En cuanto al tiempo la verdad es que no nos podemos quejar , la semana anterior salieron muy malos días sin embargo en esta para las malas previsiones que daban no nos ha ido nada mal.
Martes, día 15
Llegamos a Asturias por la tradicional Autovía del cantábrico. Nos salimos en la salida de Ribadesella para llegar hasta el municipio de Cuevas ya que este pueblo es famoso porque la única carretera que llega a él atraviesa una cueva excavada en la roca de unos 300 metros de larga, es el lugar conocido como "La Cuevona".
Al pueblo no fuimos pero se nos hizo bastante curioso el lugar, eso sí, avisamos de que hay que visitarlo con mucho cuidado, la cueva está muy poco iluminada y apenas hay arcén para apartarse cuando pasan coches.
" La Cuevona"
Tras la vista a la Cuevona nos subimos hasta el Mirador del Fito, famoso mirador Asturiano en el que ya habíamos estado en un viaje anterior. Volvimos aquí porque queríamos hacer una ruta hasta el Pico Pienzu -Ver ruta en Senderioja-
Vistas desde el Mirador del Fito
Cuando ya estaba anocheciendo seguimos viaje hacia Candas, la localidad donde teníamos el alojamiento esta noche. Antes de llegar hasta allí nos llamó la atención las luces de la Central Térmica de Aboño, situada junto a Gijón, así que paramos a echarle unas fotos nocturnas con trípode.
Central Térmica de Aboño
Miércoles, día 16
Aunque la noche anterior nos habíamos dado una vuelta por Candas esta mañana decidimos dar otra vuelta por esta bonita localidad costera, en esta época estaba muy tranquila aunque por lo visto esta es una zona que se llena de gente hasta los topes en época estival.
Inicialmente nos dimos un paseo hasta el faro al cual se llega tras un agradable paseo a través de un pequeño bosquete de eucaliptos. Además también vimos el Ayuntamiento, la Iglesia Parroquial, el Parque les Conserveres y la zona del puerto - playas.
Paseo hasta el faro en Candas
En Candas pasamos más del tiempo estimado así que Luanco nos lo saltamos y nos fuimos directos hasta el faro de Cabo Peñas. Allí pagamos el euro que cuesta entrar a ver el pequeño Centro de Interpretación que hay el cual recomendamos entrar a visitar ya que se ve rápido, unos 20 minutos como mucho.
Pelea entre calamar y cachalote
Faro de Cabo Peñas
Donde sí que estuvimos más tiempo es contemplando la belleza de los acantilados del Cabo Peñas, son altísimos y espectaculares. Recorrimos el sendero que va pegado al acantilado desde Punta Gaviota hacia el oeste, tras un par de kilómetros y ver que ya eran todo el rato igual regresamos al faro por la carretera.
Acantilados en Cabo Peñas
A la hora de comer llegamos a Cudillero, uno de los pueblos más famosos y bonitos de Asturias, para muchos el que más de todos. La verdad es que es cierto que es un pueblecito muy especial, diferente a cualquier otro que se haya visto, desde la plaza junto al mar donde están todos los locales de restauración salen empinadísimas callejuelas que suben hasta las coquetas casas de colores enclavadas en las laderas de las montañas. Nosotros estuvimos un buen rato perdiéndonos por sus callejuelas y también nos acercamos hasta la zona del faro.
Cudillero
El día lo acabamos viendo el anochecer en Cabo Vidio, menos espectacular que Cabo Peñas.
Costa desde Cabo Vidio
El alojamiento para pernoctar lo elegimos en la localidad de Castañeras, muy próxima a la playa del Silencio. Aquí nos metimos una cena casera a cargo de la señora propietaria que nos supo a gloria.
Jueves, día 17
Tras desayunar y despedirnos de la señora nos acercamos con el coche hasta las inmediaciones de la Playa del Silencio, eso sí, para llegar hasta ella hay que bajar por unas pronunciadas escaleras. Comentar que esta playa es una de las más bonitas de todo Asturias, sobretodo debido a las rocas desperdigadas entre la playa y el mar. Es importante visitarla con marea baja, nosotros así lo hicimos y de esta forma pudimos recorrerla de lado a lado. Nos llamaron también la atención los colores de las rocas que hay en la playa.
Playa del Silencio (I)
Playa del Silencio (II)
Después nos desviamos con la furgoneta hacia el interior para llegar hasta el valle de Paredes. Allí vistamos rápidamente el minúsculo pueblo de San Pedro de Paredes y luego fuimos hasta las pedanías de alrededor para hacer una ruta de senderismo que llevábamos preparada: la de las Hoces del Río Esva -Ver ruta en Senderioja-
San Pedro de Paredes
Ruta de las Hoces del Esva
Tras la ruta regresamos de nuevo a la costa, esta vez para visitar la localidad de Luarca. Este pueblo también nos gustó mucho, quizás no tiene la estética perfecta de Cudillero pero nos pareció muy original.
Como apenas teníamos una hora de luz lo primero que hicimos fue subir a la parte de la Atalaya para ver lo más famoso: el cementerio, el faro y la mesa de los navegantes. El cementerio es muy original debido a que está en esta parte alta de Luarca y rodeado de mar por ambos lados; allí está enterrado el Premio Nobel Severo Ochoa, quien nació en esta villa.
Ya de noche cerrada pasamos el puente del beso y subimos por el barrio de los pescadores hasta el mirador del Chano.
El pueblo nos gustó tanto que decidimos pernoctar aquí y seguir viendo alguna cosilla al día siguiente.
Cementerio de Luarca
Panorámica de Luarca
Viernes, día 18
Por la mañana visitamos un par de lugares que nos dio tiempo a ver el día anterior. Primero nos acercamos al barrio de Villar de Luarca, allí hay unas cuantas mansiones famosas de Indianos, entre ellas Villa Carmen, la casa natal de Severo Ochoa.
Villa Carmen
También nos acercamos a ver un extraño sitio, el llamado Cementerio de los Moros, situado en el vecino pueblo de Barcia y en el que hay enterrados un gran numero de soldados marroquíes muertos durante la Guerra Civil española. El lugar apenas tiene nada de interés, solo la puerta mudéjar y un muro que recorre el perímetro completo.
Cementerio de los Moros
La siguiente parada la hicimos para ver rápidamente el Castro de Coaña, por 3€ que cuesta la entrada merece la pena visitarlo; está es bastantes buenas condiciones.
Castro de Coaña
Finalmente llegamos a la ría de Eo la cual hace frontera entre Asturias y Galicia, pasamos el puente para llegar a Ribadeo ya en Galicia y así acercarnos a la Playa de las Catedrales. Estuvimos hace ya bastantes años pero debido a que aquel día había marea alta apenas pudimos andar por ella, esta vez pillamos marea baja y disfrutamos mucho por allí, es un lugar excepcional, eso sí, demasiado consumido por el turismo, nosotros estuvimos un viernes de Noviembre y aún así había bastante gente.
Playa de las Catedrales (I)
Playa de las Catedrales (II)
Aquí ya nos cayeron unas gotas de agua, las primeras del temporal que anunciaban para los siguientes días y que al final no fue para tanto.
De camino hacia Taramundi paramos en Vegadeo, otro pueblo del ría de Eo pero ya en la margen asturiana. Allí comimos en una sidrería tradicional rodeados de paisanos del pueblo, como es habitual es Asturias nos sacaron comida para un regimiento.
Vegadeo
Taramundi como tal nos defraudó bastante, el pueblo no tiene apenas nada, parece que la fama sobretodo se la ha llevado por sus museos. Tiene hasta cuatro museos famosos, el de la Cuchillería situado en el propio pueblo y otros tres situados en los alrededores: el museo de Molinos de Mazonovo y dos conjunto etnográfico, el de Esquios y el Os Teixois.
Nosotros llegamos bastante tarde a Taramundi así que solo visitamos los dos más famosos y solo por fuera: el de Os Teixois y el de los Molinos.
Conjunto etnográfico de Os Teixois
Museo de Molinos de Mazonovo
Esta zona del interior de Asturias no nos estaba emocionando demasiado así que descartamos seguir hacia la zona de los Oscos y regresamos otra vez a la costa, esa noche pernoctamos en un apartamento de Tapia de Casariego.
Sábado, día 19
Para la mañana del sábado daban mucho viento en la costa y muy mala mar lo que levantaría olas de hasta 6 metros, nosotros estábamos en el lugar perfecto para ver el espectáculo así que sin pensárnoslo mucho salimos del apartamento con la intención de recorrer el paseo marítimo de Tapia de Casariego de lado a lado. Fue un paseo que nos encantó, el color del cielo junto a las olas rompiendo contra las rocas le daban al lugar una atmósfera única.
Olas en Tapia de Casariego (I)
Olas en Tapia de Casariego (II)
Olas en Tapia de Casariego (III)
De camino hacia Avilés paramos en la Playa de Barayo ya que Edith la quería ver. Llegar a ella no es fácil pues no está señalizado el camino, nosotros tuvimos que preguntar a un parroquiano y además luego se accede tras bajar a pata un rato. Es una playa que quizás no tiene la belleza de otras pero que está muy bien, sobretodo si se quiere ver una playa tranquila sin aglomeraciones de gente.
Playa de Barayo (I)
Playa de Barayo (II)
Llegamos a Avilés por la tarde y tras dejar los bártulos en el hotel que elegimos en pleno centro y el cual nos encantó nos dispusimos a conocer el casco viejo.
El Casco Viejo de Avilés nos gustó mucho, especialmente las numerosas zonas aporticadas, la mayor parte concentradas en las calles de Rivero y Galiana. También nos gustaron los parques de la Ferrera y del Muelle, el primero de ellos es grande y de estilo inglés y en el segundo hay unas cuantas estatuas famosas. Como edificios destacados están los Palacios de Camposagrado y de Valdecarzana. Otro punto neurálgico del centro es la Plaza España donde está el Ayuntamiento. También visitamos el barrio de Sabugo, contiguo al casco histórico y en el que se concentran un gran número de sidrerías. Aquí también destacan sus iglesias, la nueva y la vieja.
Parque de la Ferrera
Calle Galiana
Plaza España y el Ayuntamiento
Domingo, día 20
El Domingo por la mañana fue el día que más llovió, este día sí que nos pusimos como una sopa, ya que a pesar del mal tiempo que daban no desistimos en dar un paseo a lo largo de la ría de Avilés.
A las 11 A.M., en cuanto abrieron el Centro Niemeyer entramos a ponernos a cubierto. Allí entramos a ver la exposición temporal sobre Julio Verne para hacer tiempo hasta las 12,30h que era la hora a la que teníamos una vista guiada al centro.
Tras la vista al Centro Niemeyer comimos por el centro y luego nos dedicamos a conocer la zona industrial de Avilés, todo esto lo profundizo en este otro artículo.
En este viaje ya no nos daba tiempo a ver Gijón así que decidimos cambiar el rumbo y dirigirnos hacia el Parque Natural de Redes donde queríamos hacer la ruta del Alba, recorrido que se nos quedó sin hacer en viajes anteriores.
Paramos para estirar un poco las piernas en Pola de Laviana, uno de los pueblos de las Cuencas Mineras Asturianas.
Paseo en Pola de Laviana
La noche la pasamos en una caserón situado junto a La Pola de Laviana, un edificio antiguo muy auténtico que nos encantó.
Lunes, día 21
Desde Pola de Laviana hasta Soto de Agues, que es donde empieza la Ruta del Alba hay poca distancia, llegamos enseguida.
La Ruta del Alba es el recorrido más emblemático dentro del Parque Natural de Redes. Son 15Km muy facilitos por un recorrido bastante chulo aunque es cierto que nos esperábamos algo más de él. -Ver ruta en Senderioja-
Saltos de agua en la Ruta del Alba
Antes de regresar a Logroño paramos en el Pozo Sotón, uno de los pozos mineros de esta zona, este está situado en la localidad de San Martín del Rey Aurelio, concretamente entre El Entrego y Sotondrio; el Pozo Sotón cerró su actividad en el año 2014.
Actualmente en él se puede hacer una vista guiada completísima por el interior de la mina pero nosotros nos conformamos con verla por fuera; recientemente en el año 2016 Hunosa inauguró aquí un memorial con los nombres de los más de 500 fallecidos de la empresa en Asturias desde 1967.
Memorial en el Pozo Sotón