Tras dos intentos anteriores fallidos por fin hemos podido visitar un país al que le tenía muchas ganas. En 2010 la nube de ceniza de aquel volcán islandés de nombre impronunciable nos impidió volar cuando ya estábamos subiendo la avión y en 2012 fue el pie de Edith el que falló.
El viaje consitió básicamente en volar hasta Oslo, coger un coche para recorrer toda la zona de los fiordos a lo largo de unos 2000km, visitar ciudades imprescindibles como Bergen y Stavanger y regresar desde Oslo a Madrid otra vez en avión.
Teniendo en cuenta que Noruega es el páis más caro del mundo el viaje nos ha salido tirado, todavía tenemos que terminar de calcularlo pero más o menos han sido poco más de 800 euros. En una próxima entrada del blog pondré algunos consejos para ahorrar y disfrutar al máximo de este país.
En cuanto a la meteorología simplemente comentar que en Noruega puedes pasar por las cuatro estaciones del año en un mismo día, nosotros hubo días que pasamos de estar en camiseta a llevar el abrigo de invierno.
Miércoles, día5
Aterrizamos en el aeropuerto de Moss-Rygee. Allí tomamos el Rygexpressen, el autobús que nos llevará al centro de Oslo. Aquí nos alojamos en el Sentrum Hostel, el único alojamiento que llevábamos reservado desde Logroño, el resto de días hemos estado improvisando en cabañas de campings. El alojamiento en Oslo salió perfecto, el hostel está muy bien situado, no es demasiado caro y tiene el típico ambiente mochilero de este tipo de lugares que a mí me encanta.
Aprovechamos la tarde para recorrer dos puntos emblemáticos de la ciudad: la Karl Johans Gate, la calle más turísitica de Oslo y el Parque Vigeland. Este parque está un poco alejado del centro pero es imprescindible visitarlo, es un parque bastante grande (32 hectareas) y se encuentra plagado de esculturas de Gustav Vigeland. La escultura más famosa es el llamado monolito.
Al volver hacia el hostel aprovechamos para pillar la cena en un Kiwi, una cadena de supermercados noruega muy barata y donde hicimos la mayor parte de las compras de comida.
Jueves, día 6
Este día nos tocaba recoger el Volkswagen Polo que habíamos alquilado en AVIS para recorrer el interior del país. Sabiendo que la velocidad máxima de conducción en Noruega es de 80Km/h los viajes son lentos pero no se hacen para nada pesados debido a la belleza de los paisajes que uno va recorriendo.
Este primer día con vehículo y ya con las ganas de conocer el máximo de lugares del país llegamos desde Oslo hasta Innvik. En el camino hicimos varias paradas, la primera en un lugar llamado Veikaker, una bonita iglesia junto a un cementerio y situada junto a un precioso lago.
Mientras nos delietábamos con el panorama que teníamos ante nuestros ojos casi sin darnos cuenta llegamos hasta una de las visitas obligadas del viaje: la Stavkirke de Borgund. Para el que no lo sepa, las stavkirkes son iglesias de madera de origen medieval y procedentes del norte de Europa. La de Borgund seguramente sea la más bonita de las 28 que se mantienen en pie en Noruega.
Tras la visita tomamos el primer ferry del viaje para cruzar el Sognefjord o "fiordo de los sueños". En Noruega es muy habitual tener que usar este medio de transporte para cruzar con el coche los numeros fiordos que existen en el país.
Tras el ferry hicimos una parada en Kaupanger, un pequeño pueblo situado muy cerquita de Sogndal. Visitamos su stavkirke y el pequeño puerto a orillas del fiordo de los sueños.
Seguimos el camino hacia el norte por la carretera RV5 e hicimos otra parada a orillas de un hermoso lago.
Un rato después nos topamos de morros con un glaciar junto a la carretera, se trataba del Boyabreen, uno de los glaciares poco conocidos de Noruega pero que nos gustó mucho, creo que sobretodo porque no esperábamos encontrarnoslo. Como no, aparcamos el coche y fuimos andando hasta la misma lengua.
Como ya se nos estaba haciendo tarde decidimos no seguir avanzando y buscamos alojamiento en el camping Viking de Invvik, a orillas del fiordo Nordfjord. Alquilamos una cabaña muy pequeñita, para tres personas. Al igual que el resto de cabañas que alquilamos durante el viaje nos salió muy barato, sin duda el alquiler de cabañas es la mejor opción de alojamiento en Noruega.
De esta noche lo que más me sorprendió es que nos metimos a dormir cerca de la 1,30h AM pero todavía no se había hecho de noche del todo. A la mañana siguiente desde primera hora de la madrugada ya entraba bastante luz por la ventana, la verdad es que si soy sincero apenas vi una noche cerrada en todos los días que estuvimos en el viaje.
Viernes, día 7
Este día avanzamos menos kilómetros pero realizamos dos de las actividades más importantes del viaje: visitar el Glaciar de Briksdal y tomar el ferry que cruza el fiordo de Geiranger.
Briksdalbreen junto al Nigardsbreen son los brazos más famosos del glaciar Jostedal, el más grande de la Europa continental. Nosotros teníamos dudas pero finalmente decidimos visitar el primero de ellos.
Al glaciar se llega mediante una agradable y suave caminata de unos 3,5Km desde el parking de pago. Antes de llegar al glaciar se pasa junto a una bonita cascada. A mí el galciar me defraudó un poco debido al grave retorceso que ha tenido en los últimos años, luego para que algún iluminado diga que no hay cambio climático.
Tras la visita nos fuimos hasta Stryn a comer y a hacer la compra para la noche. Después seguimos nuestro viaje hasta Hellesylt desde donde se toma el ferry turístico que cruza el fiordo Geiragerfjord para llegar hasta Geiranger. Este fiordo y el Sognefjord son los dos más famosos de todo el país.
Tuvimos un día bastante malo, lluvioso y frío así que no pudimos disfrutar demasiado del minicrucero.
No nos destuvimos en Geiranger pero lo que sí que hicomos fue subir con el coche a los dos miradores desde donde hay unas de las vistas más famosas de Noruega: los miradores de Ornesvingen y de Flydalsjuvet.
Al salir de Geiranger me di cuenta de la poca gasolina que tenía y estuvimos sufriendo hasta que por fin encontramos una gasolinera ya muy cerquita de Lom, el sitio que teníamos pensado para pernoctar. Prácticamente llegamos sin combustible a la gasolinera, de hecho en el marcador de autonomía del coche ya ponía 0 Km.
Sábado, día 8
La primera parada del día la hicimos en Lom para ver su stavkirke y dar una vuelta por el pueblo; curioso el ver todas sus casitas de madera y de color oscuro.
Tras ver Lom tomamos la carretera turística 55, una de las más famosas de Noruega por los bellos paisajes montañosos por la que transcurre. La carretera se pasa gran parte del año cerrada, se suele abrir a partir de Mayo. Uno de los alicientes que tiene es que pasa junto al Parque Nacional de Jotunheimen; en este macizo montañoso está el pico Galdhopiggen, que con sus 2469 metros el más alto del país.
Nos sorprendió la cantidad de nieve que encontramos a ambos lados de la carretera; también el gran numero de esquiadores que vimos practicando esquí de travesía.
Cuando acabamos la carretera 55 decidimos desviarnos antes de llegar a Luster para hacer un par de visitas: la cascada de Feigumfossen, la segunda más alta del país y la stavkirke de Urnes.
Para llegar a la cascada tuvimos que dar un corto pero empinado paseo, aproximadamente nos costó unos 40 minutos subir y una media hora bajar.
La stavkirke de Urnes junto a la de Borgund son las más famosas del país, de hecho esta está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Desde Urnes hasta Laerdal tuvimos que tomar otro par de ferry. En Laerdal paramos a dar un paseillo, especialmente interesante aquí es el Gamle Laerdal, el casco viejo del pueblo.
Después de Laerdal tomamos el tunel que lleva hasta Aurland, este tunel de 24,5Km está considerado el tunel de carretera más largo del mundo.
En Aurland retrocedimos unos kilómetros por la carretera turística Aurlandsvegen para tomar altura y así tener vistas sobre el Sognefjord, más concretamente sobre su brazo Aurlandsfjorden. Uno de los dos miradores en los que estuvimos es el de Stegastein, uno de los más famosos del país.
Pasamos de largo del tren de Flam, una de las atracciones más famosas de Noruega y que creímos que estaría infestada de turistas. Después llegamos a Gudvangen donde decidimos no continuar más y buscar un camping para descansar y dormir. Antes de cenar nos dimos una vuelta por el bonito valle encajonado entre montañas y que rodean a esta pequeña localidad.
Domingo, día 9
El Domingo tomamos dirección Bergen. La primera parada del día la hicimos un poco antes de llegar a Voss para ver la cascada de Tvindefossen. La cascada se encuentra muy fácilmente ya que se ve desde la misma carretera, está junto al camping Tvinde, en la carretera 13 dirección Voss.
La cascada la vimos rápido así que aprovechamos para hacer una ruta de senderismo que sale desde la granja Afdal, muy cerquita de la cascada. La ruta nos llevaría hasta una zona ganadera llamada Peststolen. Según ponía en el folleto la ruta eran 4 Km ida y vuelta pero a mí me parece que fueron alguno más. En el transcurso de la ruta nos encontramos con unas cuantas cascadas más bastante bonitas.
En Voss paramos a comer y tras un descansito nos hicimos otro recorrido senderista que nos llevaría desde el centro del pueblo hasta la garganta Bolstadgjelet, situada en las afueras de Voss. El pueblo nos gustó poco pero tanto la garganta como el parque Prestegardsmoen nos parecieron bastante interesantes. El recorrido fueron unos 7 u 8 Km.
Para ir a Bergen no fuimos por la E-16, la carretera habitual; lo que hicimos fue tomar la carretera 7 la cual da más vuelta y es peor carretera pero cuenta con el aliciente de pasar junto a la cascada Steindalsfossen una de las más curiosas que vimos ya que esta te permite andar por detrás desde donde cae el agua.
Yo esta noche llegué al camping de Bergen bastante cansado de conducir, los días van pasando factura. En este camping pasaríamos dos noches ya que en Bergen pasamos el día sigueinte entero antes de marchar para Stavanger.
Lunes, día 10
Si tuviera que elegir un sitio que me defraudó de Noruega creo que diría Bergen. A excepción del puerto, más conocido como Bryggen, lo demás no me gustó demasiado.
Como sabíamos que aparcar en el centro de Bergen iba a ser misión imposible dejamos el coche un poco apartado, en un barrio antes de entrar en la zona turística.
Los lugares que vimos de Bergen fueron la Johanes Kirke, el Ayuntamiento, la Catedral (Domkirken), Bryggen y la torre Rosenkraztarnet.
Bryggen es el lugar que aparece en todas las fotos de Bergen, son unas antiguas casitas de colores de origen germánico situadas junto al puerto y las cuales son antiguos almacenes de la liga hanseática. Esta zona está declarada como Patromonio de la Humanidad por la Unesco. Cuando lo visitamos nos la encontramos plagada de turistas que desembarcan en Bergen desde los numerosos cruceros que llegan hsta aquí pero aún así tengo que reconocer que perderse por sus callejuelas es todo un placer.
Teníamos intención de comer en el lugar típico de Bergen, en el mercado del pescado, pero el precio nos echó para atrás, al final nos conformamos con un bocata de gambas y salmón compartido para los tres. En los puestecitos encontramos muchos españoles trabajando allí de tenderos. Este día terminamos comiendo en un burger king.
Por la tarde tomamos el Floibanen, el funicular que sube hasta el monte Floyen. Una vez arriba hicimos una de las numerosas rutas de senderismo que hay por esta zona. Aunque queríamos haber llegado hasta el monte Ulriken nos conformamos con la ruta número 9 del follero que nos dieron en la oficina de turismo. Unos 10Km de distancia que transcurrieron al principio por zona de bosque de pino y luego por una zona que encontramos bastante árida para lo verde que es el país en general.
De la ruta bajamos directamente hasta el coche para hacer la compra de la cena en el Rema-1000, otra de las cadenas de supermercados baratas de Noruega.
Martes, día 11
La mañana nos la pasamos en el coche viajando desde Bergen hasta Stavanger. Son tan solo 209Km pero que gracias a los dos ferrys que hay que coger y al absurdo límite de 80Km/h se convirtieron en casi 5 horas de largo viaje.
Antes de entrar en Stavanger hicimos una breve parada en el faro de Tungenes. Una vez llegamos a la ciudad nos volvimos locos para intentar aparcar sin pagar así que finalmente nos metimos en un parking de pago cercano al centro.
Stavanger nos gustó bastante más que Bergen. Visitamos el lago Breiavatnet, situado en pleno centro de la ciudad; la Catedral, la cual fue la priemra y la última que pillamos abierta en todo el viaje, la torre Valberget, la zona del puerto y el Museo del Petroleo, aunque no entramos dentro.
Por la tarde nos desplazamos con el coche hasta una zona cercana donde está el Sverd i fjell, unas esculturas de tres espadas vikingas gigantes clavadas en el suelo. La historia cuenta que fue aquí donde Harald Hårfagre unió Noruega en un solo reino en 872. El monumento simboliza paz, unidad y libertad.
El camping que elegimos para esta noche estaba en Sandness una ciudad situada muy cerquita de Stavanger en dirección sur.
Miércoles, día 12
Hoy nos tocaba uno de los puntos fuertes del viaje, la subida al Preikestolen, una roca situada a 600 metros totalmente verticales sobre el fiordo Lysefjorden. Este lugar está considerado por la guía Lonely Planet el mejor mirador del mundo.
Mucha gente acude hasta aquí en transporte público, usando el ferry de Tau y un autobús; pero nosotros decidimos ir directamente con el coche. Tras pagar las 100 coronas del parking empezamos a andar dispuestos a recorrer los 4,5Km que nos separaban del Preikestolen. La ruta la marcan como que cuesta dos horas subir y otras dos bajar, a nosotros nos costó menos, 1h30' subir y poco más de una hora la bajada. La ascensión tiene algún tramo algo empinado sobretodo para gente nos acostumbrada a andar por montaña y la verdad es que en trayecto nos encontramos de todo: gente muy mayor, familias completas, montañeros expertos... El terreno por el que se sube en gran parte del trayecto consta de grandes rocas pero se progresa muy bien ya que muchas de ellas están dispuestas en modo de cómoda escalera. Casi al final del trayecto el camino da la opción de tomar dos caminos para llegar al mirador, nosotros elegimos el hill trail para subir y el cliff trail para bajar.
Una vez en el Preikestolen la verdad es que da miedo asomarse, las vistas son de infarto. Había muchísima gente haciéndose las típicas fotos al borde del precipicio; Edith y Abel también, yo no...
Al día siguiente teníamos que entregar el coche antes de las 10 de la mañana y todavía nos separaban unas 7,30 horas de viaje en coche hasta Oslo así que usamos la tarde en ir acercándonos hacia allí.
La gente suele hacer el trayecto entre Stavanger y Oslo por la carretera del sur que pasa por Krstiansand pero nosotros elegimos ir por la 45, la cual va por Telemark, en el interior del país y la cual a pesar de ser peor carretera es más rápida en cuanto a distancia.
Otra anecdota del viaje la tuvimos esa noche ya que empezamos a buscar alojamiento ya cerca de Oslo y no conseguimos encontrar nada, apenas vimos campings, los moteles de carretera estaban ya cerrados y los hoteles aunque estaban abiertos, uan de dos, o estaban llenos o eran carísimos. Total, que hartos de dar vueltas acabamos por dejar el coche en un parking de uno de los hoteles y dormir dentro de él tal como pudimos...
Jueves, día 13
Entregamos el coche en la oficina por lo pelos antes de las 10 AM, si llegamos a pasarnos nos hubieran cobrado 300 coronas más.
El día lo teníamos entero para ver Oslo. Lo primero que hicimos fue sacarnos la Oslo Pass, una tarjeta que por 270 NOK permite visitar todos monumentos de la ciudad por un espacio de 24 horas.
Ya con al Oslo Pass en nuestro poder cruzamos a la isla de Bygdoy, allí es donde están 5 de los museos más famosos de la ciudad. Nosotros entramos a cuatro de ellos: el museo folklórico, el museo de barcos vikingos, el museo Fram y el museo Kon Tiki. El primero de ellos es un museo que presenta edificios típicos de cada una de las regiones de Noruega. Los otros tres están relacionados con el mundo del mar: el vikingo tiene 3 grandes barcos vikingos y poco más. El Fram es un monográfico sobre el barco que usó Roald Amudsen para llegar al Polo Sur. El Kon Tiki alberga un par de barcos de vela usados en travesías por los oceanos. Yo personalmente recomiendo las visitas al folclórico y al de barcos vikingos.
Ya por la tarde notamos que el pasar la noche anterior en el coche nos estaba empezando a afectar así que decidimos recogernos rápido. Aún así, antes de cenar Edith y yo dimos un paseíllo por la zona de la Opera, un edificio ultramoderno.
Viernes, día 14
Este ha sido nuestro último día del viaje, el autobús que nos llevaría al aeropuerto salía a las 12,35h así que nos nos dió tiempo a demasiado. Queríamos haber ido a ver el trampolín de saltos de esquí situado en Holmenkollen pero estaba demasiado lejos así que nos conformamos con dar una vuelta por la Fortaleza de Akerhus. Nos gustó especialmente el Museo de la Resistencia, este museo trata sobre la invasión nazi de Noruega en la II Guerra Mundial. El interior de la fortaleza nos lo encontramos cerrado.