sábado, 20 de julio de 2019

Visita al Monasterio de Piedra y alrededores

El Monasterio de Piedra es uno de esos lugares del que mucha gente me había hablado asegurándome que era un lugar imprescindible para visitar. Así pues este fin de semana le pusimos remedio y nos acercamos a visitarlo acompañando la visita a otros cuantos puntos de interés situados en las inmediaciones, también dentro de la provincia de Zaragoza.
Tras haber vuelto puedo decir que es cierto que el Monasterio de Piedra es un lugar magnífico, uno de los mejores lugares para visitar en España, pero no tanto los lugares que hay alrededor.

Estuvimos dudando de si traer a Fidel o no al viaje y al final decidimos traerlo ya que se trataba de un viaje tranquilo en el que podríamos entrar con él a casi todos los lugares.


Viernes, día 19
Para alargar un poco el fin de semana salimos el viernes por la tarde hacia tierras zaragozanas y paramos en Calatayud. Un pueblo bastante oído pero que no tenía pinta de ser muy turístico, aún así, como nos pillaba de paso paramos a verlo, aproximadamente en una hora vimos todo lo más importante de la zona centro.

Nos pareció que el casco histórico estaba muy descuidado, con muchos solares vacíos y mucho edificio ruinoso. También nos defraudaron los castillos, señalaban unos cuantos en los mapas turísticos y luego resultó que apenas quedaba nada en pie de ellos.
Lo más destacado de Calatayud nos parecieron las numerosas iglesias de arte mudejar, muy presente en esta zona entre Zaragoza y Teruel. También nos gustó la Plaza de España, me pareció bastante original, especialmente esos edificios con los balcones totalmente torcidos.

 Iglesia de San Pedro de los Francos

Iglesia de Santa María

Iglesia de San Andrés

Colegiata del Santo Sepulcro

 Plaza de España

De Calatayud ya estábamos cerquita de Nuévalos, el pueblito junto a donde está el Monasterio de Piedra. Decidimos pernoctar en un furgoperfecto junto a Nuévalos donde teníamos mesas y agua, pasamos la velada solos ya que en toda la noche no apareció ni una sola furgoneta por allí.

Sábado, día 20
Tras desayunar, recoger y asearnos un poco calculamos la hora perfectamente para llegar al parking del Monasterio de Piedra justo a las 9h, que es la hora de cuando abrían el Monasterio. De esta forma pudimos hacer la visita sin demasiados turistas, en cambio, cuando salimos, ya había buenas colas para comprar las entradas. Recomendamos hacer como nosotros y comprar las entradas previamente por Internet.
Tras hacer uso de los impolutos baños públicos del Monasterio comenzamos la visita.
La visita al Monasterio tiene dos  zonas para visitar: lo que es propiamente el edificio del monasterio y los jardines que hay alrededor.

Estos últimos creo que son los que dejan a la gente boquiabierta, se recorren en un paseo de 4 kilómetros indicado mediante flechas en los que encontraremos paseos arbolados, cuevas, lagos, multitud de cascadas y hasta una piscifactoría de truchas. A mi personalmente me encantaron las cascadas iris y de la trinidad, preciosas las formas del agua en ellas, y también la gruta iris por la cual se baja junto a la cascada cola de caballo.
Se nota que son unos jardines artificiales, ideados y creados por la mano del hombre, pero esto no les quita espectacularidad. Para ser Julio entrado me sorprendió la cantidad de agua que bajaba por el río Piedra que es el que forma todas estas cascadas.

Cascada de la Trinidad

Cascada de la Caprichosa

Cascada Iris

 Gruta iris y cascada de la cola de caballo

Tras la visita a los jardines salimos del recinto para dejar a Fidel en la furgoneta y poder entrar a ver las dependencias del Monasterio. Se trata de un edificio fundado en el año 1183 por trece monjes Cistercienses. Entre otras cosas se visitan el claustro, la sala capitular, la iglesia la cual se encuentra parcialmente derruida, y un par de exposiciones, una sobre el vino de la zona y otra sobre carruajes.

Iglesia del Monasterio de Piedra (I)

Iglesia del Monasterio de Piedra (II) 

 Iglesia del Monasterio de Piedra (III)

Lo que sí que nos pudimos ver fue la exhibición sobre aves rapaces ya que no se admitían perros en ella.

La siguiente parada la queríamos hacer en las Hoces del Río Piedra; para ello seguimos un estrecha carretera comarcal que nos llevó hasta Torralba de los Frailes desde donde buscamos la forma de llegar hasta las hoces con el propio vehículo, tras dudas entre varios caminos y pistas y alguna que otra aventurilla conseguimos aproximarnos al lugar. Dejamos la furgo un poco antes y nos acercamos hasta el lugar andando, este sitio yo lo tenía apuntado como uno de los mejores para ver las hoces del río Piedra pero tampoco le vimos mucho interés.

Hoces del río Piedra (I)

 Hoces del río Piedra (II)

Siguiente parada: la laguna de Gallocanta. Es una reserva natural donde se pueden ver multitud de aves migratorias pero sobretodo en invierno, estando en pleno verano nosotros apenas pudimos ver ninguna. Es especialmente relevante el numero de gruyas que se suelen ver por aquí en invierno.
Comentar también que es la segunda laguna natural mayor de España y la más grande de Europa de las de tipo de agua salada.

Nosotros paramos junto al Centro de Interpretación de la laguna la cual estaba cerrada pero aún así nos quedamos allí a comer usando las provisiones que traíamos de Logroño.
Tras entretenerme en echar unas fotos de los campos de girasoles de la zona dimos un breve paseo hasta un mirador de aves cercano pero desde allí tampoco apenas se veían aves.

Laguna de Gallocanta (I)

 Laguna de Gallocanta (II)

El resto de la tarde la pasamos en Daroca, uno de los pueblos más famosos de la zona en que además había jornadas medievales. Toda la calle mayor entre las puertas baja y alta estaba ambientada en la época medieval. Recorrimos la calle Mayor completa y luego callejeamos un poco por la parte alta del pueblo para conocer las iglesias y algún que otro rincón del pueblo.
Cuando dimos el pueblo por visto y aunque era pronto decidimos hacer merienda - cena gracias los puestecitos de comida que había en la calle Mayor; según avanzaba la tarde cada vez había más gente y animación en las calles.

Puerta baja

Calle Mayor

 Vista general de Daroca

Por lo que había leído en Internet un paseo muy recomendado en Daroca es rodear todas las murallas por las colinas de alrededor pasando también por el castillo pero nosotros no teníamos muchas ganas de andar así que decidimos quedarnos donde estaba la fiesta.

Para pernoctar decidimos desplazarnos hasta Anento, otro de los pueblos que queríamos visitar. Primero probamos en el parking del castillo situado en lo alto de una pequeña montaña y dominando todo el pueblo. A mi me pareció un buen sitio pero Isabel prefirió bajar al parking de pago del pueblo el cual se veía desde el propio castillo. El castillo en sí apenas conserva nada en pie así que enseguida nos bajamos para el pueblo.

Castillo de Anento

La entrada la parking del pueblo son 2€, estés el tiempo que estés. De todas formas lo íbamos a tener que pagar seguro al día siguiente ya que este es el único lugar habilitado para aparcar legalmente en Anento.

Domingo, día 21
Dejando la furgoneta en el parking salimos a dar una una vuelta por Anento. En apenas 15 minutos el pueblo está visto ya que aunque figura en la lista de pueblos más bonitos de España, es muy pequeñito.
Tras la visita hicimos la ruta circular del aguallueve, sencillo recorrido de apenas 3 Km que sale desde el propio pueblo y que acaba en una pequeña laguna donde se ve el agua caer resbalando por las paredes llenas de musgo haciendo un curioso efecto.
Tengo que reconocer que a mi no me pareció nada del otro mundo, quizás en época de más agua sea diferente.

 Aguallueve (I)

 Aguallueve (II)

 Anento regesando desde Aguallueve

Cuando nos íbamos de Anento pasamos por la oficina de turismo para ver si nos recomendaban algo más para visitar cerca de la zona pero la chica solo nos recomendó las zonas que ya habíamos visto, parecía claro que esta zona de Zaragoza la dábamos por vista completamente.
Eso sí antes de irnos, subimos con el coche hasta las inmediaciones del torreón íbero situado en las  cornisas encima del aguallueve, desde aquí hay muy buenas vistas de Anento y del castillo.


Vistas de Anento desde el torreón íbero

Como aún no era mediodía decidimos aprovechar el Domingo parando a visitar Tudela con la casualidad que pillamos al pueblo en fiestas.
Con la marabunta de gente y llevando al perro no pudimos hacer la visita todo lo tranquila que nos hubiera gustado, pero aún así nos hicimos una idea general de lo que es el pueblo. El recorrido lo hicimos saliendo desde la Plaza de los Fueros la cual me encantó con ese quiosco modernista tan bonito en medio; las barandillas de los balcones y los murales con los blasones de las familias en las casas de alrededor también la embellecen mucho. Me recordó mucho a una especie de mini plaza del Castillo de Pamplona.
Recorrimos como pudimos las calles de alrededor de la Plaza las cuales estaban llenas de gente tomando algo, algunos lugares por los que pasamos fueron la zona de la Plaza Vieja donde está la Catedral y también por la Iglesia de Santa María Magdalena, situada en uno los extremos del casco viejo. Tras dar la vuelta regresamos a la Plaza de los Fueros donde decidimos parar a comer.

Plaza de los Fueros de Tudela

Catedral de Tudela

Antes de irnos de Tudela nos subimos con el coche al cerro de Santa Barbara, allí hay una estatua del Sagrado Corazón de Jesús y unas vistas panorámicas muy buenas de Tudela; además de lo que es propiamente el pueblo también se ve el curso del río Ebro con las huertas a los lados e incluso el desierto de las Bardenas Reales.

Ebro visto desde el Cerro de Santa Bárbara

Sagrado Corazón de Jesús