También me apetecía ir a playa pita porque, aunque apenas tengo recuerdos, este es uno de los sitios donde veraneaba de pequeño con mis padres.
El día también lo aprovechamos para hacer algo de turismo. Tras pasar el puerto de Santa Inés que conecta La Rioja con Soria hicimos una primera y breve parada en Vinuesa, uno de los pueblos más importantes de esta comarca de "Pinares". Solo recorrimos algunas de sus calles y vimos la plaza principal junto a la Iglesia y Ayuntamiento.
Vinuesa (I)
Vinuesa (II)
Luego nos fuimos hasta Covaleda donde se coge la pista forestal que tras 15Km de larga pero acondicionada pista nos sube hasta un lugar cerca de los Picos de Urbión.
Paramos en el parking que hay para hacer la ruta de senderismo señalizaba como "Sendero de los abuelos del bosque". Se trata de un corto recorrido de solo 2 Km y apenas desnivel que nos permitirá conocer enormes ejemplares de pinos silvestres que llevan aquí desde hace más de 500 años.
La ruta empieza llevándonos por una pista durante 800 metros de suave subida hasta que llegamos a un punto donde un cartel ya nos indica internarnos en el bosque. A partir de aquí la sucesión de enormes pinos es continua, acabando en el lugar donde está el pino rey, el más alto de todos, ya muy cerquita del parking donde dejamos el vehículo.
Comentar que hay algunos pinos que tienen escaleras que permiten subir a lo alto de las copas de los árboles, pero sinceramente yo aquello no lo vi nada seguro.
Sendero de los abuelos del bosque (I)
Sendero de los abuelos del bosque (II)
Sendero de los abuelos del bosque (III)
Tras el recorrido hicimos otra breve parada en Salduero para echar allí el vermut. Lo que más nos gustó en este pueblo es el paseo por la ribera del río Duero, está lleno de arboles, zonas de cesped y unos caminos hechos con piedras para pasar al otro lado del río.
Salduero (I)
Salduero (II)
En Molinos de Duero paramos a comer y también aprovechamos para dar una pequeña vuelta por el pueblo. Además de las cuidadas calles en este pueblo nos gustó el parque hay en la entrada, donde está la real cabaña de carreteros; por lo visto este pueblo debió de ser el que más carretas con tracción de bueyes para mover madera hubo en España.
Molinos de Duero (I)
Molinos de Duero (II)
Tras la comida finalmente llegamos a Playa Pita, desvío señalizado entre la carretera que hay entre Molinos y Abejar. Tal como esperábamos estaba hasta los topes de vehículos. A pesar de la cantidad de gente me gustó mucho el ambiente muy desenfadado que había en la zona, nada de los típicos estirados que se ven en las playas del Mediterraneo y además el miedo que tenía de no poder soltar a Fidel enseguida se me disipó cuando vi la cantidad de perros que había sueltos por la zona.
Centrándonos en describir el lugar, al final playa pita no es más que una zona de arena y de pinos que junto al embalse. Me resultó curioso la cantidad de pedaleras con tobogán que había aparcadas en el la orilla del embalse; algo de esto lo creía recordar de cuando vine de pequeñín.
Playa Pita
A pesar de que se estaba muy agusto al final no estuvimos en playa pita más de 2 horas; yo la verdad que no valgo para estar tostándome al sol mucho rato.
Lo que sí hicimos fue volver por la pista que rodea el embalse por el interior para ver lo que queda de la Muedra, el pueblo que se comió las aguas del embalse. Paramos junto al cementerio y desde allí nos bajamos andando hasta la orilla del embalse donde avanzando un poco más ya se ve la torre de la vieja iglesia. Esta se ve todo el año pero cuando hay sequía se pueden ver muchas más zonas del malogrado pueblo.
Torre de la Iglesia de La Muedra
El cementerio, que está al otro lado de la pista, también entramos a verlo, pero la verdad es que no tiene demasiado interés, es muy pequeñito y apenas queda nada de él.
Cementerio de la Muedra (I)
Cementerio de la Muedra (II)
Para regresar a Logroño seguimos la pista hacia adelante y de esta forma acabamos pasando el puente que conecta con Vinuesa; no tenía claro que se pudiera pasar por aquí pero finalmente la aventura nos salió bien.