A pesar de ellos actualmente hay que decir que son dos países bastante diferentes, Hungría al caer dentro de la órbita comunista al acabar la segunda guerra mundial se desarrollo menos económicamente y hoy por hoy es un país que a pesar de que está creciendo bastante presenta un nivel de vida bastante inferior que nosotros pudimos comprobar con los precios de un país y el otro.
Centrándonos exclusivamente en el turismo sí que puedo decir que Budapest me gustó mucho más interesante que Viena, tal como me esperaba a esta última no le vi encanto ninguno, mucho palacio y mucho lujo pero me pareció una ciudad fría y sin personalidad. Budapest sin embargo me gustó bastante, tanto Buda en el lado izquierdo del Danubio como Pest en el derecho tienen muchos monumentos y rincones que te sorprenden constantemente.
Lunes, día 17
Viajamos en coche hasta el habitual Park and Fly de Barcelona para volar por la tarde con Ryanair hasta Budapest a donde llegamos poco más tarde de las 20h. Allí queríamos haber cogido el autobús 100E que va directo hasta el centro pero por un error nos acabamos montando en el 200E que también va hacia allí aunque no es tan directo y tuvimos que tomar otro bus intermedio.
Nos bajamos en la plaza Kalvin Ter desde donde fuimos andando hasta el Budapest Guest Rooms, nuestro alojamiento para estos días. Un lugar perfecto para nuestra estancia ya que está situado muy cerca del centro pero en una manzana de calles muy tranquila.
Tras hacer el check in y pactar hacer los desayunos allí mismo por 5€ cada día, nos repartimos las habitaciones y dejamos los bártulos para salir a cenar ya que ya era bastante tarde.
Cruzamos la calle Rakoczy que era la que nos separaba del barrio judío el cual hoy coincide con la zona de marcha de Budapest. Allí entramos a cenar al karavan, un local al aire libre lleno de food trucks. Elegimos uno de comida mexicana que acompañamos con las correspondientes cervezas.
Priemra noche en Budapest
Martes, día 18
Hoy andamos muchísimo, prácticamente todo el día. Salimos del hotel con dirección a la Gran Sinagoga de Budapest, la segunda más gran del mundo después de la de New York. La pena fue que la encontramos cerrada por mantenimiento, aún así nos dimos un buen paseo por las callejuelas del barrio judío, una zona en la que los edificios a pesar de su decadencia me gustaron bastante.
Edificios del barrio judío (I)
Edificios del barrio judío (II)
Desde la sinagoga nos dirigimos hacia la calle Vaci Utca para ir directos hasta el Mercado Central que es donde acaba esta calle. Allí nos encontramos con el típico edificio modernista de hierro dedicado en la planta baja para la venta productos locales y el segundo para venta de souvernirs par turistas.
Mercado Central
Desde allí cruzamos el Danubio a través del Puente de la Libertad. A partir de aquí ya invertimos el resto del día en ver Buda.
Al cruzar el puente de la libertad nos topamos con el balneario Gellert, junto con el Széchenyi (donde nosotros teníamos una reserva) el más famoso de la ciudad. A pesar de no tener entrada entramos a echarles una ojeada por dentro. Justo en frente de Gellert hay una iglesia rupestre católica excavada en la roca a modo de cueva. Pagamos la entrada con audioguía para verla por dentro; la verdad es que la iglesia no tiene gran cosa pero el enclave es bastante curioso.
Balneario Gellert
Iglesia rupestre de Gellert
De allí mismo empezamos la subida hacia la colina Gellert por un empinado aunque corto camino que nos llevó hasta la ciudadela y la estatua de la libertad, enclavadas en la misma cima de la colina y desde donde hay unas muy buenas vistas de Budapest desde las alturas.
Puente de la libertad
Castillo de Buda
Mirando hacia el norte veíamos el castillo y la parte vieja de Buda que era hacia donde nos tocaba dirigirnos. Bajamos la colina por el lado norte y nos metimos en la zona del castillo el cual bordeamos sin entrar en ningún edificio hasta pasarlo y pararnos a comer un menú de comida tradicional en un restaurante típico húngaro. Allí probamos el famoso Gulash, la famosa sopa de ternera estofada.
Vistas del puente de las cadenas desde el castillo de Buda
Tras la comida entramos previo pago a ver el laberinto de Buda, un laberinto subterráneo en pleno subsuelo de la parte vieja de Buda. Es difícil perderse en él ya que apenas hay desvíos pero estás entretenido recorriéndolo durante un rato.
Laberinto de Buda
Pasamos de largo el hospital de la roca, otra de las visitas típicas de Buda de la que la gente habla muy bien, y acabamos dando un paseo que nos llevó hasta el extremo de Buda donde está la torre de Santa María Magalena y el edificio de los archivos nacionales de Hungría. De allí regresamos hasta la Iglesia de San Matías, la que probablemente es la iglesia más bonita de la ciudad. Detrás de ella está el bastión de los pescadores, uno de los monumentos más bonitos de la ciudad y que nosotros no lo encontramos plagado de turistas.
Torre de Santa María Magalena
Iglesia de San Matías
Bastión de los pescadores (I)
Bastión de los pescadores (II)
Desde aquí emprendimos el camino de regreso a Pest cruzando el puente de las cadenas, el más famoso de todos los que cruzan el Danubio.
Tras andar otro tramo por la Vali Utca (la calle comercial por autonomasia de Budapest) para hacer compra de souvenirs ya acabamos muy cansados y decidimos dedicarnos a pasar el resto de la tarde noche haciendo turismo de pubs en la zona del barrio judío. Me gustó especialmente el Red Ruin Bar, un bareto que nos encontramos por sorpresa completamente ambientado en el tema del comunismo y donde suena rock y heavy.
Red ruin bar
Luego nos fuimos a un ruin pub llamado Fogashaz, uno de los más famosos de la ciudad. Los ruin pub son bares situados en viejos edificios que se decoran con ambientación decadente que parece de los años 80.
Futbolín para 4 en cada lado en el Fogashaz
Mapa mundi en el Fogashaz
Acabamos la noche cenando unas hamburguesas cojonudas en una hamburguesería del barrio judío.
Miércoles, día 19
Para hoy teníamos un free tour en español que empezaba en el Parlamento a las 12h así que salimos hacia allí pero dando un rodeo por una ancha avenida exterior que nos llevaría hasta el Decathlon para comprar ropa corta ya que hemos pillado una semana de muchísimo calor. Todos los días excepto el último estuvimos con temperaturas que superaban los 30ºC.
De camino al Decathlon paramos a ver el New York Café, una cafetería muy lujosa situada en los bajos del hotel que lleva su mismo nombre.
New York Café
Siguiendo la avenida llegamos la zona de la estación de tren Nyugati donde está el Decathlon; allí entramos a ver por dentro un curioso MacDonalds situado en uno de los viejos edificios de la estación.
Curioso MacDonalds
Con las compras hechas nos fuimos hacia el Parlamento, el edificio que sale en todas las imágenes de Budapest y la verdad es que no es para menos. Se trata de un edificio enorme construido a principios del Siglo XX en estilo neogótico. Se puede entrar a visitarlo por dentro mediante una visita guiada pero nosotros solo lo vimos por fuera.
Parlamento
Tras hacer tiempo echando unas birras empezamos el free tour, aunque yo no soy partidiario de estos cedí a la voluntad de la mayoría y allí estuvimos atendiendo a las explicaciones del chico hasta las 14,30. El free tour básicamente se limitó a contarnos la historia de la ciudad especialmente haciendo hicapie en la del S.XX durante la etapa de la segunda guerra mundial y la posterior ocupación comunista.
Además de en el propio parlamento hicimos paradas en el parque de la libertad, en la catedral de San Esteban, en la parque de Sisí y finalmente en la Gran Sinagoga.
Tras comer en otro restaurante tradicional junto a la Gran Sinagoga deshicimos el camino del Free Tour para volver a la Catedral y entrar a verla. La entrada es gratuita pero sí se paga por subir a la cúpula. Me gustaron las vistas desde arriba aunque a la catedral no le vi ningún encanto, demasiado mármol.
Catedral de San Esteban
Después nos dimos un paseo por la orilla del Danubio para ver el Monumento de los Zapatos, un recuerdo a los judíos arrojados al Danubio desde esta zona por los nazis húngaros.
Monumento de los zapatos
Nuestro siguiente plan era coger un barco de transporte público de los que se mueven por el Danubio, esta es la mejor idea si no se quiere gastar mucho dinero ya que sirven los mismos bonos de transporte que se usan para coger el metro. Perdimos el primero de todos por un incidente con el móvil de David el cual se le cayó a la ribera del Danubio y tuvo que bajar a cogerlo a todo trapo. Aún así tuvimos suerte ya que cogimos otro barco que iba hacia el norte y gracias a ello se nos hizo de noche por lo que pudimos ver los edificios junto al río iluminados.
Parlamento iluminado
Puentes de las cadenas y castillo de Buda
Este día nos recogimos pronto ya que al día siguiente nos esperaba madrugón para irnos a Viena.
Jueves, día 20
El tren salía de la estación de Keleti a las 7,40 con llegada a Viena a las 10,20h. Una vez allí tomamos el metro para ir la centro dónde se concentra la mayor parte de atractivos turísticos. Empezamos a caminar desde la Opera para tomar la lujosa calle comercial Kartner Strabe hasta la Catedral. Junto a la opera está el Hotel Sacher famoso por la tarta a la que da nombre.
Opera
Hotel Sacher
Tras la visita por dentro de la catedral nos fuimos a ver la casa donde vivió Mozart, de allí al reloj Anker en el cual vimos el movimiento de figuras que se produce a las horas en punto. De allí tomamos dirección al Palacio Hofburg, el palacio de invierno de los Habsburgo. Lo atravesamos y tras dejar a un lado la biblioteca nacional llegamos al museum quarter donde volvimos a cambiar de dirección para entrar al Volksgarten, uno de los parques más famosos de la ciudad. Muy cerquita está el Ayuntamiento, muy parecido al de Bruselas y uno de los grandes edificios visitables de Viena, pero que estaba parcialmente tapado por una carpa de un circo. Dimos la visita al centro de Viena por acabada en el Café Central, el más famoso de la ciudad, no entramos adentro ya que había fila de turistas.
Catedral
Ayuntamiento
Café Central
Lo que nos quedaba por visitar de Viena era el Prater, el parque de atracciones más antiguo de Europa y también las Hundertwasserhaus, unas casas de colores muy curiosas.
Usando el metro nos fuimos hasta el Prater donde nos comimos unas pizzas y dimos una vuelta por sus chiringuitos. Desde aquí nos dimos otro paseo hasta las Hundertwasserhaus donde encontramos bastantes turistas.
Entrada al Prater
Hundertwasserhaus
Sin mucho más que hacer en una ciudad que me gustó muy poquito regresamos hacia la estación de tren haciendo un par de paradas en cervecerías.
Viernes, día 21
Hoy tocaba recorrer Budapest en bicicleta. Alquilamos cinco bicicletas de paseo en un garito junto a la opera y desde allí hicimos un recorrido de unos 15-20Km que nos llevaría hasta la isla de Santa Margarita a través del puente homónimo y luego por toda la ribera de Buda junto al Danubio hasta llegar al punto donde está el A38, un viejo carguero ucraniano usado ahora como sala de conciertos y de fiesta. Desde allí volvimos a cruzar el Danubio y de vuelta a la opera por medio de la ciudad intentando buscar carriles bici.
El paseo en bici nos permitió recorrer al completo la isla de Santa Margarita situada en medio del Danubio. Allí conocimos algunos de sus puntos turísticos como son el monumento conmemorativo de la unificación de la ciudad, la torre del agua o el jardín japonés. Ninguno de estos son muy destacados individualmente pero el conjunto del parque sí que merece la pena.
Con las bicis en el parque de Santa Margarita
Tras el paseo en bici regresamos al hotel a coger a comer cerquita de él y a coger las mochilas para ir por la tarde al Balneario Széchenyi. La entrada nos costó 18€ y con ella uno tiene acceso a todos los servicios básicos del balneario durante todo el día. Hay otros servicios extras como masajes que se pagan aparte.
El balneario nos gustó bastante; primero recorrimos todas las zonas de interior donde hay multitud de piscinas termales, saunas y algún jacuzzi y a última hora ya de noche nos salimos a la zona exterior donde hay otras piscinas termales.
Balneario Széchenyi
Era nuestra última noche en Budapest y no nos podíamos ir sin entrar al Szimpla Kert, el ruin pub más famoso de Budapest. Es un bar gigante con dos pisos en los que se reparten multitud de bares y estancias dentro de él mismo. Mucho ambiente y mucha cerveza pero la comida bastante floja.
Entrada al Szimpla Kert
Sábado, día 22
Hoy era el último día del viaje y aunque salió bastante nublado aún teníamos la mañana para aprovechar a hacer alguna visita. Descartamos ir al Memento Park por su lejanía así que lo que hicimos fue ir a ver el Parque Varosliget ya que no lo pudimos ver el día anterior cuando fuimos al balneario. Aquí visitamos el Castillo de Vajdahunyad, de inspiración transilvana, y la Plaza de los Héroes donde está la estatua de las siete tribus magiares fundadoras de la ciudad.
Castillo de Vajdahunyad
Plaza de los héroes
Desde el parque sale la avenida Andrassy, la más monumental de la ciudad, la cual baja hasta el centro de la ciudad. En este tramo nos empezó a llover bastante así solo la recorrimos hasta donde está la Casa del Terror dedicada al Comunismo y al Nazismo. Allí cogimos el metro para ir hasta la Gran Sinagoga pero hoy era Sabbath y volvía a estar cerrada, finalmente me tuve que resignar a no poder entrar a verla. Sí que le dimos una vuelta por fuera para ver la parte trasera donde está el árbol de la vida.
Casa del terror
Gran Sinagoga
Como todavía teníamos tiempo de sobra nos acercamos a ver la opera pero nos la encontramos tapada completamente por reformas. El resto del tiempo sobrante hasta ir al aeropuerto lo gastamos en un bar y en el KFC.
A las 17,35h salió nuestro vuelo con Wizz hacia Barcelona, allí recoger el coche y del tirón para Logroño.