubieran salido gratis) así que nos acercamos a una tienda cercana donde alquilamos un par de ellas por 12€ (era precio para todo el día aunque nosotros solo teníamos 3 horitas).

Tengo que decir que son ciertos todos los tópicos que se oyen sobre las bicicletas y Amsterdam, hay muchas más bicis que coches, de hecho creo que actualmente hay más bicicletas que habitantes. También es cierto que los ciclistas son los amos de las calles ya que tienen prioridad sobre todo medio móvil, incluídos viandantes o al menos así se comportan.

Las tres horitas las aprovechamos muy bien, nos dió tiempo a ver todos los puntos turísiticos que habíamos dejado sin visitar el primer día: Voldenpark, el mayor parque de la ciudad, el Museumplein donde están los principales museos de la ciudad: el Rikjsmuseum, el museo Van Gohg y el Stedelikj, también la Plaza Rembrandt, la fábrica de Heineken acondicionada como museo y los viejos muelles del este rehabilitados como originales y modernos edificios de viviendas.



Voldenpark

Edith posando con su flamante bicicleta


Plaza Rembrandt

Viviendas en los muelles del este
Museuemplein