Miré en la región de León, un lugar no demasiado lejano y en el que nunca habíamos estado. Elegí una casa rural, o posada real como las llaman por allí, muy bonita. En http://www.la-lecheria.com está su página web. De todas las habitaciones elegí la suite, la única con jacuzzi y la más cara de todas (85€ me dejé por noche). ¡Para que luego digan que no soy romántico!Salimos de Logroño el viernes después de comer y en unas 3 horas y media llegamos a nuestro destino. Siguiendo la autovía del camino de Santiago (de Burgos a León) se va muy bien.
La casa rural se encuentra en Val de San Lorenzo, un pequeño pueblo de piedra situado muy cerquita de Astorga, en pleno corazón de la comarca de la Maragatería.
Esa noche nos dedicamos a relajarnos en la habitación y en el jacuzzi.
Como era tarde cenamos en la propia posada; muy bien por cierto. Edith eligió unos pimientos rellenos de bacalao y yo un magnífico entrecot de ternera con salsa azul y setas.
La suite | El jacuzzi |
Sábado, día 12
Bajamos a desayunar al piso de abajo a primera hora (aunque no madrugamos mucho ya que los desayunos los sirven de 9,30 a 11). Los madrugadores aquí lo pasarán mal. Unas tostadas con mermelada, zumo, cola cao y en marcha hacia Astorga.
Astorga es la villa monumental que nos tocaba visitar el primer día.
Tiene dos zonas de visita importantes, nada más llegar vimos la primera (Catedral y Palacio Episcopal) la cual nos encantó. La Catedral de Astorga aunque inferior en calidad a la de León está muy bien valorada, a nosotros nos gustó bastante tanto por dentro como por fuera.
Presenta varios estilos artísticos en su arquitectura: renacentista, barroco y neoclásico.
En cuanto al Palacio Episcopal sobretodo decir que fue diseñado por Gaudí lo que ya es todo un síntoma inéquivoco de belleza.
Tras ver estos dos edificios decidimos pasar de los museos que albergan y lo que hicimos fue darnos una vuelta por fuera de las murallas romanas, un lugar bastante bonito.
Pedro Mato en el tejado del a Catedral | Murallas romanas |
Yo entre ángeles | Palacio Episcopal |
Ahora nos tocaba ver la otra zona monumental de Astorga (la cual nos gustó bastante menos que la primera): la Plaza de la Constitución, el Ayuntamiento, el Museo Romano y el Museo del Chocolate. Este último estaba cerrado así que solo vimos el Romano; no se lo recomiendo visitar a nadie: unas cuantas piedras antiguas, unos paneles informativos y un vídeo bastante ridículo. En la propia Plaza de la Constitución fue donde comimos.
Astorga ya estaba visto, así que después de comer nos acercamos a un pueblito de las afueras que nos recomendaron: Castrillo de los Polvazares. Este un pueblo muy interesante, enteramente construido de piedra y que se mantiene muy bien conservado; todas las casas del pueblo presenta una arquitectura similar jugando siempre con el color de la piedra para la estructura y el verde para ventanas y puertas.
Calles (I) | Calles (II) |
De vuelta para la posada paramos en Astorga para comprar en un Eroski la cena, el plan era cenar en la propia habitación y así ahorrarnos unas pelas. Ente lo que compramos no faltó la Cecina de León, uno de los platos más típicos de la zona junto al Cocido Maragato.
Antes de cenar aprovechamos para dar un paseo por Val de San Lorenzo, el pueblo donde estábamos alojados. El anochecer nos recibió mientras paseábamos por un antiguo parque de principios del S.XX.
Domingo, día 13
Desayunamos, recogimos nuestros equipajes y partimos de regreso a Logroño con parada en León tal como teníamos previsto.
Mientras estuvimos en León no paro de llover, aunque la lluvia que caía no llegaba a molestar demasiado, más bien caía txirimiri.
Aparcamos cerca del casco histórico y hacia ahí nos dirigimos. Nuestra primera parada la Colegiata de San Isidoro, una joya del románico.
Después de callejerar toda la zona antigua fuimos a ver otra construcción de ese genio apellidado Gaudí: La Casa Botines
De aquí enfilamos la Calle Ancha, a su izquierda queda el caso viejo y a su derecha el barrio húmedo, este lo dejamos para la hora de comer, jeje.
La Calle Ancha desemboca en la Plaza Regia donde pudimos contemplar el mayor tesoro de la ciudad: su tremenda Catedral Gótica.
Sin acordarme de como son las catedrales de Burgos y de Santiago de Compostela (las vi ambas hace muchos años) creo que puedo asegurar que es la catedral más impresionante que he visto.
La llamada pulchra leonina por los propios leoneses, destaca en muchos aspectos pero sobretodo destacan sus magníficas vidrieras. Contemplar el juego de luz y oscuridad que producen dentro del templo es realmente sobrecogedor.
Dentro de la Catedral está prohibido echar fotos pero yo no me pude resistir.
Exterior | Interior |
A la hora de comer hicimos lo que hacen el 100% de los turistas que visitan León: comer de pinchos en el Barrio Húmedo. Para que os hagáis una idea, el Barrio Húmedo es como una especie de calle Laurel pero en grande y en barato.
Y estoy seguro de decir que es más barato porque como en tantos otros sitios de España, regalan la tapa cuando pides la bebida; a ver cuando tomamos nota por aquí en nuestra tierra... A euro cada consumición pues tapita de regalo: patatas fritas, calamares rebozados, alitas de pollo, picadillo; se me hace la boca agua de solo pensarlo, en definitiva, un lugar totalmente recomendable.
Plaza de la Constitución | Dispuesto a trapiñar |
Ya con la tripa llena nos alejamos de la zona histórica para atravesando la Gran Vía y pasando por la Plaza de la Inmaculada llegar a la zona de la ribera del río Bernesga.
En esta zona vimos el Convento de San Marcos, ahora reutilizado como Parador Nacional. Nos dimos un paseíllo por los márgenes del río y finalmente llegamos a nuestro último objetivo: el Musac (Museo de Arte Contemporaneo de Castilla y León). Un edificio dedicado al arte moderno y que por la parte exterior presenta un diseño futurista, por dentro no lo sé porque se encontraba cerrado debido a ciertas restauraciones.
Puente de Piedra sobre el río Bernesga
Exteriores del Musac