lunes, 17 de abril de 2017

Entre Tarragona, Castellón y Teruel

Teníamos el viaje de Marruecos muy reciente pero con el buen tiempo que daban no podíamos dejar pasar la Semana Santa sin viajar así que rápidamente montamos un viaje relámpago para hacer con la furgoneta; decidimos visitar unos cuantos lugares que hay a caballo entre las provincias de Tarragona, Teruel y Castellón.Jueves, día 13
Salimos por la mañana y llegamos poco antes de la hora de comer a la Tierras de Ebro, un territorio formado por varias regiones y situado al sur de Cataluña. Desgraciadamente esta zona es famosa por los acontecimientos vividos entre Julio y Noviembre de 1938: la Batalla del Ebro de la Guerra Civil Española, la peor batalla de toda la guerra y la que finalmente decantó la contienda del lado Nacional.

En Julio de 1938 el ejército republicano cruzó el Ebro para hacer una contraofensiva contra el ejército nacional; el ataque inicialmente fue sorpresivo y tuvo éxito pero a lo largo de lo meses las tropas republicanas fueron repelidas otra vez al otro lado del Ebro; fueron casi 5 meses de intensos combates en los que muchos territorios y pueblos cambiaron de manos constantemente.

En la zona de tierras de Ebro hay multitud de lugares y museos que recuerdan e informan sobre la batalla, nosotros como teníamos tiempo limitado solo vimos algunos de ellos.

Primero nada más llegar fuimos al Memorial de Les Camposines, en este monumento-osario situado en le término municipal de la Fatarella se recuerda a todos los participantes de la batalla, sin distinción de bandos. Cuando nosotros estuvimos nos encontramos con una familia que nos contaron la historia de sus antepasados que participaron en la Batalla del Ebro, algo muy común en las familias de esta zona.

 Memorial de Les Camposines

Después nos desplazamos a Corbera de Ebro, el pueblo que más concentra la historia de la batalla. Primero estuvimos viendo el viejo pueblo el cual quedó arrasado completamente. Es una especie de Belchite aunque menos famoso. De él nos quedan demasiado aparte de ruinas de las casas y sobretodo la Iglesia de Sant Pere.

Corbera de Ebro (I)

Corbera de Ebro (II) 

Corbera de Ebro (III) 

 Corbera de Ebro (IV)

Cerquita de aquí está la cota 402, una pequeña colina en la que todavía quedan trincheras, nosotros llegamos gracias al GPS, no es un lugar que esté bien señalizado.

 Cota 402

Después de comer volvimos a Corbera para visitar Centro de Interpretación 115 días, de los 5 museos que hay en la zona este es el que mejor explica los acontecimientos de aquellos 115 días de batalla, los otro son más temáticos de algo específico.

Al pasar por Gandesa paramos a hidratarnos y también aprovechamos para echar unas rápidas fotos del edificio de la cooperativa vinícola de estilo modernista.

 Cooperativa vinícola de Gandesa

Acabamos el día haciendo la ruta de senderismo al Parrizal de Beceite, nos temíamos que estos días este famoso lugar estaría lleno de turistas así que decidimos visitarlo a última hora de la tarde y creo que aunque no nos dio tiempo a hacer el recorrido completo fue todo un acierto ya que a la que íbamos nos topamos con una marabunta de coches que volvían.

Beceite ya es un pueblo de Teruel y el parrizal es un recorrido que se hace en la cabecera del río Matarrañas, es un recorrido muy original ya que en gran medida se hace teniendo que cruzar el río usando troncos, piedras, pasarelas... En algunas épocas del año dependiendo del caudal del agua hacer esta ruta debe ser muy complicado. A nosotros ya nos costó pasar algunas zonas. Cuando vimos que ya empezaba a caer la luz del sol nos tuvimos que dar la vuelta y regresar. Esta ruta tiene otro par de atractivos como son la Cova de la Dona o unas pinturas rupestres.

Hay tres parkings donde dejar el coche, cada uno a diferente distancia del inicio del estrechamiento del río que es el tramo más espectacular; cuanto más cerca aparcas más pagas. Nosotros llegamos hasta el último y no pagamos ni un duro pero imagino que fue por la hora tan tardía que era.

Cova de la Dona

 Pasarelas en el Parrizal de Beceite
Viernes, día 14
La noche anterior pernoctamos con la furgo en las afueras de Beceite así que no nos podíamos ir sin ver el pueblo, por lo que habíamos leído uno de los más bonitos de esta zona, aunque a nosotros tampoco nos dijo demasiado.

Beceite (I)

 Beceite (II)

Luego fuimos a  ver Valderrobres, otro de los clásicos de esta zona de Teruel; este sí que nos gustó más. Aparcamos en la parte superior del pueblo, donde está el castillo, lugar donde había muchos coches intentando hacer lo mismo que nosotros, aparcar, en varios momentos del viaje recordé porque llevaba varios años sin viajar en Semana Santa...

En la parte alta del pueblo está el Castillo de estilo renacentista y la Iglesia, al castillo se podía entrar previo pago de entrada pero nosotros al ir con Fidel preferimos no entrar para no tener que dejarlo fuera.

La otra zona famosa del pueblo está en la zona de Plaza España donde está el Ayuntamiento y donde justo conecta el puente de piedra, un lugar muy fotogénico para los aficionados de la fotografía.

Valderrobres (I)

 Valderrobres (II)

Desde Valderrobres cambiamos de provincia y entramos en Castellón para visitar Morella, su pueblo de interior más emblemático (el costero es Peñíscola).

En Morella nos pasó lo mismo que en Valderrobres, había muchísimos coches aparcados así que nosotros tuvimos que dejarlo antes de entrar al pueblo, en la zona del acueducto.

Entramos a Morella por su monumental puerta de San Miguel, junto a la entrada está la oficina de turismo donde nos dieron un mapa del pueblo. La visita es muy fácil, tomar la calle principal central donde se concentra la mayor parte de los comercios y restaurantes y girar al llegar a la plaza de Colon para subir a la parte alta donde ya nos topamos con una de las joyas de la ciudad: la Basílica Arcipestral de Santa María. Es muy bonita por fuera y por dentro no está mal.

Desde allí seguimos subiendo y enseguida llegamos al Convento de San Francisco, esta es la entrada también al Castillo. Comprando la entrada se visitan ambos lugares, del convento destaca el claustro y la sala De Profundis donde encontramos la pintura macabra de la Danza de la Muerte.

Dejando atrás el convento empezamos la subida hacía el castillo, el punto más famoso de Morella y cuya figura es visible casi desde cualquier punto del pueblo.

Panorámica de Morella visto desde la zona del acueducto

 Basílica Arcipestral de Santa María

 Castillo

Tras bajar del castillo continuamos nuestro viaje por el interior de Castellón, nuestra siguiente parada la hicimos en Sant Mateu, otro de los pueblos que recomendaban pero que a nosotros nos gustó poquito, llegamos a ver la Plaza Mayor y también la Iglesia Arciprestal donde destaca la torre octogonal pero nos fuimos enseguida.

Plaza Mayor de Sant Mateu

Antes de que anocheciera del todo nos desplazamos hasta el pueblo de La Jana donde hay un museo al aire libre donde se pueden ver unos cuantos ejemplares de olivos milenarios.

 Olivo milenario

Ya de noche nos metimos por tortuosas carreteras locales, yo creo que alguna de ellas ni siquiera llegaba al rango de carretera, con el objetivo de llegar hasta el Pantano de Ulldecona donde queríamos pasar la noche ya que la ruta de senderismo del día siguiente salía desde ahí.

Sábado, día 15
Nos despertamos junto al pantano y enseguida nos preparamos para hacer una ruta de senderismo hasta el Portell de Infern -Ver ruta en Senderioja-

Pantano de Ulldeter

 Zona del Portell del Infern

La idea para el resto del día era ir a visitar el Delta del Ebro pero la verdad es que nos sentíamos bastante cansados y preferimos tomarnos el día con más tranquilidad. En vez de subir hacia Tarragona al llegar a la costa paramos en Vinarós. Nos pareció que este es el típico destino playero sin demasiado encanto así que apenas visitamos nada, solo caminar a lo largo del paseo costero hasta encontrar un restaurante para comer. Luego nos tumbamos en una especie de esculturas que había en el propio paseo y rematamos la tarde con unos granizados. Definitivamente hoy nos tomamos el día con más calma.

 Descansando en el paseo marítimo de Vinarós

Tras hacer aprovisionamiento de comida para el resto de días nos fuimos hasta Peñíscola donde buscamos un camping. Elegimos uno que tenía buenas críticas en Internet aunque como era de esperar estaba lleno hasta la bandera.

Domingo, día 16
Por la mañana tocaba visitar Peñíscola. A pesar de ser un destino tradicionalmente playero veraniego me apetecía conocer este pueblo que además de por sus playas es famoso por tener un casco histórico muy cuidado donde destaca especialmente el Castillo del Papa Luna. El pueblo también es famoso porque aquí se han grabado unas cuantas escenas de la sexta temporada de la popular serie Juego de Tronos.

Con un poco de pericia conseguimos aparcar fuera de la zona azul la cual inunda gran parte del pueblo y ya nos pusimos a caminar. Primero estuvimos por la zona de la playa sur y luego ya entramos en la zona del pueblecito antiguo. En esta zona es un placer andar por sus bonitas calles y ver todos los edificios encalados de blanco. La zona de murallas también nos gustó mucho. El Castillo no tenía mala pinta pero otra vez por no dejar a Fidel fuera decidimos no entrar. Lo peor fue la cantidad de gente abarrotando cada rincón del pueblo...

 Peñíscola (I)

 Peñíscola (II)

Después de comer en un restaurante del centro cogimos la furgo y seguimos la costa hacia el sur para llegar hasta Benicassim. Aquí teníamos planteado hacer la vía verde entre este pueblo y Oropesa. Solo eran 5Km la ida así que decidimos hacerlo a pie; luego nos arrepentimos porque la verdad es que el trayecto nos resultó bastante monótono. Se ven un par de torres de vigilancia y hay un túnel artificial de casi un kilómetro al llegar a Oropesa.

Vía verde Benicassim - Oropesa
Lunes, día 17
El último día ya era de regreso hacia Logroño pero aprovechamos para vistar un par de lugares abandonados de esos donde tanto nos gusta colarnos y que nos pillaban más o menos de camino de vuelta. -Ver entrada-