Nuestra intención en este viaje era mezclar rutas de montaña y senderismo con la visita a los pueblos de estas comarcas, la gran mayoría de ellos, con muchísima actividad industrial. También era nuestra idea llegar hasta la cornisa cantábrica y pasar algún día en la playa pero la verdad que el mal tiempo que nos ha hecho nos ha obligado a replantearnos algunos planes. Sólo nos salió buen tiempo el primer día, el sábado, los otros dos días estuvo lloviendo casi todo el día.
Sábado, día 23
Hicimos nuestra primera parada en la comarca del Alto Deba, concretamente en Arrasate/Mondragón, en pleno corazón de donde surgió la Corporación Mondragón. Este grupo de cooperativas lo forman un total de 256 empresas y 83.859 empleados, una de las más grandes del mundo dentro de su ámbito.Algunas de las empresas que forman este grupo son marcas muy conocidas como Fagor, Eroski, Caja Laboral, Orona...
En el pueblo dimos una vuelta por el Casco Histórico (con la clásica forma de almendra), allí vimos el exterior de edificios como la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista o el Ayuntamiento. Después dimos otro paseo por la parte exterior al caso histórico, allí no encontramos nada relevante aparte de la gran cantidad de fábricas en los polígonos industriales pegados al municipio.
Edith delante del Ayuntamiento de Mondragón |
La siguiente parada la hicimos en Oñati, otro pueblo industrial pero que tiene bastante historia y conserva unos cuantos edificios históricos bastante importantes. Entre ellas destaca especialmente la Universidad de Sancti Spiritus. Se empezó a construir en el año 1540 y es uno de los edificios más importantes del Renacimiento en el País Vasco.Destaca su bonita fachada y los artesonados de estilo Mudejar, algo no muy frecuente de encontrar en estas latitudes. En la zona donde está la Universidad también destacan la Iglesia de San Miguel y la Plaza de los Fueros donde está el Ayuntamiento.
Tras la visita nos comimos unos pinchos en la zona de bares y completamos la comida con unos bocadillos que habíamos traído de casa. Después seguimos con el recorrido y nos alejamos un poco del centro para contemplar el Monasterio de Bidaurreta y la Torre de Zumeltzegi. Ambos edificios estaban cerrados y no pudimos entrar.
De Oñati tomamos la carretera que va hacia el valle del Urola. Justo antes de llegar a Legazpi está señalizada el área recreativa de Mirandaola. Allí paramos para ver el Museo de la Industria del Hierro. La entrada cuesta 3€ pero merece la pena entrar para ver la historia de esta zona, la cual siempre ha estado ligada al mineral del hierro. En la misma zona hay un corto camino que te lleva a la Ermita de Mirandaola, junto a ella está la Ferrería de Mirandaola. En este lugar se suele recrear como se trabajaba el hierro en estos lugares, a nosotros no nos pillaba bien verlo ya que se suele celebrar los Domingos por la mañana.
La última parada del día la hicimos en Zumarraga, otro de los pueblos de la cuenca del Urola. Allí subimos con el coche hasta la Ermita de la Antigua, una de las joyas del Románico Vasco. Esta ermita está considerada junto al Santuario de Arantzatzu (Oñati) y al de San Ignacio de Loiola (Azkoitia-Azpeitia) uno de los tres grandes templos religiosos del País Vasco.
Por fuera la ermita no es gran cosas, pero dentro la cosa cambia (la entrada es gratuita), el techo y la estructura de madera mezclados con la piedra son impresionantes.
Ermita de la Antigua de Zumárraga |
Desde la propia ermita sale el recorrido de montaña que teníamos preparado para el primer día: la subida la monte Izaspi.
Posando en la cima de Izaspi |
Tras el recorrido buscamos alojamiento en Zumarraga, tras dar unas cuantas vueltas con el coche nos alojamos en una cómoda y barata pensión del centro.
Domingo, día 24
El Domingo sucedió lo que nos temíamos según las previsiones del tiempo, estuvo toda la noche entrando aire del norte y amanecimos con una capa de nubes tremenda y una ligera aunque poco molesta lluvia. La lluvia no nos permitió realizar la ruta de montaña que teníamos preparada para este día pero aprovechamos para hacer turismo por diferentes pueblos.
La mañana del Domingo la aprovechamos para ver Zumarraga y Urretxu, dos pueblos que están prácticamente unidos, tan sólo los separa la delgada línea del río Urola.
Una de las cosas que hicimos fue acercamos a ver la factoría de Arcelor-Mittal que el gigante del acero tiene en Zumarraga. Esta planta está especialziada en la producción de alambrón y acero corrugado. A mi me encanta fotografiar paisajes industriales y esta factoría nos posibilitó acercanos muchísimo a la propia fábrica y echar bastantes fotos decentes.
Posteriormente regresamos al Valle del Deba para visitar otra villa histórica: Bergara. Aparcamos cerca del centro y entramos a la Oficina de Turismo para que nos informaran de lo que podíamos ver. La Oficina de Turismo está situada en la Plaza de San Martín, en pleno centro de la villa histórica y desde la cual salen las tres calles principales del Casco Histórico, jalonadas todas ellas por casas-torre mediavales.
También cruzamos el río Deba para pasar a la otra orilla y ver la Iglesia que hay junto al parque de Usondo, unos bonitos jardines donde podemos contemplar diferentes tipos de árboles todos ellos con un pequeño cartelito que nos indica que clase de árbol es.
Nuestra siguiente parada fue Eibar, ciudad industrial por autonomasia. Eibar es el típico pueblo que no gusta a casi nadie pero a mi ese aire decadente e industrial que tiene me parece bastante atrayente. Aparte del Ayuntamiento apenas vimos ningún edificio turísitico destacable. Lo que sí que me gustó fue el paseo que dimos por la zona de Txonta, un barrio de Eibar donde antiguamente se concentreaba gran parte de la actividad industrial de la villa y que ahora ha quedado bastante degradado; antiguas fábricas como la de Solac han cerrado recientemente. La vista del barrio desde las alturas con las viejas fábricas desmanteladas y el enorme viaducto de la A-8 pasando por encima es impresionante.
Txonta |
Antes de irnos de Eibar subimos por la serpenteante carretera que llega hasta el Santuario de Arrate. El sitio está bastante chulo y hay alguna ruta para hacer senderismo pero con la niebla que se llevaba metiendo todo el día en las montañas no llegamos a ver apenas nada, una pena.
Santuario de Arrate |
De Eibar tomamos la autopista A-8 para desplazarnos hasta la costa, habíamos reservado alojamiento en Zumaia, más concretamente en el barrio de Oikia, en una casa rural llamada Jesuskoa.
La tarde la pasamos conociendo Zumaia, dimos una vuelta por el paseo marítimo y cenamos de pinchos en el casco viejo. También nos dió tiempo a entrar al Centro de Interpretación de Algorri, allí nos explicaron todo lo referente al Flysch, ya que teníamos pensado al día siguiente realizar la llamada "Ruta del Flysch".
El Flysch es un fenómeno geológico que consiste en la erosión que ha ido produciendo el mar sobre los diferentes tipos de roca, fundamentalmente en esta zona, roca caliza y margas. Numerosos geólogos de todo el mundo llegan a esta zona a observar y estudiar "in situ" todo este fenómeno.
Lunes, día 25
Hacer la Ruta del Flysch fue la mejor opción de todas las que teníamos para el Lunes, las montañas seguían tapadas de nubes sin embargo en la cosa, a pesar de haber mal tiempo, por lo menos había mejor visibilidad.
La Ruta del Flysch es un espectacular recorrido que transcurre a lo largo de la línea de costa entre las localidades guipuzkoanas de Zumaia y Deba.
Se trata de un recorrido que últimamente se está haciendo muy famoso, acudiendo hasta esta zona numerosos turistas con intención de realizar tan interesante ruta. El trayecto coincide con el tramo de Zumaia-Deba del GR-121 o también llamado "Vuelta a Guipuzkoa".
En el recorrido nos salieron unos 15Km de distancia con un desnivel bastante apreciable a pesar de tratarse de una ruta que no es de montaña. Cuando llegamos a Deba comimos en un restaurante cercano a la playa y tomamos el tren para regresar a Zumaia. Una vez en Zumaia cogimos el coche para regresar a Logroño, el día ya no daba para más.