lunes, abril 22, 2019

Miradores en la autovía de Leizarán

En el regreso a España de nuestro último viaje a Francia decidimos hacer un par de paradas en la A-15 también conocida como Autovía de Leitzarán, la que une San Sebastián con Pamplona.
La idea era visitar un par de miradores que hay hacia el bonito enotrno de montaña por el que transcurre íntegramente esta autovía

Primero paramos en uno del que no recuerdo el nombre (no sé ni si lo tiene), está señalizado como una área de descanso más de la autovía. En ella lo único que hay es unas decenas de sitios para dejar el coche y el mirador sobre el pueblo de Berastegi, un precioso pueblo típicamente vasco que se extiende en una amplia zona de pastos verdes donde siempre hay multitud de ganado ovino.

Placa del enlace entre Gipuzkoa y Navarra

Berastegi

Unos kilómetros más adelante y tras cruzar la muga con Navarra encontraremos el Mirador de Azpirotz. Este ya está mejor acondicionado que el primero, además de la zona para dejar vehículos hay una rampa que baja hacia una zona de mesas y bancos que es donde está el mirador propiamente dicho. Desde él hay unas vistas magníficas de las Malloas, el sector de montañas que hace de final de la Sierra de Aralar hacia el norte.

El mirador de Azpirotz

Pueblo de Azpirotz

Zona de merenderos

Grabado sobre el tren que discurría por esta zona

Entre Aquitania y Occitania

Esta Semana Santa daban mal tiempo por España así que a última hora decidimos cambiar el destino del viaje y nos fuimos a Francia, lugar en el que sorprendentemente hacía mejor tiempo que en España. Ha sido un road trip con la furgoneta a caballo entre las regiones de Nueva Aquitania y Occitania. También ha resultado un viaje muy variado ya que de la primera hemos visitado lugares de los departamentos de Landas, Gironda y Lot et Garona; y del segundo, Lot y Gers. Como siempre, Francia nunca defrauda, estos cinco días hemos visitado pueblitos que parecían sacados de un cuento.

Este ha sido el primer viaje de Isabel pernoctando en la furgoneta y ha sido algo que le ha gustado bastante, quizás ha echado en falta alguna comodidad como la ducha o el baño, pero en general le ha gustado la experiencia.

Miercoles, día 17
Para aprovechar al máximo los días salimos el miércoles por la tarde con intención de llegar lo más cerca posible de la Duna de Pilat, nuestro primer destino del viaje. Esquivamos en parte las posibles retenciones en la frontera de Irún y nos dio tiempo a llegar a dormir a Belin-Beliet, un pueblito a 50 Km de la duna y en el que había visto que había un furgoperfecto con baños públicos.

Jueves, día 18 
Llegamos al parking de pago de la Duna de Pilat y nos dirigimos hacia ella mediante el camino que une la duna con el parking. Como era muy temprano cuando llegamos estuvimos prácticamente solos, luego, al irnos, ya había bastante gente.

Lo primero que te encuentras al llegar a la enorme duna es una escalera que te aupa a lo alto de la duna, aunque creo que solo la ponen en ciertos meses del año. Una vez arriba se disfruta mucho de las vistas, rodeados de arena y con el mar al oeste y el bosque de pinos al este. Sus dimensiones son 117m de altura, 2,7Km de largo y 500m de anchura.
Se formó por el empuje del viento que entra desde el mar y que mueve la arena hacia el interior pero que al chocar contra el enorme bosque de las Landas no permite que entre y se acumula en la duna, la cual a día de hoy sigue creciendo año tras año.

Duna de Pilat (I)

 Duna de Pilat (II)

Arcachon es un pueblo costero que está muy cerquita de la duna, junto a la bahía de Arcachon. Es un pueblo famoso por las ostras, un producto que abunda en toda la bahía.

En Arcachon aparcamos en la parte alta del pueblo, donde está el llamado barrio de invierno, el distrito donde están las mansiones de la burguesía del siglo pasado. Me encantó pasear por estas calles llenas de arbolado y mansiones a cada cual más bonita.
Dentro del Ville d'Hiver atravesamos el parque Mauresque para llegar al observatorio de Santa Cecilia, una torre de vigilancia desde donde parecía disfrutarse de muy buenas vistas, nosotros no subimos.

Luego bajamos a la parte costera del pueblo, muy bonita también. Allí aprovechamos para comer en un restaurante junto al paseo costero donde servían todos tipo de marisco y pescado de la zona. Aproveché para pedir ostras y moules frites, los famosos mejillones con patatas fritas tan típicos de Bretaña.

Mansiones en el barrio de invierno

Mirador de Santa Cecilia

Bajando hacia la zona marítima

Zona costera

 Casino

Después de comer nos acercamos hasta el casino del pueblo y ya regresamos a la parte alta para recoger la furgoneta y salir hacia nuestro siguiente destino: Saint Emilion, un pueblito que se debe al vino al 100% y que está cerquita de Burdeos.

Nada más llegar por la carretera nos encantó el paisaje, completamente rodeado de viñedos y bodegas, era la estampa típica de las películas románticas que se emiten los fines de semana en la sobremesa. El pueblito en sí mismo también es una delicia, enseguida se nota que es un pueblo donde hay mucho dinero.

Nosotros cuando llegamos nos fuimos directos a la oficina de turismo para reservar la visita guiada que te lleva a cuatro lugares que no se pueden visitar de otra forma: la cueva donde vivió el Santo Emilion, la capilla de la Trinidad, las catacumbas y la iglesia monolítica. La visita dura unos 45 minutos y nuestra guía la hizo muy amena, empezó contándonos el origen del pueblo gracias al ermitaño Bretón San Emilion y acabó en la Iglesia Monolítica, la joya de la visita guiada, se trata de un iglesia excavada completamente en la roca, es la primera que he veía de este tipo y me encantó. En resumen: si venís a Saint Emilion esta es una vista totalmente imprescindible, la única pega es que no se pueden tirar fotos de ningún tipo, normas de los propietarios de estos lugares.

Además de la visita guiada también estuvimos callejeando por el pueblo para ver el resto de lugares turísticos: La Iglesia Colegiala donde me gustaron muchos los murales tipo graffiti; la Torre del Rey, a la cual nosotros no subimos; la Casa de La Cadena, la cual separaba el barrio rico del barrio pobre; el mercado cubierto y Le Coitre des Cordeliers, un claustro donde actualmente hay instalada una cafetería con terraza, la entrada es gratuita.

Una de las muchísimas tiendas donde se vende vino

Graffitis religiosos en la iglesia

Exterior de la Iglesia Monolítica

Casa y Puente de la Cadena

 Torre del Rey
Vistas de Saint Emilion

Con esta visita dejamos el departamento de la Gironda y nos fuimos al de la Dordoña donde pasaríamos los dos próximos días. Aquella noche nos costó encontrar furgoperfecto por lo que acabamos llegando de noche y tarde a uno situado en el pueblo de Plazac.

Viernes día 19
Entramos a la Dordoña por la zona del rio Vezere, en el que en su ribera se concentran decenas de lugares relacionados con la prehistoria, por ejemplo las famosas cuevas de Lascaux, el equivalente francés a las cuevas de Altamira.
Nosotros visitamos dos: La Maison Forte de Reignac y la Roque de Saint Christophe.

El primero solo lo vimos por fuera, es una castillo costruido dentro de la roca. Luego fuimos a la Roque de Saint Christophe, a solo un par de kilómetros del primero. Este es un asentamiento troglodita situado en una brecha en la roca de 1 Km de largo y 60 metros de altura. Aquí sí entramos ya que desde abajo apenas se ve nada y nos gustó mucho recorrer el lugar.


La Maison Forte de Reignac

La Roque de Saint Christophe (I)

La Roque de Saint Christophe (II)

La siguiente parada fue en Sarlat, la que dicen que es la localidad europea con mayor numero de edificios declarados Monumento Histórico por metro cuadrado. Aparcamos en la parte alta del pueblo donde no se pagaba parking en estas fechas y nos fuimos a ver la zona histórica.
A destacar la Plaza de la Liberté donde están el Ayuntamiento, varios palacios y la iglesia de Santa María recuperada ahora como mercado.
Delante de la catedral de Saint Sarcedos está el palacete de la Boetie, el más fotografiado del pueblo, y detrás, la linterna de los muertos, una torre con una extraña forma.

Francia es un país donde se come muchísimo pato (canard) y Sarlat es uno de sus epicentros, vimos infinidad de tiendas donde se vendía foie, paté y otros derivados del pato. Los restaurantes también basaban su menú casi al 100% en este animal, tanto el primer plato como el segundo, así que este día no tuvimos mucho margen a la hora de comer.

 Bonitos edificios de Sarlat

Famosa estatua dedicada al pato

 Palacete de la Boetie

 Linterna de los muertos vista desde la zona trasera de la Catedral

Por la tarde ya llegamos a la ribera del rio Dordoña, justo a la zona donde se concentran la mayor parte de monumentos; esta es la zona que se conoce como Perigord Noir o Perigord Negro.

Primero nos fuimos a ver uno de los numerosos castillos que pueblan las riberas del rio Dordoña: el Castillo de Beynac et Cazenac. Es de los más famosos pero no sé si vale lo que cuesta la entrada. Luego estuvimos echando un cerveza en la parte baja del pueblo de Beynac et Cazenac, junto al río Dordoña.

 Castillo de Beynac et Cazenac

 Pueblo de Beynac et Cazenac

Tras descansar un poco seguimos las visitas visitando Domme, una ciudad amurallada situada en lo alto de una colina y que se encuentra en el listado de "Les Plus Beaux Villages de France". Dimos un agradable paseo por la cornisa desde la plaza central donde está la Iglesia y el Mercado hasta el final donde está el molino de viento.

Iglesia y Ayuntamiento de Domme

Vistas del rio Dordoña

 Molino de viento

El día ya no daba para más visitas así que nos fuimos al camping de la Plage a descansar.

Sábado, día 20
El camping estaba al lado de La Roque Gaegac, otra localidad de la zona que está dentro de "Les Plus Beaux Villages de France". Es un pueblecito muy pequeño que tiene la gracia de estar apretado entre la roca de la montaña y el rio Dordoña. Para la fama que tiene a mi no me gustó demasiado, pero se ve muy rápido.

 La Roque Gaegac

De aquí nos fuimos a los Jardines colgados de Marqueysacc, otra de las visitas imprescindibles de la zona. Este lugar son 6 Km de cuidados senderos rodeados de boj y setos cortados al milímetro. Lo típico es dar un paseo de 1Km hasta el bellvedere el cual está justo en el extremo opuesto del castillo que es por donde se entra. En la entrada también está el pabellón de la naturaleza donde hay un esqueleto y un cráneo de un alosaurio.

 Jardines colgados de Marqueysacc

 Vistas hacia la Roque Gaegac desde el bellvedere de los jardines

La entrada a los jardines son 9€ pero se puede ahorrar algo haciendo la compra conjunta con el castillo de Castelnaud, la que sería justo nuestra siguiente visita del día.

Aparcamos en la parte baja del pueblo donde el parking era gratis pero luego tuvimos que hacer una buena subida a pata hasta el castillo, cosa que a Isabel no le hizo mucha gracia. Para coger fuerzas paramos a comer en un restaurante que encontramos justo antes del castillo.

 Calles empinadas de Castelnaud

El castillo de Castelnaud está dedicado a la guerra por lo que en su visita se puede ver una buena colección de armas medievales, entre ellas enormes catapultas. Este castillo me gustó más que el de Beynac et Cazenac, no solo por la exposición de armas sino que también por su estructura.

Castillo de Castelnaud (I)

 Castillo de Castelnaud (II)

Esta última visita fue la última en el Perigord, por la tarde salimos para el departamento de Lot, dentro de Occitania; nuestro destino concreto era Rocamadour, el que dicen es el segundo lugar rural más visitado de Francia (después del monte Saint Michel).

Rocamadour se hizo famoso por las reliquias de San Amador, cuyo cuerpo fue encontrado aquí por monjes Benedictino. Es un lugar que tradicionalmente ha atraído a muchos peregrinos y últimamente muchos turistas. A mi personalmente me pareció un pueblo muy bonito pero no más que otros que existen en Francia y que tienen bastante menos renombre.

Nosotros llegamos por la carretera que entra a Rocamadour por la zona del castillo, por la parte alta del pueblo; de esta forma pudimos encontrar sitios libres y gratuitos. Desde aquí iniciamos el recorrido al pueblo a pata, inicialmente fuimos hasta el castillo por la cornisa, allí pagamos los 2€ que cuesta abrir el torno que te permite subir a las murallas pero no entrar al castillo ya que es propiedad privada.

 Castillo de Rocamadour

De aquí tomamos el camino de la cruz que va haciendo continuos zig zags hasta llegar a la Portre Saint Martial, la cual da acceso a un túnel que sale a la plaza rodeada de siete santuarios.
Este es el corazón de Rocamadour, un lugar precioso al pie de la roca en el que se pueden ir visitando los siete santuarios destacando sobre todo el de Notre Dame que es donde está la virgen negra.

La Virgen Negra

 Santuarios

Desde aquí bajamos la gran escalinata que lleva a la calle Roland Le Preux, la larga, recta y única calle principal que forma Rocamadour. Esta calle está completamente enfocada al turista y por lo tanto llena de tiendas de recuerdos del lugar. No me quería ir de Francia sin probar sus exquisitos crepes así que paramos en una cafetería de la calle principal a merendar un crepe de Nutella con un café.

 Calle Roland Le Preux

Seguimos la calle hasta el final la cual nos acabó sacando a la carretera que sube a L'Hospitalet, que es como un barrio algo alejado de Rocamadour. Aquí pasamos junto a su iglesia y las ruinas que hay junto a ella, un lugar sugerente, y regresamos al coche.

 Las mejores vistas de Rocamadour están en el barrio de L'Hospitalet

Esta noche teníamos para elegir pernoctar en la parte baja o alta del pueblo, al final nos decantamos pro la parte alta pero no fue una buena decisión ya que el lugar es el parking del castillo, un sitio con mucho movimiento de coches y gente y que actualmente está en obras. Ni siquiera pudimos usar los baños públicos ya que estaban cerrados por la noche.

Domingo, día 21
La noche anterior leí que mucha gente recomendaba ir al Gouffre de Padirac, una sima gigante con una cueva interior que está cerquita de Rocamadour. Nos fuimos para allí y llegamos prontito pero ya nos encontramos una horda de turistas haciendo fila, enseguida nos dimos cuenta que sin haber reservado cita por Internet sería imposible entrar.
La verdad es que el lugar tenía muy buen pinta por lo que espero volver en algún viaje posterior.

Pusimos en el GPS Saint-Cirque-Lapopie como nuestro siguiente destino y el caso es que el aparato evitó la autopista y nos mandó por carreteritas rurales por el interior del Parque Natural Regional des Gausses de Quercy. Sufrimos carreteras malísimas donde no se podía subir de 50Km/h pero a cambios vimos paisajes rurales bucólicos realmente bonitos.

Llegué cansado de conducir a Saint-Cirque-Lapopie pero enseguida me vine arriba cuando vi lo bonito que era este pueblo. Dejamos el vehículo en el parking de la entrada inferior y luego hay como 500 metros de camino para llegar al pueblo, lo bueno es que vas teniendo vistas panorámicas del pueblo según te vas acercando.

Una vez en el pueblo lo mejor es perderse por sus bonitas calles empedradas; aunque por nada del mundo podemos irnos sin subir al mirador que hay en la parte alta desde donde hay una vistas perfecta de 360º.

Este día había mucha gente pululando por el pueblo y nos costó encontrar un restaurante para comer pero finalmente lo conseguimos aunque nos tiramos un buen rato esperando a que nos sirvieran.

Saint-Cirque-Lapopie (I)

Saint-Cirque-Lapopie (II)

 Saint-Cirque-Lapopie (III)

Siguiendo el cauce del rio Lot nos fuimos hasta Cahors, la capital del departamento de Lot. Cahors ya era diferente al resto de pueblos que habíamos visto, con muchas más pinta de ciudad y menos cuidado, en cuanto te salías de las calles principales se veían callejuelas con edificios con muy mala pinta.
El rio Lot aquí hace un meandro completo y el casco viejo queda en la parte oriental, allí paramos para dar una vuelta por él, aquí el principal objetivo es la Catedral de Sant Ettiene, muy bonita por dentro y por fuera. También llegamos al boulevard que separa en dos mitades la ciudad y desde aquí regresamos hacia el río.

Catedral de Saint Ettiene

 Plaza principal de Cahors

El puente Valentre, que es lo más famoso de Cahors, queda en la parte occidental del meandro así que cogimos el coche y paramos a verlo evitando la zona de parkings de pago.

 Puente Valentre

Una vez visto Cahors ya nos tocaba alejarnos y cambiar de zona para ver unas cuantas bastidas que nos pillaban bien ya de camino a España, todas ellas entre los departamentos de Gers,  Lot y Garona y Landas.

Tras las dos horitas de coche aún llegamos con luz suficiente para ver el primer pueblo: Larresingle, otro pueblito más dentro de "Les Plus Beaux Villages de France". Muy muy pequeño pero complemente amurallado; salvando las distancia hay gente que le conoce como "Le Petit Carcassone".

 Larresingle

Dando una vuelta por fuera de las murallas vimos que detrás del ayuntamiento había una plaza con baños públicos y mesitas con bancos debajo de un pórtico cubierto lo que nos pareció ideal para pernoctar. Así que aparcarmos en la entrada del pueblo y aquí nos vinimos a preparar el arroz para la cena y para asearnos.
Esa tarde conocimos a una pareja de franceses de Pau que estaban durmiendo en un coche que el chico había "camperizado" manualmente y que nos estuvo dando unas cuantos consejos en cuanto a la furgoneta, muy majos!.

Lunes, día 22
Nuestra intención hoy era ver por la mañana las bastidas que nos quedaban y ya comer de camino a Logroño.
Accediendo mediante tranquilas carreteras comarcales fuimos parando en cada uno de los pueblos donde el tiempo parecía haberse parado desde hace unas cuantos años.

Primero paramos en Fources, otro más dentro de "Les Plus Beaux Villages de France". Vimos la iglesia que hay fuera de la bastida y cruzamos el río para atravesar la muralla y entrar dentro de la bastida donde encontramos la plaza central completamente circular; al lado hay una bonita torre del reloj.

 Fources

Siguiente parada en Poudenas, aquí hicimos dos paradas, primero en la parte baja junto al río para ver la antigua casa de Postas, una curiosa casa alargada y completamente aportillada; y luego otra en la parte alta para ver el castillo el cual estaba cerrado y donde realmente no había mucho que hacer.

Casa de postas en Poudenas

Zona del Castillo e Iglesia en Poudenas

Luego nos fuimos a la Bastida de Armagnac, la que más me gustó de todas: una auténtica belleza su plaza central con sus casitas alrededor.

La Bastida de Armagnac (I)

 La Bastida de Armagnac (II)

2 Km al sur de Armagnac hay un lugar curioso: la capilla y el cementerio de Nuestra Señora de los Ciclistas. La iglesia la encontramos cerrada pero pudimos dar una vuelta por los alrededores.

 Nuestra Señora de los Ciclistas

Como las visitas estaban yendo muy rápido paramos también a ver Mont de Marsan, la capital de las Landas. Tenemos que reconocer que este pueblo no nos gustó nada de nada, no le vimos ningún interés turístico, así que tras ver el punto donde se unen los dos ríos para formar otro nos fuimos ya que ni siquiera encontrábamos restaurantes para poder comer.
Al final comimos en un Burger King situado en la zona comercial de las afueras del pueblo.

 Mont-de-Marsan

Lo bueno de regresar pronto es que no pillamos nada de retenciones en la frontera de Irún-Behobia.