sábado, 15 de octubre de 2016

Las Merindades (II)

La comarca burgalesa de las Merindades me encanta. Ya estuvimos hace un par de años haciendo una vista a esta zona pero como nos quedaron cosas sin ver hoy hemos vuelto a acabar aquella visita.

La ciudad de Frías ha sido el primer destino del día, este municipio cuenta con el honor de ser la ciudad más pequeña de España.

Aparcamos en el parking que hay detrás del castillo y nos dedicamos a ver esta bonita localidad, sus puntos más destacados son las casas colgantes, la Iglesia parroquial de San Vicente Mártir y San Sebastián y el Castillo. A este último no entramos ya que no podíamos entrar con Fidel, nos conformamos con verlo desde fuera.

Tras la visita al núcleo de Frías cogimos el coche para desplazarnos por los alrededores del pueblo, primero nos acercamos hasta el Ebro donde visitamos el puente Romano y luego hasta el Monasterio de Sta María del Vadillo con el objetivo de poder fotografiar el pueblo entero.

Casas colgantes (I)

Iglesia parroquial de San Vicente Mártir y San Sebastián

Puente medieval

Vista completa de Frías desde el sureste

Compramos unos bocadillos de tortilla de patata y nos adentramos en el Valle de Tobalina con intención de desplazarnos hasta Herrán. Desde Herrán se suele hacer la famosa ruta que recorre el Desfiladero del río Purón hasta el Parque Natural de Valderejo. -Consultar ruta en Senderioja-

Es una ruta agradable pero que no me pareció nada del otro mundo para lo famosa que es, sí que me gustó la Iglesia abandonada de Ribera. Además, también visitamos la zona del Pópilo, situado al sureste de Herrán, esta es una zona de antiguos eremitorios y necrópolis, nos pareció menos interesante que otros lugares que hemos visto de este mismo estilo.


Desfiladero del río Purón

Interior de la Iglesia de Ribera

Pópilo de Herrán

Todavía teníamos casi toda la tarde por delante así que seguimos carretera: siguiente parada en Pedrosa de Tobalina para ver una cascada del río Jerea. No bajaba con demasiada agua pero nos gustó el sitio, visitamos la cascada tanto de abajo como desde arriba.

Cascada de Pedrosa de Tobera

Tras echar un refrigerio en un garito junto a la cascada seguimos la carretera que va paralela al río Jerea para llegar hasta la Ermita de San Pantaleón de Losa. Este lugar destaca por la belleza de la construcción pero también por el original emplazamiento, justo en el final de una montaña que parece la proa de un barco.

Mediante un sencillo y agradable paseo de aproximadamente un kilómetro llegamos hasta la ermita, la encontramos cerrada pero nos llamó al atención la entrada la cual está flanqueada por dos curiosas figuras: un atlante que lleva un saco a la espalda y un rayo en zig-zag. La Ermita también es famosa por haber conservado una reliquia de San Pantaleón del que se dice que su sangre que se licuaba el día de su festividad, esto atraía a numerosos peregrinos y curiosos por ciertas leyendas relacionadas con el Santo Grial.

Montaña donde está la Ermita de San Pantaleón de Losa

Cubo de Rubik y Ermita de San Pantaleón de Losa al fondo

 Atlante en la entrada a la ermita