sábado, septiembre 24, 2011

Irlanda, 100% verde

He pasado 6 días visitando Irlanda con mi cuadrilla de amigos (Pedro, Zingano, Josemi, Carmelo y yo). En realidad sólo han sido cuatro días enteros, ya que el primero y el último prácticamente los invertimos casi enteros en desplazamientos.

Lunes, día 19
El primer lo invertimos en llegar a Madrid con el coche de Pedro. Allí cogimos un vuelo con Ryanair para ir hasta Dublín. Cuando llegamos a la capital irlandesa ya era de noche. Sólo nos dio tiempo a ir al apartamento que habíamos reservado por Internet y a practicar la actividad favorita de los Irlandeses: beber pintas. Tras regresar de Irlanda sigo pensando que los irlandeses tienen un auténtico problema de alcoholismo. Aprovechando que nuestro apartamento estaba muy cerquita de Temple Bar, el barrio de pubs más famoso de Dublín, nos acercamos por allí para degustar nuestras primeras pintas en Irlanda. A pesar de ser Lunes, encontramos bastantante jaleo por los pubs; enseguida nos enteramos de que se debía a la celebración por la victoria de un partido de rugby gaélico.

 Ronda de pintas

A pesar de que Guiness es la cerveza más famosa en Irlanda y la que casi todo el mundo bebe, yo me he pasado casi todo el viaje bebiendo Smithwick´s, otra cerveza de variedad "Ale" (alta fermentanción) pero no tan fuerte como la Guiness.

Martes,  día 20
El martes lo dedicamos a ver Dublín. Era el único día que íbamos a pasar en la capital así que aprovechamos el día todo lo que pudimos.

Empezamos recorriendo O´Conell Street, la principal arteria de la ciudad. Luego cruzamos el río Liffey, el cual separa Dublín entre norte y sur. Una vez en el otro lado dimos un paseo por el campus de la Trinity College, la Universidad más antigua de Irlanda.


General Post Office en O`Conell Street

Torre del Trinity College

Después nos acercamos a ver St Stephen´s Green, un coqueto parque en pleno centro de la ciudad. De allí recorrimos Grafton Street, la calle comercial por autonomasia de la ciudad. La calle desembocada en la estatua dedicada a Molly Malone.


St Stephen´s Green

Molly Mallone

Tras echar una pinta en un pub típico (Bankers) y renovar fuerzas visitamos tres edificos emblemáticos de la ciudad: el Castillo de Dublín y las dos catedrales que hay en Dublín: la de Cristh Church y la de St Patrick´s, entramos a la segunda de ellas aunque me quedé con ganas de haber entrado también a la de Cristh Church.


St Patrick´s Cathedral

Cristh Church Catedrhal

Tras la visita a St Patrick´s cruzamos el barrio de The Liberties para acabar llegando al monumento más visitado de la ciudad: el Museo de la Cerveza Guiness, situado en la antigua cervecería de St James Gate donde tradicionalmente se han estado produciendo litros y litros de cerveza Guiness. El museo a pesar de ser bastante caro (14€ in situ y 12€ reservando por Internet, cosa que recomiendo ya que además del precio te ahorras la enorme fila que suele haber para entrar) merece mucho la pena. Tras ver el museo te das cuenta de que la cerveza Guiness es un auténtico mito en este país. La entrada al museo además te da derecho a degustar una pinta tirada por ti mismo o por uno de los camareros en el último piso de la fábrica. Allí hay un mirador de cristal de 360º con vistas sobre toda la ciudad.

 Hacia la Guiness Storehouse

Después de la visita fuimos al apartamento a echar la tarde y a descansar para salir por la noche a seguir echando otras cuantas pintas en Temple Bar.

 Pub clásico en Temple Bar

Miércoles, día 21
Este día nos tocaba ir a la oficina de Europcar a coger el coche que habíamos reservado por Internet. Como durante todo el viaje, a mi me tocó hablar con el chico de la oficina (en el país de los ciegos el tuerto es el rey) y a Pedro conducir por la izquierda.

Nuestra primera parada fuera de Dublín fue en Glendalough. Allí están situadas las ruinas de un antiguo conjunto monasterial del S.VI fundado por San Kevin. A mi más que las ruinas en sí, me gustó el paseito que dimos para conocer los dos lagos cercanos, especialmente merece la pena acercarse al lago superior.


Antigua torre en Glendalough

Lago superior


Paramos a comer a medio camino y finalmente llegamos a Kilkenny donde habíamos decidido dormir este día. Allí vistamos el castillo de la ciudad, del cual especialmente nos gustaron sus increíbles jardines de un color inmensamente verde. También conocimos las dos catedrales de la ciudad y la Black Abbey, además de como no unos cuantos pubs de la ciudad. Kilkenny fue capital de Irlanda antes que Dublín y se nota en algunos de sus edificios; se trata de un pueblo muy bonito. Para dormir elegimos un Bed and Breakfast que nos salió por 35€ por barba, durmiendo en una habitación doble y otra triple.

 Castillo de Kilkenny


Jueves, día 22
El Jueves nos tocaba llegar al otro lado de la isla para conocer los Acantilados de Moher (Dublín está en la costa este y los acantilados en el oeste). Los acantilados de Moher son el lugar más visitado de Irlanda y están nominados a ser una de las 7 maravillas naturales del mundo. Se trata de unos increíbles acantilados de más de 200 metros de altura sobre el Océano Atlántico.

Este fue uno de los lugares que más nos gustaron del viaje, dimos un paseo por el borde los acantilados pero no completamos los 8 km que en total recorren de lado a lado todos los acantilados. Eso sí, pagamos los 6€ por persona que cuesta dejar el coche en el parking, con este precio te dan un ticket que luego realmente no sirve para nada. Si vaís os recomiendo no entrar al parking o si dejáis el coche allí, que solo entre el conductor en el coche.

The Cliffs of Moher

Tras la visita a Moher nos dirigimos hacia Galway, una de las ciudades principales del país. Antes de lelgar a Galway paramos para hacer una visita relámpago al Castillo de Kinvarra; me resultó parecido a algunos castillos de los que vi en Escocia pero sin tanto nivel. Finalmente y tras atravesar la región conocida como "El Burren" llegamos a Galway.

El Castillo de Kinvarra

Nada más llegar a Galway nos sorprendió el increíble ambiente festivo que había. Enseguida nos enteramos de que hoy era el Artur´s Day, una fiesta que los irlandeses se han sacado de la manga recientemente y en la que las pintas Guiness están a mitad de precio. El que hoy se celebrara este día y que Galway es una ciudad eminentemente universitaria propiciaron que la fiesta fuera una auténtica pasada. Nosotros a pesar del cansancio que acumulábamos del viaje hicimos todo lo que pudimos pero al final no aguantamos más de las 12,30h PM.

Viernes, día 23
La mañana del viernes la dedicamos a ver Galway tranquilamente, nos pareció una ciudad totalmente diferente a la que habíamos conocido la noche anterior. Vistamos el "Latin Quarter" (barrio latino, la zona de pubs de la ciudad), la Catedral, el Spanish Arch (lugar donde antiguamente descargaban los barcos españoles sus mercancías). Tras las correspondiente compras de regalitos y souvenirs nos montamos en el coche y fuimos a pasar la tarde en el Parque Nacional de Connemara.


Spanish´s Arch

La Catedral de Galway


Realmente no nos daba tiempo a llegar a Connemara en sí pero sí nos dió tiempo a acercarnos a visitar el Castillo de AughnanureLough Corrib (un bonito lago con islotes en medio) y finalmetne tras una pequeña discusión por ver si nos daba tiempo o no, llegar hasta Clifden para subir a un mirador situado en la llamada Sky Road, uno de los lugares más impresionantes que visitamos en Irlanda.
En Clifden comimos en un Fish and Chips pero enseguida llegó el temido ciclón que habían anunciado y empezó a llover fuertemente. Esto precipitó que tuvieramos que regresar hacia Galway sin poder dar un paseo por Clifden.


Lough Corrib

Paraje visto desde la Sky Road

Al día siguiente teníamos que entregar el coche en el aeropuerto de Dublín a mediodía así que decicimos hacer noche lo más cerca posible de Dublín. Nos dio tiempo de llegar hasta Athlone, un pueblo a medio camino entre Galway y Dublín. Allí nos costó más de lo previsto encontrar alojamiento pero finalmente tuvimos suerte y pudimos acabar el viaje sin mayores complicaciones.

domingo, septiembre 18, 2011

Unos días en Asturias

Nuestra idea inicial para esta semana era habernos ido a Galicia pero por motivos laborales tuvimos que hacer un cambio de planes. Al final nos fuimos 4 días a Asturias y aunque nos ha hecho bastante mal tiempo las vacaciones han sido bastante completas: paseos por la costa, descenso del sella y como no, montaña.

Jueves, día 15
El día lo dedicamos a conocer unos cuantos lugares recónditos de la costa asturiana. Entramos en Asturias por la A-8, la autovía del Cantábrico, e hicimos la primera parada en Buelna. Allí fuimos caminando hasta el complejo kárstico del Cobijeru. Un lugar poco conocido pero muy bonito. En esta zona el mar ha erosionado la roca caliza para acabar creando unas formas increíbles.


Cobijeru (I)

Cobijeru (II)

La siguiente parada la hicimos en Puertas de Vidiago, allí fuimos a conocer otro fenómeno curioso producido por el mar, los bufones de las Arenillas. Los bufones son huecos en la roca por la que el agua del mar entra produciendo un ruido ensordecedor y cuando la mar está furiosa incluso llega a escupir chorros de agua hacia el exterior. Nosotros no elegimos un día con mala mar y no pudimos disfrutar del espectáculo.




Bufones de las Arenillas

Camino a los bufones


La última parada del día la hicimos en las inmediaciones del pueblo de Naves. Dejamos el coche al norte del pueblo y dimos un paseo para conocer la Playa de Gulpiyuri. Se trata de una playa muy curiosa ya que se trata de una playa de interior, el mar se filtra por debajo de la tierra y forma una curiosa playa a medio camino entre una playa y un pequeño lago.

Tras la visita a este curioso lugar intentamos llegar andando hasta la Playa de Cuevas del Mar pero nos liamos un poco con el camino y tras un agradable paseo por la costa regresamos al coche para acabar iendo con el vehículo hasta la Playa de Cuevas del Mar. No tuvimos suerte de pillarla con marea baja que es cuando mas espectacualr resulta el lugar, pero aún así no cabe duda de que se trata de otro sitio espectacular.



Playa de Gulpiyuri

Playa de Cuevas del Mar


Ya prácticamente de noche seguimos avanzando con el coche ya hacia el interior, concretamente hacia Cangas de Onís, el lugar que elegimos para pernoctar las 3 noches que nos quedaban por delante.

Viernes, día 16
Este día es el único en el que las previsiones meteorológicas daban buen tiempo así que decidimos hacer la Ruta del Cares. Yo ya había intentado hacer esta ruta con los amigos hace unos cuantos años y no pudimos hacerla por la cantidad de gente que había tenido la misma idea que nosotros. Había tantos coches mal aparcados en la carretera que aquel día la Guardia Civil acabó por no dejar pasar más coches.

Esta vez eran mejores fechas, menas atetadas de turistas, y por fin he podido realizar esta famosa ruta, sin duda el más famoso de todos los recorridos senderistas que hay en Picos de Europa. Se trata de un sendero precioso que avanza por la llamada "Garganta Divina" del río Cares uniendo los pueblos de Poncebos (Asturias) y Caín (León). El sendero está enclavado en el corazón de Picos de Europa y consta de una distancia de 24Km entre ida y vuelta. No es demasiado duro para alguien acostumbrado a andar pero no cabe duda que no es apto para todos públicos. -Consultar ruta del Cares en Senderioja.es-



Ruta del Cares (I)

Ruta del Cares (II)

Ruta del Cares (III)

Ruta del Cares (IV)


Después de la caminata acabamos bastante cansados, más de lo que pensábamos que íbamos a estar pero aún así aprovechamos la tarde para conocer el cercano pueblo de Arenas de Cabrales. Además de dar una vuelta por el pueblo entramos a visitar el Museo del Queso de Cabrales.


Sábado, día 17
El sábado se cumplieron las previsiones y amanecimos con un día bastante malo, aún sí no nos desanimamos y nos acercamos a la Escuela Asturiana de Piraguismo, situada en Arriondas, muy cerquita de Cangas. Allí teníamos reservado por Internet (sale 5€ más barato) un kayak doble para realizar el descenso del Sella.

Nos pusimos el neopreno y directos para el agua, yo volví a demostrar lo mal que se me da el remo, menos mal que Edith se apaña bastante bien. Entre risas, un montón de encallamientos que nos hicieron bajar del kayak para empujarlo y unos cuantos golpes contra las rocas de la orilla llegamos al Puente de Toraño. Allí decidimos que ya era suficiente por hoy, cumplimos 7Km de los 14 que hay hasta Ribadesella.

Ya por la tarde y a pesar del mal tiempo nos acercamos otra vez hasta Poncebos, esta vez para subir hasta Bulnes por la Canal del Tejo. Hasta que se construyó el funicular en el año 2001 esta ha sido la única forma de llegar hasta la mítica villa de Bulnes. -Consultar ruta Poncebos-Bulnes en Senderioja.es-



Poncebos - Bulnes (I)

Poncebos - Bulnes (II)
Poncebos - Bulnes (III)

Poncebos - Bulnes (IV)

Domingo día 18
En nuestro último día tampoco tuvimos suerte con el tiempo. Amaneció bastante nuboso aunque sin llover así que seguimos adelante con nuestro plan para este día: realizar la ruta hasta el Mirador de Ordiales, un fantástico mirador situado en un punto privilejiado del macizo occidental de Picos de Europa. La ruta y el mirador deben ser espectaculares pero debido a la niebla que nos engullió durante toda la mañana apenas pudimos ver nada. ¡Otro sitio al que habrá que volver!


Ruta del Mirador de Ordiales (I)