No está claro cuando se construyó la ermita pero parece ser que sea de origen prerrománico, en 1953 fue reconstruída. De un especial valor son los frescos que tiene la ermita en su interior, eso sí, para verlos hay que acceder con la llave que se pide en la casa que hay junto a la carretera donde dejaremos el coche. A nosotros también nos cedieron muy amablemente una linterna para que pudiéramos apreciar los frescos ya que dentro de la ermita apenas entra luz.
Ermita de San Esteban
Casi enfrente de donde empieza el sendero para subir a la ermita está el puente medieval que cruza el río Iregua. También nos acercamos a echarle un vistazo rápido.
Puente medieval sobre el río Iregua
Lo último que hemos visitado han sido unas torres fuertes del S.XII-XIII y XVI. Están están más escondidas y para llegar a ellas hay que andar un poco más. El lugar no está señalizado y ha sido muy cubierto por la vegetación.
Interior de las torres fuertes