Me han gustado mucho las dos regiones, en Bretaña destacan
más los pueblos (algunos de los más bonitos de Francia están aquí) y Normandía
más por su naturaleza y su historia ligada a la Segunda
Guerra Mundial. Cuanto más viajamos a Francia más me gusta
el país, me gustaría hacer un viaje al año para poder ir conociendo con calma
cada una de las regiones.
Mención aparte merece la gastronomía, creo que será en el
viaje de mi vida que más he disfrutado con la comida. Además de tener la
seguridad de que todo lo que pedía estaba bueno, aunque no conociera el plato,
especialmente destacan en esta zona los moules frites (mejillones a la marinera
con patatas fritas) y las galletes (crepes salados hechos con harina de trigo
sarraceno).
En cuanto a la meteorología hemos tenido bastante suerte, a
pesar de que son dos zonas muy lluviosas a nosotros apenas nos ha caído agua y cuando
lo hizo no nos pilló en malos lugares. Los primeros días incluso hizo tanto
calor que nos llegamos a bañar en las frías aguas del Océano Atlántico.
Viernes, día 25
Como pensábamos que íbamos a ir mal de tiempo salimos el
viernes a todo trapo para llegar cuando antes al destino; luego no fue para
tanto ya que nos ha sobrado hasta tiempo pero el caso es que este día nos
metimos los 850Km de Logroño hasta Bretaña, dormimos en un parking público en medio de la nada que
estaba sin coches pero que a la mañana siguiente ya estaba petado de coches.
Sábado, día 26
Edith me convenció para ir a ver Rochefort-en-terre y
Josselin, dos pueblos del interior de Bretaña que yo quería evitar debido a que
nos hacían desviarnos ligeramente de nuestro recorrido pegado a la costa. Menos
mal que le hice caso porque han terminado ser dos de los lugares más
bonitos que vimos en el viaje.
Rochefort-en-terre es un pueblo muy pequeñito pero que está
exquisitamente cuidado, con todo tipo de detalles. Además de sus calles nos
gustó mucho el interior de la iglesia y también la zona del castillo.
Rochefor-en-terre (I)
Rochefor-en-terre (II)
Josselin es famoso sobre todo por su estupendo castillo,
todo el mundo quiere hacer la famosa foto del castillo junto al canal de agua.
Nosotros no entramos a verlo por dentro ya que habíamos leído como que no era
gran cosa. Además del castillo el pueblo nos gustó bastante, era día de mercado
y había mucho ambiente por las calles. Destaco también la subida a la torre de
la Catedral, es gratis y las vistas merecen mucho la pena.
Castillo de Josselin
Después de tener una primera experiencia con los moules
frites nos fuimos a Carnac, otro de los imprescindibles de Bretaña. Carnac es
nada más y nada menos que el monumento megalítico más extenso del mundo. Aunque
se barajan varias teorías no se conoce exactamente para que se hizo. El
monumento está divido en varias zonas, nosotros vimos las siguientes:
-Le Menec: es la zona más extensa, por aquí está el centro
de recepción de visitantes. Le dimos la vuelta entera al recinto.
-Kermario: la que tiene los menhires más grandes y la que
más visitantes suele tener. Además de los menhires aquí también vimos un
dolmen.
-Manio: Para llegar aquí hay que andar un poco ya que están
algo separados. Se ve el gigante de Manio, un menhir solitario de 6 metros de
altura y el cuadrilátero de Manio.
-Kerlescan: Es la zona más al este que vimos, dicen que es
la mejor conservada pero nosotros solo le echamos un vistazo rápido ya que nos
pareció parecida al resto.
Para visitar todo esto y a pesar de que no están alejados
unos de otros lo que hicimos fue ir moviéndonos con el coche y aparcando en los
márgenes de la carretera.
Menhires de Le Menec en Carnac
Gigante de Manio
De Carnac fuimos a Concarneau, el primer pueblo puramente
costero que vimos en Bretaña. Nos gustó algo menos que el resto pero también
merece la pena. La parte vieja está completamente rodeada por un baluarte
defensivo costero.
Entrada a la parte vieja de Concarneau
Todavía quedaban horas de luz pero ya habíamos cumplido con
creces los objetivos del día así que improvisamos y nos acercamos hasta Sainte
Marine, un pueblo al que sugirió ir Edith para ir a cenar ya que algo había leído
por Internet pero que resultó ser un fiasco, allí no había turistas pero
estaban todas las terrazas petadas de franceses estirados o reservadas, me dio la
impresión de ser una zona elitista.
Sainte Marine
Domingo, día 27
Visitamos Locronan a primera hora. Este es un pueblo
minúsculo que parece el decorado para una película, es muy bonito pero tiene la
pega de que parece muy artificial, ni siquiera da la sensación
de que aquí viva nadie realmente. La estética que tiene con
la piedra caliza azulada me recordó a los pueblos del interior de Inglaterra.
Locronan (I)
Locronan (II)
Tras la rápida vista nos dirigimos hacia la Península de
Crozon, elegimos este lugar costero en vez de la Pointe du Raz, ya que van
menos turistas y encima parece más chulo. Antes de llegar y como
hacía muy buen día aprovechamos para conocer una playa de la
zona: la Lestrevet Plage. Las playas por esta zona dan la sensación de ser muy
salvajes. Estuvimos dando un paseo por la arena y
Una vez en la Península de Crozon lo primero que fuimos es
ir a la punta del sur para ver el Arco de Dinan, una oquedad en la roca horadada
por el océano. Para llegar a él hay que dar un pequeño
paseo de aproximadamente un kilómetro ida.
Luego visitamos la punta central, la de la norte llamada Punta de Los Españoles, la pasamos de largo. En la punta central está Camaret-sur-mer, un pueblo al que fuimos a comer y en el que sus atractivos turísticos están en la parte final del puerto. Allí se pueden ver la Iglesia de Notre Dame de Rocamadur, la Torre de Vauban y el cementerio de barcos varados.
Arco de Dinan
Luego visitamos la punta central, la de la norte llamada Punta de Los Españoles, la pasamos de largo. En la punta central está Camaret-sur-mer, un pueblo al que fuimos a comer y en el que sus atractivos turísticos están en la parte final del puerto. Allí se pueden ver la Iglesia de Notre Dame de Rocamadur, la Torre de Vauban y el cementerio de barcos varados.
Cementerio de barcos
Iglesia de Notre Dame
de Rocamadur y Torre de Vauban
De viaje hasta la cercana punta de Pen-Hir paramos en el Memorial a la Batalla del Atlántico, en esta zona se ven unos cuantos búnquers
alemanes de la WW2. Mientras pululábamos por la zona vimos abajo la playa de Pen-Had, nos gustó tanto que no dudamos en
bajar a darnos un chapuzón. La temperatura del agua en esta parte del Atlántico
no es la más adecuada para el baño... pero fue una gran experiencia!
Memorial a la Batalla del Atlántico
Búnquers y playa de Pen-Had
Tras el paréntesis en la playa finalmente llegamos a la
Punta de Pen-Hir, el típico sitio junto al mar para ver atardeceres.
Desde Crozon nos desplazamos por el interior del parque
Natural de Armorique hasta Huelgoat. Aquí teníamos prevista una ruta de
senderismo para ver el bosque de Huelgoat, un lugar famoso por las enormes
rocas en el cauce del rio y en que hay numerosas leyendas sobre duendes y
hadas. Si lo llego a saber me hubiera dado la vuelta tras ver la parte inicial
de rocas, la parte del bosque que hay después me pareció la de cualquier bosque
atlántico común. Un poquito más alejada está la roca conocida como el champiñón,
la más emblemática de todas.
El Champiñón
En Huelgoat había mucho menos ambiente que en otras zonas
así que cuando empezó a anochecer no quedó rastro de nadie, en ese momento nos
fuimos al camping municipal del pueblo. Intentamos pagar pero no había nadie ni
esa noche ni a la mañana anterior así que la jugada nos salió gratis.
Lunes, día 28
Esta mañana tocaba visitar la llamada Costa de Granito Rosa,
un tramo precioso de costa con unas rocas de granito de un curioso color que es
cierto que tienden a rosáceo. La ruta se puede alargar pero nosotros solo
hicimos el tramo más famoso que discurre en los alrededores de Ploumanach. En
total nos salieron unos 5Km.
Costa de granito rosa (I)
Costa de granito rosa (II)
De aquí nos desplazamos hasta el cap de Frehel otra zona de
costa bretona muy famosa. Antes de llegar paramos a medio camino a ver la
Abadía de Beauport. Esta abadía nos llamó la atención por tener una parte de la Iglesia en estado de ruina lo
que le da un aire muy original. En la visita de pago que hicimos también se
visitan otros lugares curiosos.
En la península de Frehel primero fuimos al Cap Frehel donde
está faro, un lugar bonito que me recordó a otros parecidos que hemos visto en
la costa cantábrica. Buscamos sitio para pernoctar por la zona pero no lo vimos
claro así que nos trasladamos hasta la fortaleza de La Latte, también en la
zona de Frehel. Allí metimos la furgoneta en la zona del parquin ya que aunque
había una barra que evitaba que entraran furgonetas altas la nuestra cabía
perfectamente. ¡Otra ventaja de tener una mini camper!
Cap Frehel
Martes, día 29
La fortaleza de La Latte no abría hasta las 10,30h así que
rodeamos el perímetro andando por el llamado camino de los aduaneros (GR-34,
marcas rojas y blancas) y aprovechamos para fotografiarla desde diferentes
lugares. El más bonito sin duda una pequeña cala de rocas situada a sus pies,
en el lado sur; sin duda alguna merece la pena bajar hasta aquí. Cuando regresábamos
al parking vimos que ya estaban abriendo la fortaleza pero no entramos a verla,
no parecía nada del otro mundo.
Fort La Latte
De Frehel fuimos hasta Dinan, uno de los pueblos más famosos
de Bretaña. Nos pareció muy bonito, sobre todo por su gran cantidad de casas
con travesaños y vigas de madera pintadas de color y a la vista. Como edificios
famosos destacar también la torre de Horloge y el Castillo. Imprescindible
también bajar por la calle más bonita del pueblo, la que baja hasta el puerto
del Dinan.
Típicas casas de Dinan
Torre de Horloge
Castillo
El otro pueblo que vimos y que aunque con un estilo
totalmente diferente compite en belleza con Dinan es Saint Malo. Es una villa
marinera que tiene la parte antigua completamente amurallada. Nos pareció muy
original ya que por dentro uno tenía la sensación de estar en una ciudad más
grande. También estuvimos dando un paseo por la playa muy sometida al capricho de las mareas; nos gustaron las filas de maderos que ayudan a romper las fuertes olas que suelen azotar la villa. La única pega que le podemos poner a Saint Malo es la cantidad de coches que había
para aparcar, nos costó dios y ayuda dejar el coche incluso a pesar de que todos peleábamos
por parkings de pago.
Playa en St Malo
Muralla en St Malo
Ayuntamiento de St Malo
Y finalmente tocaba ir Saint Michel, con mucha diferencia el
lugar más famoso de esta zona, de hecho creo que es el segundo lugar más
visitado de Francia después de París. Nos alojamos en el camping que hay tras
pasar la barrera que se abre con código y así nos evitamos el parking de pago
que hay antes de la barrera. Sinceramente si venís con auto caravana o
furgoneta creo que es la mejor opción que hay.
Para llegar desde la zona de parkings hasta el mont Saint
Michel hay una tirada, calculo que como unos 2Km, además de ir pata por la
moderna pasarela también podemos usar las lanzaderas que pasan continuamente
incluso de noche. Nosotros fuimos esa tarde andando y luego regresamos en bus.
Nos gustó mucho verlo de noche ya que además de haber menos gente la
ambientación era más auténtica. También aprovechamos para ver los alrededores
del monte, toda la zona de arena que se inunda cuando sube la marea.
Andando hacia el Mont St Michel (I)
Andando hacia el Mont St Michel (II)
Murallas del Mont St Michel (I)
Interior del Mont St Michel (I)
Miércoles, día 30
A la mañana siguiente regresamos a Saint Michel para visitar la abadía que hay en lo alto del monte. La tarde anterior ya estaba cerrada cuando llegamos.
Vistas a los alrededores desde la Abadía de Saint Michel
Abadía de Saint Michel
A partir de aquí nos tocaba la visita a Normandía aunque oficialmente Saint Michel ya está en Normandía; se puede decir que en el viaje hemos estado la mitad de días en Bretaña y la otra mitad en Normandía.
En cuanto a paisajes Normandía nos pareció más bonito, más verde, más rural que Bretaña; los sitios por donde transitábamos con la furgoneta nos gustaron más. Y eso que este día salió muy malo, nos llovió bastante aunque tuvimos la suerte de que nos pilló en un día en el que teníamos bastante desplazamiento por carretera.
Esa tarde ya empezamos con la vista a los diferentes lugares relacionados con la Operación Overlord, más conocida como el Desembarco de Normandía.
Empezamos por Bayeux. Junto con Caen es uno de los pueblos más importantes donde se desarrolló la ofensiva. Se hizo famoso por la carretera de circunvalación (se dice que fue la primera del mundo) que se construyó por parte de los ingleses para liberarla.
Cuando llegamos a Bayeux todavía llovía bastante así que la visita no la pudimos hacer en condiciones, callejeamos por el centro del pueblo buscando un restaurante, vimos la catedral rápidamente y adiós.
Centro de Bayeux
Luego nos trasladamos a las afueras donde está el cementerio de guerra inglés, con 4.144 tumbas es menos famoso que el americano o el alemán pero también merece una visita. Es curioso que en el mismo espacio también podemos encontrar 532 tumbas de soldados de otras nacionalidades, la mayoría alemanes.
Cementerio Inglés de Bayeux
Junto al cementerio está el museo memorial de la batalla de Normandía de Bayeux. Entramos a verlo y la verdad es que es algo muy recomendable si estamos interesados en la operación Overlord. Luego por la zona vimos muchos más museos de este tipo, el más famoso y grande es el de Caen, pero ya no entramos a más, con uno nos parecía suficiente ya que imaginamos que todo serían parecidos.
Entrada al museo memorial de la batalla de Normandía de Bayeux
La siguiente visita fue el cementerio alemán situado en las proximidades de Le Cambé. Este es el que más muertos acoge, hay un total de 21.222 tumbas, eso sí, las tumbas son más modestas que en los otros cementerios.
Cementerio Alemán de Le Cambé
Seguía lloviendo y como teníamos hambre paramos en Grandcamp-Maisy a buscar una crepería. Ya con las fuerzas renovadas nos dispusimos a hacer la última visita del día, tuvimos la suerte de que además estaba parando de llover.
La Pointe du Hoc es un zona de acantilados que se hizo famosa porque fue tomada por una división de rangers americanos previamente al día D. Debido a su cercanía a la importante playa de Omaha el objetivo era limpiar esta zona de cañones de 155mm alemanes. Hoy lo que queda en la zona además de unos cuantos búnkers alemanes son los números cráteres que hizo la artillería americana antes de la toma de la posición. Esta noche aprovechamos para pernoctar en el propio parking del Pointe du Hoc.
Le Pointe du Hoc
Jueves, día 31
Este día lo dedicamos a seguir viendo lugares del Desembarco de Normandía. Primero fuimos a la playa de Omaha, la más famosa de las cinco utilizadas por las tropas aliadas (Omaha y Utah por los americanos, Sword y Gold por los británicos y Juno por los canadienses).
Omaha es una playa normal, como cualquier otra de esta zona, quizás más extensa. Respecto a las pelis de guerra en las que se narra el día D (Salvar al soldado Ryan por ejemplo) me pareció que los acantilados donde estaban pertrechados los alemanes los exageran bastante.
Omaha beach
Tras estar un rato en la arena y ver estatuas y memoriales de los alrededores nos fuimos a uno de los puntos más famosos de la zona: el cementerio americano. Aquí podemos encontrar 9.389 tumbas de soldados americanos. La mayor parte de las tumbas tienen forma de cruz pero hay una minoría con estrellas de David, estas corresponden a soldados judíos. Este lugar también aparece en la película de Salvar al Soldado Ryan pero esta vez no es una recreación, sino que se grabó en este mismo lugar. Comentar que además de ver la parte de las tumbas también merece la pena ver previamente el museo-memorial que hay en la entrada.
Cementerio americano
Continuamos viaje hacia el este y la siguiente parada fue ver las baterías alemanas de Longues-Sur-Mer, aquí se ven las más grandes y mejor conservadas.
Batería en Longues-Sur-Mer
A la hora de comer llegamos a Arromanches, en este pueblo está la playa de Gold, una de las usadas por los británicos en el día D. A día de hoy todavía se conservan restos del puerto Mulberry, nombre en clave del puerto artificial que usaron los aliados para meter vehículos para la operación Overlord. Tuvimos suerte de llegar a Arromanches con marea baja y así pudimos acercarnos a un par de pizas del Mulberry.
Tras comer en un horribles fast food del pueblo nos subimos a la colina que hay al este de Arromanches donde hay una buena vista de la playa, otro trozo del Mulberry y el llamado Arromanches 360, un museo de pago en el que se proyecta un documental de 20 minutos sobre la batalla en una enorme cúpula.
Restos del Mulberry de Arromanches
Antes de irnos de Arromanches encontramos por sorpresa un campo de minigolf privado y no pudimos resistirnos a echar una partida, ¡me encantan los minogolf!
Minigolf
Más al este de Arromanches ya disminuye claramente el número de turistas, nosotros solo hicimos un par de paradas rápidas más, la primera en las cercanías de la playa de Juno y la otra para ver el puente Pegaus. El que funciona ahora y por el que pasan los vehículos es nuevo, el original está en otro museo que nosotros ya nos encontramos cerrado.
Memorial cerca de la playa de Juno
Puente pegaao nuevo
Esta noche pernoctamos en un área de picnic de carretera cerca de Honfleur. Antes de ello cenamos en un restaurante de carretera muy próximo donde tuve la suerte de probar steak tartar, carne de vacuno cruda… bastante buena me resultó para estar sin hacer.
Viernes, día 1
Hoy ya tocaba visitar el resto de lugares de Normandía más allá del desembarco. Nos dirigimos a la que se llama Alta Normandía, hasta ahora habíamos estado en la Baja Normandía. Por la mañana visitamos Honfleur, el que dicen que es el pueblo más bonito de Normandía y creo que no les falta razón: nos encantó.
Empezamos viendo la zona del puerto viejo, preciosas las estrechas casas de colores situados alrededor del puerto, recordaban mucho a Ámsterdam. También me maravilló la zona de la Iglesia de Sainte Catherine, tanto por fuera como por dentro; se trata de una curiosa iglesia de madera. También hicimos el corto paseo marítimo que te lleva hasta donde desemboca el río Sena, desde este punto se ve el majestuoso Puente de Normandía el cual luego pasaremos para ir a Etretat; al otro lado del enorme río también se ve la zona portuaria de Le Havre, una zona industrial muy importante para Francia.
Zona del puerto viejo de Honfleur
Edificios preciosos en Honfleur
Interior de la Iglesia de Sainte Catherine
Puente de Normandía sobre el Sena
Tras pagar los 5€ que cuesta cruzar el puente de Normandía llegamos a Etretat, este pueblo costero es muy visitado debido las bonitas formaciones rocosas de sus acantilados situados a ambos lados del pueblo. A la izquierda está la falaise d'aval, la parte más famosa y a la derecha la falaise d'amont.
Primero nos acercamos a ver la falaise d’aval, este lugar es el que se conoce como el ojo de la aguja, los vimos tanto por abajo como por arriba ya que hay un sendero muy pisado que va por toda la parte superior.
Aunque Edith se quedó descansando en la playa de roca yo también subí a la falaise d'amont, es menos espectacular pero se sube en apenas 10 minutos y también merece la pena por sus vistas. En su alto está la ermita de Notre Dame de la Garde.
Acabamos la tarde dando una vuelta por las calles del pueblo, en esta parte suele llamar la atención de los turistas el Hotel La Résidence Manoir de La Salamandre, resulta llamativo el tamaño del edificio y su bonita fachada.
Falaise d'aval desde abajo
Falaise d'aval desde arriba
En lo alto del Falaise d'amont
Hotel en Etretat
Estuvimos buscando un camping para alojarnos pero la recepción de todos los que encontrábamos ya estaba cerrada así que nos colamos en uno a asearnos pero volvíamos a dormir en una zona a nuestro aire.
Sábado, día 2
Pensé que no nos daría tiempo a ver la zona de Ruan y las abadías del Sena pero finalmente tuvimos todo el sábado para ello.
Hay numerosas abadías interesantes en el curso del rio Sena cerca de su desembocadura; muchas de ellas se encuentran en estado bastante decadente pero eso es lo que las hace aún más interesantes. Nosotros visitamos un par de ellas en nuestro camino hacia Ruan.
Aunque no lo teníamos previsto pero ya que la vimos señalizada desde la carretera paramos a ver la Abadía de Saint Wandrille. Pensábamos que había que pagar pero entramos libremente y nadie nos dijo nada.
Abadía de Saint Wandrille
La visita no estuvo mal pero nada que ver con la otra abadía que visitamos: la de Jumieges. De esta dijo Victor Hugo que se trataba de la ruina más bonita de Francia. En esta sí que hay que pagar, 6,50€ creo recordar, pero merece mucho la pena, me parece un lugar muy fotogénico. La abadía se construyó en el año 654 y a pesar de sufrir daños en la época vikinga, durante la guerra de los 100 años y tras la revolución francesa, a día de hoy todavía mantiene muchas partes en pie. Además de lo que es la iglesia también se pueden visitar los extensos jardines y un edificio cercano que se usa como sala de exposiciones.
Abadía de Jumieges (I)
Abadía de Jumieges (II)
Muy cerquita de Jumieges y siguiendo el curso del río Sena ya está Rouen o Ruan en castellano, la capital de la Alta Normandía. Dejamos para el último día el núcleo de población más grande de todos los que visitamos en el viaje. Aparcamos cerca del centro y nos limitamos a ver el centro histórico de la ciudad el cual nos pareció precioso; hay multitud de bonitas casas con vigas de madera pintadas a la vista y los estilos gótico y gótico flamígero abundan en multitud de edificios. Las visitas que hicimos fueron las siguientes:
- Catedral de Notre Dame: Edificio de majestuosas dimensiones. En el interior me gustó mucho la escalera.
- Le Gros Horloge: El gran reloj, la calle que une este con la catedral es una de las más bonitas.
- Palacio de justicia: Solo vimos la fachada desde el otro lado de las rejas pero merece la pena acercarse a verlo.
- Plaza del viejo mercado: Una de las plazas principales famosa porque fue el lugar donde se quemó a Juana de Arco.
- Iglesia de Juana de Arco: Una extrañísima iglesia moderna construida junto al punto donde fue quemada.
- Donjon o Torre Juana de Arco: Uno de los símbolos de la ciudad. Solo la vimos por fuera.
- Abadía de Sant Ouen: Compite en dimensiones con la catedral. Dentro vimos una interesante exposición de esculturas.
- Iglesia de Saint Maclou: Solo vimos su fachada, muy bonita.
- Atrio de Saint Maclou: Uno de los lugares más extraños de la ciudad. Se trata de un patio interior que entre otros usos sirvió durante la época de la gran peste como osario. Hay numerosas referencias a la muerte en los postes de madera.
Catedral
Al fondo el gran reloj
Palacio de justicia
Iglesia de Juana de Arco
Torre de Juana de Arco
Ayuntamiento y Abadía de Sant Ouen
Iglesia de Sant Maclou
Atrio de Saint Maclou
Tras dar la ciudad como visitada y viendo que para el día siguiente nos esperaba un largo viaje de 1050 Km decidimos acortar algo este haciendo algo de trayecto ese mismo sábado. Esa noche dormimos en un área de servicio de la autopista.