He estado otros tres días en el Pirineo, esta vez yo solo; he estado haciendo unas cuantas rutas de senderismo en la zona del valle de Ordesa, antes de que se llene de turistas y montañeros en las próximas semanas de julio y agosto.
Jueves, día 26
El primer día fui directo a Torla, la puerta de entrada de Ordesa. Allí cogí el autobús que te sube a la pradera de Ordesa (en estas fechas ya no se permite subir con vehículos particulares).
La idea para el primer día era unir un par de rutas por las fajas de Ordesa: concretamente la faja racón y la de canarellos. Son dos fajas poco conocidas comparadas con la espectacular faja de las flores o la archi conocida faja pelay, pero que merecen mucho la pena. Yo siempre voy con mucha precaución a la montaña, y puedo asegurar que la mayor parte de senderistas acostumbrados a andar por terrenos escarpardos no tendrán ningún problema para hacerlas, solo no lo recomendaría para aquellas personas con vértigo, ya que aunque el camino es bastante ancho, hay zonas un poco expuestas hacia el lado derecho.
Mientras la inmensa mayoría de la gente del bus que iba por el fondo del valle hacia la cascada de Ordesa, yo me iba en sentido contrario para empezar la fuerte subida hacia el inicio de la faja racón. Este camino inicial, que se hace a través de bosque cerrado, es compartido con el camino que va hacia el circo de carriata. Tras hacer la faja racón llegaremos a la cascada de Cotatuero donde podríamos bajar hacia el fondo del valle de Ordesa, o como hice yo, seguir para empalmar con la faja canarellos. Esta es muy similar a la faja racón, quizás algo menos espectacular, ya que la vegetación tapa más zonas. La faja canarellos nos acabará sacando al camino tradicional de la Cola de Caballo.
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Faja racón |
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Faja canarellos |
Para dormir me dirigí hacia el camping del refugio de San Nicolás de Bujaruelo, uno de los lugares a los que más cariño les tengo en el Pirineo, y donde ya estuve con Isa en el anterior viaje a Ordesa, y del que guardo un gran recuerdo.
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Camping de San Nicolás de Bujaruelo, un lugar de ensueño |
Viernes, día 27
Hoy hice una ruta que me llevó desde Bujaruelo al ibón de Ordiso, pasando por los valles de Otal y de Ordiso, la cual tengo que reconocer que me fascinó, fue muy dura, más de 21 Km con más de 1000 metros desnivel, pero no me noté cansado en ningún momento, por lo que pude disfrutarla desde el principio hasta el final. Lo peor que le vi es que en algunas zonas de los valles de Otal y Ordiso la ruta no está nada bien señalizada, por lo que conviene ir muy atento al GPS.
Madrugué todo lo que pude para que no me pillara la solina e inicie el recorrido a través del cauce del río Ara para enseguida desviarme al valle de Otal, un pequeño pero llanito valle muy estético. La subida de aquí al collado de Ordiso probablemente fue la parte que menos me gustó del día. Una vez en el vecino valle de Ordiso hice algún kilómetro extra para llegar al ibón de Ordiso. Luego desde aquí toca hacer una fortísima bajada campo a través para llegar al fondo del valle y enlazar con el GR 11 que va paralelo al cauce del río Ara.
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Ibón de Ordiso
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Valle de Ordiso
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Después de la ruta hice una breve parada en
Torla para hacer una compra de souvenirs de Ordesa, para la familia, y también para mi mismo. Luego ya me trasladé a Otto para descansar en una nueva area de AC de pago que está junto al camping, un lugar muy agradable, me gustó más que el viejo camping donde ya pernocté en alguna de mis anteriores visitas a la zona.
Sábado, día 28
Hoy tocaba volver a casa, y no quería hacer esperar a la familia, así que busqué una ruta corta para hacer, subir al Mondoto era buena opción. Eso sí, lo peor fue tenerme que trasladar hasta la localidad de Nerín pasando el puerto de Fanlo, una carretera de montaña que se me hizo muy pesada.
La ruta desde Nerín al Mondoto es dura pero corta, apenas 8 Km con unos 680 metros de desnivel. La ruta no es demasiado agradable, la parte inicial transcurre pro una zona llena de de matorral y erizón nada atractiva, pero la parte final y sobre todo las vistas desde la cima compensan todo. Este es un estupendo mirador sobre tres sorores, pero lo mejor de todo es que está situado justo encima de cañón de Añisclo, un enorme tajo en al tierra cuyo fondo está situado 1000 metros mas abajo. En el regreso de la ruta aproveché para desviarme ligeramente y dar un paseín por el pueblito de Nerín.
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Cañón de Añisclo abajo, y Sestrales enfrente
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Al fondo el macizo de Monte Perdido
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Invasión de erizón en el pico de la Estiva
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Iglesia de Nerín
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En la vuelta a casa planifiqué parar a comer en
Sarvisé, pero al final para hacerlo cuanto antes, acabé comiendo en los bonitos
llanos de Planduviar, una inmensa pradera con árboles estupenda para hacer un picnic con amigos o la familia.
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Llanos de Planduviar (I)
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Llanos de Planduviar (II) |