sábado, 25 de agosto de 2012

Valles de Pineta y Añisclo

Estos tres últimos días los he pasado junto a un amigo haciendo montaña y algo de turismo en la zona del Valle de Pineta y de Añisclo, dos de los cuatro valles que forman el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Nos hemos alojado en una pensión en la localidad de Bielsa, la puerta de entrada a Pineta.

Jueves, día 23
Salimos de Logroño bien temprano, a las 5,30h de la mañana; tras 3 horas y media largas de viaje acortadas gracias a la nueva carretera que une Sabiñanigo y Fiscal llegamos a Bielsa. Sin más dilación seguimos la carretera que lleva al fondo del Valle de Pineta para dejar allí el coche y empezar la ruta que nos tocaba para el primer día. El recorrido consistió en subir al Balcón de Pineta y luego seguir un poco más hasta llegar al Lago de Marboré. Las vistas desde el Balcón de Pineta tanto del valle como del Glaciar de la cara norte del Mone Perdido son el principal aliciente para subir hasta aquí. La ruta resultó bastante dura y nos llevó gran parte del día. En la bajada aprovechamos para acercarnos a ver las Cascadas del Cinca, lugar donde nace este importante afluente del Ebro. Estas aguas precisamente caen de la zona del Balcón de Pineta. Me sorprendió ver unas cascadas con tanta agua a pesar de que por aquí debe llevar sin llover desde hace unas semanas. En la ascensión nos acompañó Ramón, un simpático chico Catalán al que conocimos mientras subíamos. -Consultar ruta en Senderioja-


Glaicar de la cara norte del Monte Perdido

Valle de Pienta desde el Balcón

Cascadas del Cinca

Lago Marboré

Comimos bastante tarde en la zona de Pineta el avituallamiento que trajimos de casa y después regresamos a Bielsa donde nos dimos una merecida y necesaria ducha. La tarde ya solo nos cundió para dar un pequeño paseo por Bielsa, un pequeño pero bonito pueblo. Por la noche cenamos en la propia habitación y vimos el partido de Supercopa entre el Madrid y el Barsa.

Anochece en Bielsa

Viernes, día 24
El viernes tocaba hacer la ruta más relajada de las tres previstas. Nos acercamos al Cañón de Añisclo para hacer una ruta que nos llevaría hasta la zona de La Ripareta, una zona de pozas. La ruta completa llega hasta la Fontblanca pero era excesivo llegar hasta allí y nos conformamos con llegar a la Ripareta. El recorrido resultó un agradable paseo entre las paredes del cañón por un sendero que avanza a la sombra de bosques constantemente paralelo al río Bellós. -Consultar ruta en Senderioja-


Ermita de San Urbez

Pequeñas cascadas formadas por el rio Bellós


Sendero entre bosques

Sector de la Ripareta

La tarde la aprovechamos para visitar Ainsa, un bonito pueblo aunque muy visitado por los turistas y en el que principalmente destacan el Castillo y la Plaza Mayor. Me sorpendió mucho ver la poca cantidad de agua con la que baja el Cinca, un río que en esta zona tiene un cauce amplísimo y en el que en estas fechas apenas baja un hilillo de agua.


Castillo de Ainsa

Plaza Mayor de Ainsa


Después de la visita a la capital del Sobrarbe regresamos hacia Bielsa para ver unas antiguas instalaciones mineras situadas en la zona de Parzán; las habíamos visto anunciadas en un cartel señalizador el día anterior pero nos costó bastante encontrarlas. No está bien indciado el lugar. Finalmente resultaron no ser gran cosa, apenas queda nada en pie, tan solo alguna pared y algo de la vieja maquinaria que se usaba para transportar el mineral.

Viejas instalaciones mineras en el Alto Cinca

Por la noche yo aproveché para meter al cuerpo algo de comida caliente y cené en un agradable restaurante. de Bielsa. Después, echamos unos cacharros en una terrazita aprovechando que hacía buena noche y ya para casa a dormir.

Sábado, día 25
Para el último día tenía preparada una ruta de montaña que nos llevaría desde Pineta hasta el Pico Sobrestiva tras pasar por los Llanos de La Larri y la zona ganadera de la Estiva. -Consultar ruta en Senderioja-


Cascadas de La Larri

Ermita de Pineta


Llanos de La Larri

Zona de La Estiva

Tras el recorrido regresamos a Logroño, pero antes paramos a comer en La Fortunada. Allí aproveché para echar unas fotos a una curiosa central hidroeléctrica.


Central hidroeléctrica de La Fortunada

Piezas de la central al aire libre