Empezamos el día haciendo un ruta senderista a las cimas del pico Askorri y la Peña Arrate pasando por el pueblo "encantado" de Ochate. Se trata de un ruta cómoda de apenas 10Km y poco desnivel. -Ver ruta en Senderioja-
Ochate es un pueblo abandonado que durante las décadas de los 80 y 90 atrajo a mucha gente curiosa de conocer el lugar del que se decía en aquella época que estaba embrujado, que se habían visto figuras misteriosas e incluso ovnis... Hoy apenas quedan de él las ruinas de un par de casas y la torre de la iglesia la cual sí que se mantiene en pie y en bastante buen estado. Un poco más arriba del pueblo está la ermita de Borgondo en la cual se dice que se aparecía un siniestra y oscura figura. Por los alrededores del lugar también se pueden ver restos de fogatas y graffitis echos por los jovenzuelos que suelen venir aquí a hacer psicofononías.
Pintadas en la ermita de Borgondo
Torre de la Iglesia de Ochate
Tras la ruta paramos a ver la Iglesia Románica de San Vicentejo, el mejor ejemplar de las numerosas ermitas que hay de este tipo repartidas por todo el territorio.
Ermita de la Purísima Concepción en San Vicentejo
Después nos fuimos con el coche a buscar un lugar adecuado para comernos los bocadillos que traíamos preparados de casa; probamos en Treviño, la capital del Condado pero no vimos ningún lugar que nos convenciera así que acabamos en el pequeño pueblo de Torre, comimos junto a la iglesia del pueblo, un bonito lugar.
Iglesia de Torre
Para la siguiente visita nos salimos ligeramente de Treviño para llegar a Markínez, un bonito pueblo alavés donde hicimos otra pequeña ruta de senderismo de 6Km para ver unas cuantas cuevas artificiales que hay en los alrededores del pueblo y subir a la cima del monte Espinal donde está la Ermita de Beolarra.
Zona de cereal y al fondo una de las cuevas artificiales
Vistas desde otra de las cuevas artificiales
Regresando por la pista que baja desde el monte Espinal
Llegando a Markinez
Regresamos al Condado de Treviño para hacer la última visita del día en Laño, un pueblo también famoso por las numerosas cuevas artificiales que hay próximas a él. Están divididas en dos sectores: las Gobas, con un total de 13 grutas y Santorkaria, con 18.
Estas cuevas fueron excavadas por el hombre sobre el S.IV como eremitorios aunque en los siglos posteriores fueron remodeladas para albergar viviendas de una aldea campesina. Las más grandes se usaban como iglesias y las más altas a las que no se puede acceder sin escaleras, como almacenes.
En el S. IX dejó de vivir gente aquí y se empezaron a usar como necrópolis.
Las dos zonas de las Gobas y Santorkaria están justo enfrente la una de la otra así que dejamos el coche en la carretera que se dirige al pueblo y que divide ambos sectores y nos dimos unos sencillos paseos para llegar a ambos lugares. Hay abundantes carteles indicadores que las señalan.
Interior de una de las cuevas más grandes en el sector de las Gobas
Las Gobas
Cuevas de Santorkaria