Son dos de los valles pirenaicos más visitados de toda la cordillera.Partimos el jueves después de comer y no llegamos a Sabiñánigo hasta la hora de cenar. Al pasar por el pantano de Yesa nos llamó mucho la atención un pueblo abandonado que hay en un pequeño cerro, junto al embalse, así que paramos el coche y subimos a explorarlo. El pueblo se llama Tiermas y aunque la maleza se ha adueñado de él y se encuentra completamente abandonado, sí que quedan casas semiderruídas y una iglesia bastante tenebrosa. Pasamos un buen rato explorando cada rincón del pueblo.
Tiermas (I) | Tiermas (II) |
Tiermas (III) |
En Sabiñánigo teníamos contratada la pensión para las tres noches.
Aunque habían dado malo para todo el fin de semana el viernes nos sorprendió con un amanecer muy luminoso y un sol bien grande.
Decidimos usar el viernes para visitar todo lo que pudiéramos del valle del Tena.
Empezamos parando un poco más adelante de Biescas para ver el menhir y la Ermita de Santa Elena. Apenas se puede ascender nada con el coche. La mayor parte del camino (un kilómetro aproximadamente) hay que hacerlo a pata. Un poco antes de llegar a la ermita hay un fuerte abandonado. Aunque la ermita está cerrada, el lugar donde se encuentra es precioso y si se bajan unos escalones que hay a un lado, se llega a una pequeña cascada, también muy bonita.
Ermita de Santa elena | Pequeña cascada |
Nuestra siguiente parada fue en Piedrafita de Jaca, primero nos dedicamos a ver el bonito pueblo. Sus casas de piedra con tejados de pizarra son magníficas. Nos sorprendió mucho la falta absoluta de suciedad. Se nota que este pueblo en particular y en general todos los del valle del Tena, están muy cuidados.
Tras ver el pueblo hicimos la ruta del Ibón de Piedrafita. El camino empieza justo en la entrada del parque faunístico de Lacuniacha. Este parque es muy visitado pero nosotros no entramos, Edith está en contra de ver animales en clandestinidad.
Son unos 45 minutos de ida por un terreno bastante cómodo y que merecen mucho la pena porque la visión del ibón a los pies del peña Telera es impresionante, una foto única.
De vuelta al coche, volvimos hacia atrás para rodear el embalse de Búbal y para ver otro pueblo: la Hoz de Jaca, un pueblo también muy bonito y que muy próximo tiene un estupendo mirador al embalse.
Nuestro siguiente destino: Panticosa. No paramos en el pueblo, fuimos directamente a la estación de esquí con la intención de coger un remonte que únicamente funciona en periodo estival y que por 14€ te sube hasta casi 2000 metros de altura.
Ya desde arriba las rutas se hacen mucho menos duras. De todas las posibilidades que hay, nosotros hicimos una de ellas: la del Ibón de Sabocos. Son unos 50 minutos de ida y algo menos de vuelta.
Comparándolo con el ibón de Piedrafita a mi me gustó más el de Sabocos aunque prefiero el entorno del de Piedrafita.
Tras estar allí tirados un buen rato tuvimos que volver a toda oxtia al remonte porque a partir de las 17,15h deja de funcionar y en caso de llegar más tarde tendríamos que bajar hasta Panticosa a pata.
Telecabinas | Ibón de Sabocos |
Luego nos dirigimos hasta el famoso Balneario de Panticosa. Entramos a la zona de aguas termales a preguntar por precios y salimos escandalizados, un par de horas de circuito relajante salía por unos 70€. Lo que sí que hicimos fue darnos una vuelta por todo el complejo del balneario: pantano, cascada, iglesia, hotel, cafeterías... se trata de un lugar muy especial.
Balenario de Panticosa (I) | Balenario de Panticosa (II) |
Ya a última hora nos dirigimos al último pueblo del valle del Tena: Sallent de Gállego, situado unos kilómetros antes del Portalet, el puerto que ya comunica España con Francia.
Sallent, al igual que todos los pueblos del valle, es otro lugar precioso. Después de darnos una tranquila vuelta por sus calles, nos dió tiempo a llegar hasta una cascada próxima llamado el salto y de la que toma el nombre el pueblo.
Sallent de Gállego a los pies de Peña Foratata
El sábado lo dedicamos a ver un montón de museos por los alrededores de Sabiñánigo:
-El museo de dibujo de Larrés
-El centro de interpretación de los glaciares de Senegüe
-EL Pirenarium de Sabiñanigo
-El museo Angel Oresanz y del Serrablo de Sabiñanigo
También aprovechamos una parte de esa mañana para ver un conjunto de iglesias mozárabes de la zona del Serrablo. No vimos todas las que hay, que son 12 o 13, sólo las de Orós Bajo, Oliván y Lárrede.
Por la tarde regresmos temprano a la pensión y cenamos con comida que habíamos comprado previamente en un supermercado.
El Domingo, nuestro último día, lo dedicamos a ver el valle del Aragón.
Nuestra primera parada la hicimos en Canfranc pueblo, se le llama así para no confundirlo con Canfranc estación, que está un poco más adelante. Entre ambos está la Torre de los Fusileros. Canfranc estación se llama así por la estación internacional de Canfranc, una enorme estación de ferrocarril de estilo modernista enclava en pleno Pirineo. Fué una estación muy importante que movió trenes desde España hasta Francia a través del túnel de Somport. Se inaguró en el año 1928 y estuvo funcionando hasta 1970 cuando un tren francés descarriló en un puente. Desde entoncés ha estado parada y hasta hace poco ha estado abandonada presentando un estado bastante lamentable. Actualmente está en pleno proceso de obras para ser reformada. Sin duda, este lugar es especial, en ella se han grabado varios anuncios de televisión o escenas de "Doctor Zhivago", lástima que la pilláramos en medio de las obras de reconstrucción.
Estación internacional en plena rehabilitación | Pintadas en trenes abandonados |
Torre de los fusileros |
Más adelante visitamos las estaciones de esquí de Astún y de Formigal. También paramos en el famoso puerto de Somport, otro de los pasos que unen España con Francia.
Al volver hacia Jaca paramos en Villanua para ver la Cueva de las Guixas.
A mi el valle del Aragón me decepcionó un poco, si tengo que elegir me quedo con el valle del Tena.
A la hora de comer llegamos a Jaca, allí comimos y nos dimos una vuelta por el entorno de la ciudadela, la catedral y el casco histórico.