domingo, 10 de marzo de 2024

Regreso a las Cinco Villas

Isa lleva el embarazo ya muy avanzado, apenas faltan dos meses, así que ya no puede vivir grandes aventuras en las escapadas que hacemos. Por ello esta vez hemos decido hacer un viajecito express a una zona cómoda y que yo ya conocía de un anterior viaje: las Cinco Villas. Esta es una comarca de la provincia de Zaragoza a la que dan nombres los pueblos de Tauste, Ejea de los Caballeros, Sádaba, Uncastillo y Sos del Rey Católico; los tres últimos son los que visitamos en el viaje anterior, es este solo visitaremos Ejea, que es la localidad que hace de capital de la comarca; y además añadiremos alguna que otra visita por la zona.

Recomiendo mucho hacer este viaje en furgoneta camper ya que es un placer conducir por las tranquilas y sinuosas carreteras de las Cinco Villas.

El tiempo lo daban bastante malo en toda España, aquí no ha sido tan desastroso pero también nos ha llovido bastante.

Sábado, día 9
Antes de entrar en las Cinco Villas hicimos un parada en Navarra, ya muy cerquita de Aragón, concretamente en un lugar llamado Bocal de Fontellas, este es el punto exacto donde de las aguas del Ebro nace el Canal imperial de Aragón. Este fue mandado construir por el Rey Carlos V hace unos 600 años y desde entonces lleva funcionando perfectamente.

A pesar de no ser nada conocido recomiendo mucho venir aquí; se puede dar un hermoso paseo de un par de horas por un montón de lugares destacados que aún conservan cierto aire de romanticismo de años pasados, sobretodo esto se nota en los jardines, aunque hoy ya están muy descuidados. Algunos de estos interesantes lugares son la Casa del Jardinero (en la entrada al recinto), el Palacio de Carlos V (no visitable), la Iglesia, las cuatro manzanas de viviendas de los obreros que construyeron el canal, el laberinto, el roble monumental, los jardines, y finalmente la casa de compuertas que es donde se capta el agua del Ebro para desviarla al canal. Nos impresionó mucho la fuerza que llevaba el Ebro por aquí, imagino que sobretodo derivado de las fuertes lluvias y nevadas que ha habido en las últimas semanas.

Entrada al bocal

Canal imperial de Aragón

Casa de Compuertas y Km 0

Tras esta enriquecedera visita nos vamos a las Cinco Villas, tras pasar la zona conocida como Bardena Negra que hace de entrada a la comarca, la primera parada la hacemos en Biota, un pueblo donde destacan en la zona más alta el Palacio del Vizconde y la torre del castillo anexa. Ambos estaban cerrados así que enseguida para abajo para echar una cerveza en el bar que hay junto a la Iglesia y a seguir viaje.

Palacio dle Vizconde

Iglesia de San Miguel

Llegamos a Ejea de los Caballeros, el pueblo más grande y que el hace de capital de las Cinco Villas para dar servicio al resto. Como ya tenemos hambre intentamos buscar un sitio para comer cerquita de la estanca "el Gancho"; pero como no damos con el camino para llegar a sus orillas acabamos parando a comer en una enorme parking que hay en las afueras, entre el recinto ferial y el museo Aquagraria. Este último dicen que es el museo más importante de España sobre maquinaria agrícola, pero la verdad es que aunque tenía buena pinta este es un tema que me interesa cero, así que optamos por echarnos la siesta y seguir visitando Ejea más tarde.

Aquagraria

Para pernoctar habíamos decidido dormir en un parking público que hay junto a la plaza de toros así que hacia allí nos fuimos. Desde aquí fuimos andando hasta el centro de Ejea. Lo más destacado del pueblo son sus dos iglesias, ambas con pinta de fortaleza. Tras llegar a la Plaza de España tomamos una calle que nos llevó directa hacia la parte alta del pueblo que es donde está la zona histórica, esta zona a mi me gustó poco y a Isabel aún menos, nso pareció en general muy descuidada. En la parte más alta está la Iglesia de Santa María, lo único relevante de la zona.

Ya de nuevo en la parte baja vimos desde fuera la otra iglesia, la de El Salvador, impresionante su mastodóntica figura, una pena que no se pueda visitar sin visita guiada, algo que nos dijo el amable chico que nos atendió en la oficina de turismo de enfrente. Él también nos recomendó visitar una exposición sobre la Semana Santa en Ejea, pequeñita pero interesante.

Plaza de España

Iglesia de Santa María

Iglesia del Salvador

Ya empezaba a anochecer y a hacer frío así que a última hora decidimos recogernos en una cervecería y ya hacer tiempo hasta que nos diera la hora de meternos en la furgo a cenar y descansar.

Domingo, día 10
Isa pasó mala noche y además nos amaneció lloviendo, la cual ya no paró hasta bien entrado el medio día, pero nos nos desanimamos, seguimos viaje hacia el este, concretamente hacia un curioso lugar llamado Aguarales de Valparmales. Este es un sitio que hasta hace poco solo conocían los vecinos de la zona, pero que Instagram lo ha puesto bastante de moda. Es un paraje donde hay unas curiosas formaciones rocosas formadas por la erosión del agua y del viento. A mi me pareció a pequeña escala y salvando las distancias como una mezcla entre el Bryce Canyon de los USA y la Capadocia Turca. 

Al lugar se llega a través de una pista de unos tres kilómetros que pienso que está en bastante buen estado pero que al haber llovido tanto la encontramos llena de profundos charcos y muy embarrada, la furgo acabó echa unos zorros. 

Una vez allí los aguarales se visitan mediante dos cortos recorridos (sobre un kilómetro cada uno), uno va por arriba y otro por el interior de las formaciones. Ambos merecen mucho la pena, aunque nosotros tuvimos que lidiar con el barro para poder avanzar por ellos.

Aguarales de Valparmales (I)

Aguarales de Valparmales (II)

Seguía sin parar de llover pero nosotros proseguimos ruta, ahora nos toca irnos un poco hacia el norte para cerca del pueblo de Luna visitar el castillo de Obanos. Toda esta zona que estamso recorriendo es conocida por los numerosos castillos que hay, eso sí, la mayor parte de ellos en condiciones muy ruinosas. Del castillo de Obanos apenas queda nada en pie, solo la solitaria torre y un corral anexo. Siguiendo la pista se llega al castillo de Yesera el cual tenía mejor pinta, pero a partir de aquí la asfaltada pista se convertía en tierra y hoy probablemente barro, ya no quería castigar más a la furgo así que nos conformamos con retroceder hasta Luna y visitar el pueblo.

Castillo de Obanos

Así estaba la rueda de la furgo tras su paso por las pistas...

Luna también tiene un castillo en lo alto, pero de este tampoco queda mucho, solo la pequeña torre del reloj se mantiene en pie. Tras visitar la iglesia del pueblo, a la que pudimos acceder gracias a que había misa, y subir a la parte alta, y cuando ya estábamos cogiendo la furgo nos topamos con un joven del pueblo que nos paró para preguntarnos si podíamos enseñarle la furgo porque él se estaba camperizando la suya propia.

Iglesia

Ayuntamiento

Torre del reloj

Nuestra intención para el resto de la mañana hoy era haber ido a dar una vuelta por Tudela y a comer a un restaurante, pero estuvimos casi dos horas hablando con el chaval sobre camperizaciones, muy a gusto eso sí, y decidimos cambiar de planes.

Acabamos por llegar a comer a Tudela, pero muy tarde, a esos de las 15,30h, comimos en un Burger King y decidimos posponer el paseo por Tudela para otra ocasión. Preferimos hacer los servicios de la furgo en el area de AC de Castejón y pegarles unos mangerazos a la furgo para quitarle el barro acumulado del viaje.