Es un viaje que corría el riesgo de haber resultado aburrido ya que he ido solo, pero para nada, he estado muy agusto, aunque quizás más días ya hubieran sido excesivos. Con la furgoneta me he apañado muy bien, alternando las pernoctaciones entre campings y lugares libres.Sábado, día 15
Salí por la tarde y llegué a dormir en Vic, tal como tenía previsto. Lo que me costó fue encontrar un buen sitio para pernoctar con la furgo; buscando un buen lugar pasé por el bosqué encantando de Gurb, cerca de Vic. finalmente decidí hacerlo en las afueras de Vic, en una especie de polígono industrial.
Bosque encantado de Gurb
Domingo, día 16
Tuve un amanecer bastante curioso ya que me despertó el soplete de un globo que estaba despegando en una esplanada a 20 metros de la furgoneta...
Tras asearme y prepararme me acerqué hasta Vic par ver el pueblo. Estuve deambulando por el casco viejo donde pude ver la Catedral (la cual también visité por dentro previa pago de la entrada, en la cripta había misa así que solo pude ver el claustro y el retablo), el templo Romano, reformado recientemente y la Plaza Mayor. Esta última es gigante, una plaza inmensa completamente aporticada y donde este día se celebraba un Triathlon; esto hizo que hubiera mucho ambiente por la plaza.
Plaza Mayor de Vic
Catedral de Vic
Desde Vic me dirigí hacia el norte para entrar en la comarca del Ripollés, pasé la capital, Ripoll y me desvié para subir con el coche hasta el Santuario de Montgrony. Lo mejor del santuario, conocido por numerosas leyendas, es su emplazamiento, en la cara sur de la Sierra de Montgrony. Solo recomiendo visitarlo si nos sobra tiempo, sino se convierte es una visita prescindible.
Escaleras que suben al santuario de Montgrony
En el regreso al valle del Fresser paré a comer en Ribes de Fresser. Por lo visto el pueblo estaba en fiestas ya que había desfile de gigantes, algo muy típico en esta zona de Cataluña. El pueblo se ve rápido pero merece la pena, recorrí sus calles hasta llegar al viejo castillo en ruinas del que apenas queda nada. La mayor parte de la gente que llega aquí lo hace parta tomar el tren cremallera que sube al Vall de Nuria.
Gigantes
Iglesia en Ribes de Fresser
Ya por la tarde hice la ruta de montaña que me tocaba hoy: subir al pico Taga desde Pardines. -Ver en Senderioja- Este monte es un excelente mirador de los picos más altos del Pirineo y me permitiría empezar a calentar las piernas para los sucesivos días.
Cima del pico Taga
Lunes, día 17
Hoy tocaba una de las rutas más exigentes del viaje: subir al Puigmal desde Fontalba. -Ver ruta en Senderioja- El Puigmal es el techo de Gerona y una de las montañas más visitadas de todo Cataluña. Para llegar al parking de la Fontalba hay que tomar en Queralbs una larga pista de 12Km.
Cima del Puigmal
Tras la paliza lo primero que hice fue comer aprovechando la cocina que llevo en la furgo. La tarde había pensado dedicarla básicamente a descansar así que cambié de valle y me dirigí hacia el valle del río Ter donde llegué hasta el camping Conca de Ter.
En el camino me llamaron la atención las numerosas colonias por las que pasé, estas colonias son núcleos de población que surgieron a raíz de la necesidad de mano de obra de las cercanas fábricas textiles que abundaron tanto en el Siglo XX en las cuencas del río Fresser y del Ter.
Colonia Estebanell
Una vez descansado y aseado me acerqué desde el camping a Setcases para cenar pero no encontré ningún sitio donde me sirvieran así que tras dar una vuelta rápida por el pueblo apañé la cena en el camping. Parece que este valle tiene más vida en invierno que es cuando funcionan las pistas de esquí de Vallter 2000.
Setcases
Martes, día 18
Hoy me tocaba subir a otro gran pico de la zona: el Bastiments. La cercanía de las pistas de esquí de Vallter 2000 aligera mucho el esfuerzo pero no quita que sea un pico de casi 3000 metros de altura. -Ver ruta en Senderioja-
Cima del Bastiments
Acabé la ruta más rápido de lo esperado así que me dio tiempo a hacer compra en el Mercadona de Camprodon antes de comer. Esto lo hice en un lugar inmejorable, el Coll de Ares, uno de los puertos que unen España con Francia.
Col de Ares, a punto de entrar en Francia
En el anterior viaje que hice al Rosellón (la parte de Cataluña que se quedó Francia tras el tratado de los Pirineos) dejamos sin ver el Vallespir, uno de los valles de esta comarca de Pirineos Orientales así que en este viaje he aprovechado para visitarlo.
Tras bajar el largo puerto del Coll de Ares entré en Francia y paré en Prats de Mollo, este pueblo amurallado me pareció muy bonito, con unas calles construidas con mucho gusto. Lo más famoso del pueblo es el Fort Legarde, un fuerte situado en la montaña al que se puede acceder mediante un túnel subterráneo. Me recordó muchísimo al Fort Liberia, otro fuerte que vimos en el anterior viaje y que está situado en Villafranca del Conflent. Yo subí al fuerte por el camino subterráneo y luego por cambiar bajé por terreno abierto. Hay que pagar entrada para acceder al recinto pero merece la pena, la época en que yo estuve había una exposición con fotos sobre Dalí.
Prats de Mollo
Prats de Mollo visto desde el Fort Legarde
Esta noche pernocté en un furgoperfecto que encontré en la zona y que me pillaba perfecto, es el situado en las afueras de Arles de Tec. La verdad es que aunque no tenía razones, me sentí algo inseguro en este sitio, aún así ningún problema, estuve muy tranquilo, la única pega los mosquitos que me acribillaron las piernas por la tarde mientras descansaba.
Miércoles, día 19
Lo que más ganas tenía de ver en esta zona de Francia eran las Gorges de La Fou, las que se supone que son las gargantas más estrechas del mundo. El caso es que no se podían visitar hasta las 9,30h así que antes me dio tiempo a hacer un par de visitas por la zona.
Primero estuve visitando el pueblo de Ameli-Les-Bains el cual no recomiendo demasiado a no ser que quiera uno entrar a un balneario, el pueblo está lleno de ellos.
Amelie-Les-Bains
De camino a las gargantas paré a visitar un lugar que me habían recomendado: la Abadía de Sainte Marie en Arles de Tec; se trata de una antigua abadía benedictina en la que destacan el claustro y también una tumba del periodo paleocristiano.
Claustro de la Abadía de Sainte Marie en Arles de Tec
Finalmente me tocó visitar las Gorges de la Fou, la entrada es cara, 10€, pero merece mucho la pena, son 1,5Km de recorrido lineal a lo largo de la estrechísima garganta en la que se avanza gracias a una pasarela metálica colocada justo por encima del río. A pesar de que te dejan un casco para la visita también hay una red protectora por la parte superior.
Gorges de la Fou (I)
Gorges de la Fou (II)
Con esta visita di por acabada mi visita al Vallespir; regresé por la misma carretera por la que había entrado y me trasladé hasta la zona de la Cerdaña, mi idea era subir al Puigpedrós pero entre que el tiempo no estaba muy allá y que la zona me pillaba un poco a desmano cambié los planes sobra la marcha y me conformé con quedarme las inmediaciones de las pistas de esquí de la Molina. Mi idea era subir al Coll de Pal para hacer la ruta a la Tossa de Alp pero desde el norte no hay carretera, hay que entrar desde el sur sí o sí así que volví a cambiar de planes y lo dejé para el día siguiente. Gracias a esto conocí la carretera que une las pistas de esquí con el pueblo de Castellar N'Hug, me encantó esta zona, tanto que acabé parando en el coll de la Creueta para subir hasta la modesta cima del pico de la Creueta, una sencilla ruta improvisada de apenas 2Km de distancia. Me pareció una zona muy poco conocida y transitada pero con mucho encanto, quizás debido precisamente a su aislamiento, al menos en verano, me imagino que invierno será otra cosa.
Pistas de la Molina
Vistas desde el pico de La Creueta
Siguiendo le puerto por el otro lado acabé llegando a la zona de Castellar N'Hug. Había decidido hacer noche en esta zona así que todavía tenía tiempo para hacer alguna visita. Tenía ganas de visitar la fábrica de cemento Ausland, actualmente reconvertida en un museo sobre el cemento, pero en estas fechas por las tardes cierra, aún así gracias a mi experiencia en colarme en este tipo de sitios abandonados no tuve mucho problema para acceder y echar unas cuantas fotografías del lugar.
Antigua fábrica de cemento Ausland (I)
Antigua fábrica de cemento Ausland (II)
Antigua fábrica de cemento Ausland (III)
También estuve viendo las Fonts del Llobregat, el lugar donde nace el río Llobregat, se puede llegar desde el propio pueblo de Castellar mediante un sencillo paseo o más rápidamente por el acceso directo por carretera tal como yo lo hice.
Lugar donde nace el río Llobregat
Tras cenar en plan pinic en la zona de las fonts del Llobregat y ya a punto de anochecer aparqué en el parking inferior de Castellar N'Hug, justo el que se usa para la visita la nacimiento del Llobregat. Antes de dormir me dio tiempo a dar una pequeña vuelta por este agradable y serrano pueblo.
Vistas de Castellar N'Hug desde el parking donde pernocté
Plaza de Castellar N'Hug
Jueves, día 20
Ayer "descansamos" así que hoy volvía a tocar ruta de montaña. Me trasladé al Coll de Pal, un bonito puerto de montaña desde donde subí a la Tossa de Alp y también al Puigllansada. -Ver ruta en Senderioja-
Cima de la Tossa de Alp
Coll de Pal
Tras la ruta regresé sobre mis pasos para parar a comer en La Pobla de Lillet, este pueblo es famoso por Can Artigas, los jardines que diseñó Gaudí para la familia Artigas en agradecimiento a la estancia que pasó en su casa cuando le tocó diseñar el edifico para ingenieros que trabajaron en la fábrica de cemento Ausland, propiedad de Eusebio Guell, un empresario muy ligado desde siempre al genial arquitecto.
Los jardines Artigas son pequeñitos y recogidos pero como todas las obras de Gaudí no defrauda, está compuesto por unos cuantos rincones preciosos. Al contrario que los jardines Guell esto son de tipo húmedo.
La Pobla de Lillet
Jardines Artigas
En el resto de tarde me dediqué a hacer bastantes kilómetros con el coche por bonitas carreteras de montaña con el objetivo de conocer mejor el Parque Natural del Cadí Moixeró, sobretodo la zona del Pedraforca, una de las montañas del emblemáticas en Cataluña. Esta montaña está fuera de mi alcance pero al menos sí que pude maravillarme viéndola desde cerca.
Paré en dos pueblos situados a los pies del Pedraforca: Saldes y Gosol, desde el primero es desde donde mejores fotos se consiguen ya que se ve perfectamente la doble cima. En Gosol las vistas son peores pero allí aproveché para darme un paseo hasta el viejo castillo en ruinas. Yo no tenia suficiente tiempo pero la gente lo que suele hacer es subir al Mirador de Gresolet, al cual se accede por una carretera desde la zona de Saldes.
Pedraforca visto desde el lado de Saldes
Pedraforca visto desde el lado de Gosol
Luego seguí haciendo kilómetros por carreteras de montaña hacia el sur para atravesar la zona del Port del Comte, lugar donde me pilló una tormenta pero ya muy cerquita de mi destino: el camping de San Lorenzo de Morunys.
Viernes, día 21
La mañana me sorprendió con otra terrible tormenta, el cielo estaba muy oscuro pero aún no me amilané y probé suerte en la zona de Canalda, donde quería hacer una corta ruta de senderismo a unas cuevas situadas en una pared cercana al pueblo. Allí es donde más llovía así que mala suerte, según llegué me di la vuelta y cambie de zona: me fui hacia la comarca del Solsonés.
Antes de parar en Solsona me acerqué a un pueblecito cercano llamado Olius: allí hay dos lugares con interés turístico: la Iglesia de Sant Esteve en la cual destaca su bonita cripta y el cementerio modernista. Se trata de un pequeño cementerio diseñado por Bernardí Martorell i Puig, discípulo de Gaudí o Martorell en el que se han integrado las tumbas y panteones en las propias rocas de la zona. La verdad es que es un lugar muy curioso y que debería ser tratado como pequeña joya.
Iglesia de Sant Esteve
Cementerio modernista (I)
Cementerio modernista (II)
Tras la curiosa visita me dirigí a Solsona. Cuando llegué paró de llover y ya pude hacer la visita sin ningún problema. Lo primero fue dirigirme a la oficina de turismo donde me dieron un pequeño mapa y me informaron de que ver en el pueblo y también en los alrededores. Estuve viendo a conciencia las callejuelas, plazas y edificios de este bonito pueblo del interior de Lérida.
Hotel Sant Roc, edificio modernista en Solsona
La visita la acabé antes de lo previsto así que todavía me sobraba tiempo, el caso es que los lugares que me recomendaron ver por los alrededores no me convencía ninguno así que me fui acercando hacia Logroño.
Lo que sí que hice fue parar a comer en Balaguer, otro pueblo ya muy cercano a Lérida capital. Ante de comer aproveché para conocer este pueblo bañado por las aguas del Segre. No es un pueblo turístico pero me quedo en el recuerdo sobretodo con la parte de las escaleras de la zona de la muralla, bastante curiosas. También destaca la plaza del mercadal aporticada por los 4 costados, allí fue donde comí, en un modesto restaurante.
Rio Segre a su paso por Balaguer
Murallas e Iglesia de Santa María