lunes, abril 06, 2015

Moscú y San Petersburgo

Hemos pasado 4 días en cada una de las ciudades. A pesar del frío que hemos pasado (hasta nos nevó varios días) elegimos estas fechas porque pensamos que Rusia es un país que hay que conocerlo con frío, verlo con solecito y en camiseta no es lo mismo. Otra ventaja de cogerlo en estas fechas, además de que hay muchos menos turistas, es el que rublo está muy desplomado, ahora mismo se dan 63 rublos por cada euro, hace un año estaba casi a la mitad.

En cuanto a las dos ciudades, tanto a Edith como a mí nos gustó más Moscú, seguramente debido a que es donde se nota más el contraste con España; Moscú es una ciudad típicamente rusa, sin embargo San Petersburgo es mucho más Europea (imagino que en gran parte debido a su localización).

Tuvimos algunos problemas con el idioma ya que en Moscú apenas encontramos gente que hablara Inglés y además se le añade el agravante de que en Rusia se usa el alfabeto cirílico. En San Petersburgo, al ser una ciudad más turística, sí que es fácil encontrar gente que conoce el Inglés.

Para comer también tuvimos ciertos problemas, al final tuvimos que tirar más de lo previsto de fast food aunque las cadenas rusas de buffet también nos salvaron de unos cuantos apuros (my-my, marketplace, tepemok...)

En cuanto a la gente, de entrada los rusos nos parecieron gente muy fría aunque según pasaron los días fuimos suavizando la opinión.

Jueves, día 26
Teníamos previsto volar la madrugada del jueves al viernes pero hace un mes nos anularon el vuelo sin dar ninguna razón y tuvimos que cambiarlo a la noche del viernes al sábado.

Aún así tomamos el tren que ya teníamos cogido a Barcelona y pasamos el día por allí. En el tren nos encontramos con Mónica, una amiga de Edith, y pasamos con ella parte de la tarde. Además, estuvimos dando una vuelta por el barrio gótico, por el parque de la Ciudadela y acabamos la noche por la zona de la Barceloneta y el paseo marítimo. Esa noche nos alojamos en un hotel de la calle Boquería.

Catedral de Barcelona

Viernes, día 27
El avión no salía hasta las 22,55h así que aprovechamos el día para ver unas cuantos lugares que nos faltaban de visitar de la siempre interesante Barcelona.

La primera visita fue el Palau Guell, el edificio modernista que Gaudí construyó para el empresario Catalán Eusebi Guell. Hicimos la visita siguiendo la audioguía y la verdad es que nos pareció muy interesante. El edificio está a la altura de otras obras más famosas de Gaudí.

Palau Guell (I)

 Palau Guell (II)

Ya por la tarde dimos una vuelta por la zona del barrio de la Ribera, ahí entramos a ver las excavaciones que hay en el interior del Mercado del Born.

 Mercado del Born
Después subimos hacia el barrio de Gracia haciendo una parada para ver el Palau de la Música, otro edificio que todavía no habíamos visto.

 Palau de la Música

Subimos hasta Gracia porque allí teníamos contratada una sesión de "romin", una especie de juego donde tienes que ir descubriendo una serie de pistas para salir de un edificio. A pesar de que no conseguimos salir en la hora que te dan de tiempo nos gustó mucho la experiencia.
De allí ya nos fuimos hasta el aeropuerto del Prat para tomar el vuelo a Moscú, nos esperaba una noche dura en la que ya sabíamos que apenas pegaríamos ojo.

Sábado, día 28
Aterrizamos en el aeropuerto de Domodedovo a las 5,15h de la madrugada. El aeropuerto está alejado del centro así que para trasladarnos a nuestro hotel cogimos un autobús que nos llevó hasta la estación de metro de Domodedovskaya, solo nos costó 120 rublos, aunque la inmensa mayoría de turistas optan por el Aeroexpress (tren) o por tomar taxis.

Nos bajamos en la parada de metro Partizanskaya, la más cercana a nuestro hotel. Está situado en la zona de Izmailovo, muy lejos del centro, pero teniendo metro cerca esto no nos pareció un problema. A cambio obtuvimos un precio bastante bueno para un hotel bastante digno en una ciudad en la que encontrar un hotel bueno y barato es toda una odisea.

Como estábamos muy cansados del vuelo en el cual apenas pegamos ojo decidimos echarnos a dormir hasta la hora de comer.

Ya por la tarde nos fuimos hasta el VDNKH, literalmente en ruso significa "Exposición de Logros de la Economía Nacional", en la práctica es un explanda inmensa donde se exponen diferentes edificios y museos de la época de la URSS, yo lo ví como una especie de EXPO soviética. También hay un parque de atracciones lo que hace que algunos lo llamen el Disneyland Soviético.

Según llegas desde la estación de metro lo primero que ves es la enorme aguja que hay encima del Museo dedicado al espacio. Nos pareció un museo muy interesante y original, es una especie de homenaje a los cosmonautas y a la carrera espacial Soviética.

Escultura homenaje a la carrera espacial

 Interior del museo del espacio

Después de la visita nos dedicamos a ver por fuera el resto de edificios de la VDNKH. Como todo en Moscú, nos sorprendió la magnificiencia del lugar. Es tan grande que al final se nos hizo tarde y ya decidimos no visitar nada más este día.

 Arco de entrada

Uno de los pabellones

Edith levantando la casa del revés

El Disneyland Soviético

Lo que sí que hicimos antes de regresar al hotel fue ir a comprar los billetes de tren para ir hasta San Petersburgo dentro de 3 días. Había intentado comprarlo por Internet desde Logroño pero no hubo manera, me rechazaban todas las tarjetas de débito/crédito que usé.

Aquí tuvimos el principal momento de crisis del viaje ya que nos bajamos en la parada de metro de Komsomolskaya donde está la estación Leningradsky que es de la que parte el tren que buscábamos pero lo que no sabíamos es que en este mismo lugar había dos estaciones de tren más, nos volvimos locos buscándola y además que nadie hablara inglés y todo estuviera escrito en cirílico era un gran problema..., tras estar un buen rato dando vueltas y volviéndonos locos al final conseguimos comprarlos.

Domingo, día 29
Bajamos a ver el Mercado de Izmailovo, elegimos este día porque solo funciona en fines de semana. Esta vez no tuvimos que tomar metro porque estaba situado justo detrás de nuestro hotel.

El Mercado está situado dentro del Kremlin de Izmailovo, un lugar muy curioso. Allí encontramos desde edificios que nos recordaron mucho a las iglesias de madera Noruegas hasta una escultura de Lobezno ?¿? En el mercado decidimos no entretenernos a comprar nada ya que preferimos dejar las compras para hacerlas en San Petersburgo donde andaríamos mejor de tiempo.

Mercado de Izmailovo 

Kremlin de Izmailovo

La siguiente parada la hicimos en el Monasterio de Novodevichi. La catedral estaba cerrada pero pudimos entrar a una iglesia del complejo. Junto al monasterio está el lago de los cines en el que Tchaikovsky se inspiró para componer su famosa obra de Ballet. Como el resto de lagos de la ciudad estaba completamente congelado. Lo que nos costó más fue encontrar el famoso cementerio contiguo al complejo; tuvimos que rodear todo el monasterio para verlo. Se trata del cementerio más famoso de la ciudad en el que hay enterradas bastantes celebridades rusas.

Lago de los Cisnes

Interior del Monasterio de Novodevichi

Tumbas del cementerio de Novodevichi

Después de comer temprano nos acercamos hasta la zona de la Universidad estatal cuyo edifico principal es uno de las llamadas 7 hermanas o "cojones" de Stalin. Se trata de 7 rascacielos mandados construir por el dictador Soviético para no quedase atrás cuando en los USA estaban tan de moda.

 Edificio de la Universidad

Entre la Universidad y el Estadio Olímpico Luzhnikí donde juega el Spartak de Moscú está el llamado "Mirador de los Gorriones", una pequeña colina que no tiene mucha altura pero que seguramente sea el mejor sitio para observar el skyline de la ciudad.

 Vistas desde el Mirador de los Gorriones

La última visita del día la haríamos al Parque de la Victoria. Es otro lugar inmenso donde nada más salir de la boca de metro uno se topa con una enorme avenida plagada de tráfico. Antes de ir hacia el parque nos alejamos un poco para ver el arco del triunfo.

 Arco del triunfo

Parque de la Victoria

 El parque en sí es un gigantesco homenaje a la 2ª guerra mundial, una guerra donde a pesar de la victoria los rusos se dejaron cerca de 25 millones de muertos entre soldados y civiles. Me resultó curioso que en todos los sitios del parque los años de la guerra figuran como desde 1941 hasta 1945.

En principal atractivo del parque es el museo dedicado a la guerra. Tras darnos la paliza en recorrer sus cinco pisos salimos y nos topamos con otro museo pero esta vez de vehículos de guerra expuestos al aire libre, allí encontramos tanques, aviones, cañones. barcos... En las proximidades también se veía una mezquita pero nosotros no la visitamos.

Diorama del asedio a Leningrado

Escaleras al tercer piso

 Escultura en la sala central

Lunes, día 30
La mañana la echamos en ver el Kremlin. Se compran las entradas por separado para la armería y para la plaza de las catedrales.

La entrada a la armería es cara (700 rublos) y a mí no me sorprendió tanto como decían. Es el lugar donde se pueden ver las joyas y resto de objetos valiosos que los zares acumularon a lo largo de los años.

La entrada a la plaza de las catedrales te permite ver hasta 3 catedrales (Asunción, Anunciación y del Arcángel) y 2 iglesias, todas ellas situadas alrededor de una única plaza central. Aquí están también los famosos cañón de los zares y la campana de la Zarina.


Plaza de las Catedrales

Interior de la Catedral del Arcángel

 El cañón de los zares

La campana de la Zarina

Tras la visita al Kremlin fuimos a comer para reponer fuerzas. Luego entramos a ver la Catedral del Cristo Salvador.

 Iglesia del Cristo Salvador

Detrás de la Catedral hay un puente que nos permitió cruzar a la otra orilla del río Moskova. Al cruzar el río nos topamos de lleno con la controvertida escultura de Pedro I El Grande, hay mucha gente a la que no le gusta; la verdad es que sí que queda un poco rara.

Escultura de Pedro I el Grande

Al otro lado del Moskova, junto a las galerías Tretyakov (a las cuales no entramos), hay un parque de esculturas; entre ellas hay unas cuantas esculturas dedicadas a dirigentes soviéticos que en su día fueron retiradas de su emplazamiento original en la ciudad. Más allá está el parque Gorki, este no nos pareció demasiado interesante y menos en esta época del año, con los árboles sin hojas, así que enseguida nos dimos la vuelta a buscar una boca de metro.

Monumentos en contra de las dictaduras y estatua de Stalin mutilada

Nos apeamos en la parada de metro próxima a la calle Arbat, la típica calle peatonalizada y comercial de la ciudad. Nos chocó el contraste con la calle Nueva Arbat, muy próxima a ella pero muy diferentes entre sí, la segunda es la típica avenida soviética con un montón de carriles para el tráfico y un montón de bloques de rascacielos idénticos.

Calle Nueva Arbat

Calle Arbat

En la calle Arbat paramos a echar un refrigerio en un bar pero luego al poco rato de salir Edith se empezó a encontrar mal, paramos en un centro comercial y fuí a traerle algo de comer, parece que fue una bajada de azúcar.

Con las energías recuperadas y a pesar del frío que hacía y que ya se nos había hecho de noche a Edith le apetecía conocer la Plaza Roja de noche así que nos fuimos a patita hasta allí. Cuando llegamos ya nevaba bastante así que no pudimos estar mucho a la intemperie. Nos resguardamos en los almacenes GUM, los cuales desde la caída del telón de acero funcionan como centro comercial de tiendas superlujosas, justo en frente del edificio está la tumba de Lenin, si este levantara la cabeza...

Interior de los almacenes GUM

Fachada de los almacenes GUM en la Plaza Roja

Cenamos en un Sbarro (buffet libre de comida italiana) próximo a la Plaza Roja y a dormir.

Martes, día 31
Estas son las vistas con las que amanecimos desde el hotel el Martes. El día anterior había nevado y por la noche parece que se había intensificado.

Vistas desde el hotel

Hoy era nuestro último día en Moscú. A primera hora nos trasladamos de nuevo a ver la Plaza Roja de día. Es una plaza que impresiona bastante por sus dimensiones; se entra por la zona del Museo de Historia, a su izquierda quedan los almacenes GUM y a la derecha el Kermlin y la Tumba de Lenin, la cual por cierto nos encontramos cerrada a pesar de que hoy era día de visita, al fondo está la Catedral de San Basilio (sí, la del tetris), probablemente el lugar más fotografiado de la ciudad.

La Catedral de San Basilio nos encantó tanto por dentro como por fuera. El interior no es como el de un iglesia clásica, hay un montón de recovecos, salas y pasillos que visitar.

Tumba de Lenin

Museo de Historia

Catedral de San Basilio

Después nos acercamos a recorrer algunas de las calles peatonales que hay por el centro de la ciudad, de esta forma llegamos hasta la Plaza Lubyanka donde estaba la antigua sede de la KGB. Cerca también está el famoso Teatro Bolshoi.

 Sede de la KGB en la Plaza Lubyanka

Teatro Bolshoi

Estuvimos un rato buscando un sitio para comer hasta que dimos con un local de my-my (buffet de comida rusa). Después subimos por la calle Petrovka a buscar el museo del Gulag el cual no fuimos capaz de encontrar, lo que sí que encontramos en esta misma calle y sin ir a buscarlo expresamente fue un decadente complejo de iglesias antiguas, nos gustó bastante el sitio.

Iglesias en la Calle Petrovka

Cuando más nevaba nos fuimos hasta el Parque de Kolomenskoye, está situado al sureste de la ciudad y bastante alejado, pero merece la pena llegar, es sin duda el parque más bonito de Moscú y para mi la gran sopresa del viaje. A pesar de pillarlo en mala temporada, con los árboles sin hojas y la hierba poco verde me encantó, además la fina capa de nieve que había le daba un aire muy especial. Es un parque gigantesco, estuvimos viendo unas cuantas construcciones e iglesias, una de ellas dentro del Patrimonio de la Humanidad pro la Unesco y cuando ya nos íbamos vimos un plano donde señalaban justo en la otra punta del parque un palacio hecho de madera y que habíamos visto en fotos de otros blogs de Internet, nos dimos la paliza de ir hasta allí y la verdad es que también nos encantó.

Parque Kolomenskoye (I)

Parque Kolomenskoye (II)

Parque Kolomenskoye (III)

Parque Kolomenskoye (IV)

 Parque Kolomenskoye (V)

Ya por la noche fuimos a la estación de Leningradsky a coger el Flecha Roja, el tren que suelen elegir los turistas para desplazarse entre Moscú y San Petersburgo ya que a pesar de que es algo más caro es un tren histórico (fue inagurado por Stalin en 1931).

Elegimos un cabina para dos personas, más cara que la más elegida que es la de cuatro personas, pero a pesar de ello con el horrible traqueteo del tren apenas dormimos.

Miércoles, día 1
A las 7h nos despertaron para traernos a la cabina nuestro desayuno; al descorrer las cortinas me quedé algo decepcionado al comprobar que estábamos ya llegando a San Petersburgo y apenas había rastro de nieve, tenía esperanzas de verlo más nevado y encontrar al río Neva helado, cosa que tampoco ocurrió. Normalmente se deshiela en el mes de Abril pero este año parece que ha echo más calor estas últimas semanas anteriores.

A las 7,55h nos bajamos del tren mientras se oía el himno de la URSS, algo que siempre ocurre cuando este tren llega a Leningrado (el nombre que tuvo la ciudad hasta el colapso de la Unión Soviética).

Bajando del Flecha Roja

Salimos de la estación de Moskovsky con las maletas en mano y nos fuimos a pata hasta nuestro hotel, situado en la arteria más famosa de la ciudad, la Nevsky Propekt, con 4,5Km une el Almirantazgo con el Monasterio de Nevsky.

Tras dejar las cosas en el hotel bajamos por la Avenida Nevsky donde vimos el edificio Singer (Casa del Libro) y la Catedral de Kazán.

 Edificio Singer y Catedral de Kazán al fondo

Luego recorrimos el canal Griboedova uno de los más famosos de la llamada Venecia del Norte, hasta llegar a la Catedral de San Nicolás. De aquí subimos en dirección hacia el río Neva parando antes para ver el Teatro Marinsky. Dudamos en si coger entradas para ver una función de ballet ruso pero los precios nos echaron para atrás.

Puente de los Leones sobre el canal Griboedova

Catedral de San Nicolás

 Teatro Marinsky

A la zona de Nueva Holanda no pudimos entrar porque estaba en obras, así que seguimos andando hasta llegar a la zona donde están los astilleros del Almirantzago, actualmente aquí se fabrican submarinos. Acabamos la tarde dando una vuelta por esta zona la cual se notaba mucho más degradada que el centro histórico.

Alrededores de los astilleros (I)

Alrededores de los astilleros (II)

Jueves, día 2
Amaneció un día muy pocho, hoy nos volvería a nevar, pero no nos desanimamos y nos fuimos hasta la isleta donde está la Fortaleza de Pedro y Pablo, lugar donde Pedro I el Grande fundó la ciudad en 1703.

En al fortaleza hay muchos lugares para ver pero la mayoría estaban cerrados o eran caros para lo que ofrecían, nosotros entramos a los típicos: a la Catedral y la Cárcel.

En la Catedral están enterrado la mayor parte de los zares de la Dinastía Romanov, incluídos Nicolás II y su familia, fusilados por los Bolcheviques en el inicio de la Revolución Rusa.

La Cárcel se usó sobretodo para encerrar a presos políticos en los años anteriores a la revolución, luego los bolcheviques la cerraron.

También salimos a dar una vuelta por la playita de arena que hay fuera de la fortaleza justo a la orilla del río Neva, un lugar curioso. Desde aquí hay muy buenas vistas del Ermitage y el resto de edificios famosos situados en la otra orilla del Neva.

Catedral de Pedro y Pablo

Playa en la orilla del Neva

Después de la visita nos acercamos a ver la Mezquita que hay en la calle Kameenoostrovsky, la más grande Europa, muy bonita por fuera pero nos la encontramos cerrada por obras.

Mezquita
Nos acercamos otra vez a la Avenida Nevsky para buscar un Marketplace, otro buffet de comida rusa, este nos lo había recomendado un español que conocimos el día anterior.

Después de comer nos fuimos a conocer algunos parques, los jardines de Verano tenían muy buena pinta pero estaban cerrados, sí que pudimos andar por los campos de Marte.

 Campos de Marte

La siguiente parada la hicimos en la Catedral de la Sangre Derramada, una catedral que por fuera no tiene nada que envidiar a la de San Basilio en Moscú. Por dentro sí que nos decepcionó más al ser mucho más clásica.

Exterior de la Catedral de la Sangre Derramada

Interior de la Catedral de la Sangre Derramada

El resto de la tarde la dedicamos a comprar souvenirs.

Viernes, día 3
Hoy tocaba ir al Hermitage, el antiguo Palacio de Invierno de los Zares rusos y que hoy es uno de las mayores pinacotecas del mundo. Conviene ir pronto a coger las entradas ya que se suelen montar filas kilométricas, nosotros tuvimos suerte por no ser temporada alta.

Es el típico museo donde puedes estar horas y horas viendo obras de arte, nosotros elegimos bastante lo que queríamos ver y aún así allí echamos la mañana entera.

Interior del Hermitage

Exterior del Hermitage

Repetimos comida en el Marketplace y luego fuimos a ver la Catedral que nos faltaba de ver, la de San Isaac. Cogimos entrada para ver el interior y también para subir a la cúpula. La catedral en sí no tiene apenas atractivo pero subir a la cúpula merece la pena para poder tener unas buenas vistas de una ciudad de la que es difícil conseguir vistas panorámicas.

Catedral de San Isaac

Vistas desde la cúpula de la Catedral

A pesar de estar bastante cansados (el Hermitage hace mella) cruzamos a la isla de Vasilievsky y dimos un paseo desde el extremo donde están las columnas rostrales hasta la zona que hay enfrente de los astilleros del Almirantzago, como curiosidad en esta zona se puede ver un submarino.

 Submarino en el río Neva
Sábado, día 4
Nuestro último día lo dedicamos a ver el Tsarskoe Selo, donde está el Palacio de Catalina, uno de los Palacios de Verano de los Zares. El otro famoso es el de Peterhoff. Este los descartamos porque lo más espectacular que tiene son las fuentes y nos las veríamos ya que están apagadas hasta el mes de Mayo. Si nos restringimos únicamente al Palacio dicen que es más bonito el de Catalina.

Cogimos el metro hasta la parada de Moskovskaya donde se coge el bus que te lleva a Pushkin, la ciudad donde está Tsarkoe Selo. El Palacio de Catalina nos gustó bastante aunque al ser sábado lo tuvimos que ver con muchísimos turistas rusos, extranjeros no vimos demasiados. Lo más famoso del Palacio es la sala ambar, una habitación revestida completamente por este material. Hay que recordar que este palacio fue completamente expoliado por los nazis durante el asedio a San Petersburgo en la Segunda Guerra Mundial; todavía hoy se sigue restaurando y recuperando.

Palacio de Catalina

De todas formas lo que más nos gustó del lugar fueron los jardines exteriores del Palacio, un lugar inmenso, con muchos rincones bonitos y plagado de riachuelos y pequeños lagos, todos ellos completamente helados. Lo recorrimos todo a fondo y regresamos otra vez en bus a comer a San Petersburgo.

Jardines del Palacio de Catalina (I)

Jardines del Palacio de Catalina (II) 

Jardines del Palacio de Catalina (III) 

 Jardines del Palacio de Catalina (IV)

Justo donde te deja el bus que viene de Pushkin hay una plaza donde hay una gran estatua de Lenin, creo que fue la más espectacular de todas las que vimos, aprovechamos para fotografiarnos en el lugar.

Estatua de Lenin

Después de comer todavía nos quedaba la tarde libre y ya apenas nos quedaba nada de lo que queríamos ver por visitar. Decidimos acercarnos al Monasterio de Alexander Nevsky pero allí nos encontramos el cementerio más famoso cerrado, aún así dimos una vuelta por el recinto. En el otro cementerio que vimos parecía haber muchos héroes soviéticos de la Gran Guerra enterrados.

Desde aquí volvimos andando hasta el hotel para recorrer de esta forma el tramo de la Avenida Nevsky que nos faltaba por conocer.

Tras entrar a Soviet Café y un KFC a cenar nos recogimos a preparar las cosas para el vuelo de regreso a Barcelona del día siguiente.