domingo, 31 de mayo de 2009

Berlín: la ciudad dividida

Ya he regresado de mis últimas vacaciones. Me fuí una semana con un amigo de la cuadrilla a Berlín, la flamante capital alemana.
He vuelto muy contento; me ha parecido una ciudad increíble, no es una capital como París, Madrid o Londres, llenas de edificios históricos y de monumentos para ser visitados; Berlín es mucho más que eso, cierto es que es una ciudad con poca historia y con poco legado histórico (la 2ª guerra mundial terminó de machacar lo que quedaba), pero sí que es una ciudad con mucha personalidad y que representa perfectamente lo que ha sido el siglo XX para Europa.
Berlín tuvo que reconstruirse completamente tras quedar devastada por los bombardeos aliados y tuvo que sufrir otra importante reconversión cuando cayó el muro de Berlín en 1989.
Los contrastes entre barrios ultramodernos y barrios underground son increíbles, la diferencia entre Berlín este y oeste todavía hoy es patente.

Berlín este estuvo durante cerca de 45 años bajo control soviético y esto todavía es palpable, a pesar de que el muro de Berlín cayó hace ya 20 años. Los barrios son más oscuros, con callejuelas, con viejos edificios de estilo monolítico y con viejas fábricas todavía en funcionamiento incluso dentro de la ciudad. Aquí el paro ronda el 20%.
Berlín oeste está mucho más avanzada, la influencia de occidente es muy palpable, pasear por sus calles es más parecido a estar en cualquier ciudad del oeste de Europa. El paro aquí es muy bajo, apenas el 5%.

El viaje nos ha salido muy barato (compañía de bajo coste easy jet + alojamiento en hostel = 250€). Allí tampoco hemos tenido muchos gastos, aunque los sueldos sí que son sensiblemente más altos que en España, el precio de los artículos de consumo no lo es tanto.
Para comer nos apañamos con bocadillos de embutido que comprábamos en charcuterías, pizzas, o las famosas currywurst, prácticamente el único plato típico alemán que probamos, son salchicas con salsa y curry.

Con el idioma no nos ha ido mal, prácticamente todo el mundo habla inglés; además te entiendes bien con ellos ya que como tampoco es su idioma nativo pues pronuncian parecido a nosotros.

Para los desplazamiento usamos las líneas de S-ban (metro de superficie) y de U-ban (metro clásico subterraneo). En un principio el S-ban resulta más lioso pero a nosotros nso resultó muy cómodo ya que nos llevaba directamente desde nuestro barrio al centro en unas 5 o 6 paradas.

Domingo, día 24
Aunque el vuelo partía el Lunes desde Barajas, nos desplazamos hasta Madrid en autobús un día antes. Nos alojamos en casa de la prima de Carmelo que gustosamente nos acompañó esa tarde a visitar el centro de Madrid y nos ofrecio una habitación de su piso.

Lunes, día 25
Llegamos a Schonefeld (uno de los tres aeropuertos de Berlín y que en el futuro probablemente sea el único) a la hora de comer. De allí mismo se coje la línea S-9 del S-ban, el metro de superficie que nos lleva directamente a nuestro destino, el barrio de Friederitchshain, donde se encuentra nuestro alojamiento, el hostel backpacker´s Berlin. Nada más bajarnos del S-ban nos dimos cuenta de que estabamos alojados en un barrio muy alternativo, lleno de graffitis, bares, y mochileros. Aquí la proporción de gente joven respecto a adultos es aplastante (en el resto también). Se notaba cláramente que estábamos en Berlín este.

Nos costó un poco encontrar el hostel, bajamos sin mapa del S-ban y la verdad es que estuvimos un poco desorientados durante un rato.
Al final llegamos con un poco de retraso al Backpacker´s Berlin. Este hostel se rige por las mismas reglas que el resto de hostels: baño compartido, sin cambio de sábanas ni de toallas, desayuno no incluído salvo leche, café, té, cereales y restos de comida compartida por otros mochileros.

Esa misma tarde nos desplazamos en U-ban para ver la Kaiser Wilhelm Gedatchnirskirche, una antigua iglesia que fué bombardeada en la 2ª guerra mundial y que a propósito se dejó medio en ruinas en el centro de la ciudad. A su lado se construyó una moderna torre que contrasta enormemente con la vieja iglesia.

Vidrieras azules en el interior del edificio nuevo de la iglesia

Nos dimos un paseo por Tiergarten, uno de los pulmones de la ciudad, un parque gigante en medio de la ciudad en cuyo centro se encuentra la famosa Columna de la Victoria o Siegessaule; una estatua de 70 metros, eregida para elogiar las antiguas victorias prusianas.
Dentro del Tiergarten también nos detuvimos a ver el Memorial Soviético, una serie de estatuas dedicadas a el ejercito rojo que liberó Berlín. La entrada al memorial está flanqueda por los dos tanque sovíeticos que entraron primero a la ciudad en el año 1945.

Memorial sovéticoSiegessaule

Antes de salirnos del parque nos desplazamos un poco hacia el norte para ver el Reichstag, o parlamento alemán; este edificio también fue destruído por los bombardeos aliados. Ahora es un símbolo de la ciudad. Teníamos intención de subir a la moderna cúpula diseñada por Norman Foster para ver las vistas de la ciudad, pero al ser de entrada libre la fila de gente era acojonate, decidimos dejarlo para otro día.


Reichstag

Pasamos junto a la puerta de Brademburgo para llegar al Monumento al Holocausto, 2711 estelas de hormigón colocadas al aire libre en el año 2005.
De ahí nos acercamos a ver las Potsdamer Platz, uno de los lugares por donde pasaba el muro, el cual al caer en dejó un enorme solar en medio de la ciudad. Hace poco fue restaurado y se construyeron dos manzanas de enormes edificios ultramodernos, a un lado el Sony Center y al otro el Daimler-Crysler Quarter.

Memorial judíoCristal, acero y hormigón en la Potsdamer platz

Martes, día 26
Nuestra intención esta mañana era recorrer la Unter den Linden (debajo de los tilos), una de las calles emblemáticas de la ciudad. En uno de los extremos de esta calle se encuentra la Puerta de Bramdemburgo, otro de los símbolos de la ciudad. Hasta hace 20 años este era otro paso del muro de Berlín.


Bramderburger Tor

A ambos lados de Unter den Linden vamos viendo importantes edificios, el Hotel Adlon, la Universidad de Humboldt (donde estudió Einstein), la Bebelplatz (donde los nazis quemaron 20.000 libros escritos por judios o antifascistas) o la Neue Wache (dentro está la escultura Madre con niño muerto de Kathe Kollwitz).
La calle acaba en el puente dle Castillo que ya conecta con la Isla de los Museos. Esto lo dejamos para otro día.
Giramos al sur para entrar al gratuito Schinkelmuseum, un museo situado dentro de una bonita iglesia de estilo neogótico y dedicado al arquitecto berlinés Karl Friederich Schinkel.


Interior del Schinkelmuseum

En esta zona también entramos a ver la Catedral Católica de Santa Eduvigis, sorprende sobretodo ver su enorme cúpula redonda.
Nuestra sigueinte parada: la Gendarmenmarkt, dicen que una de las plazas más bonitas de la ciudad. La plaza tiene tres edificios importantes, en el centro el auditorium y a los lados dos iglesias idénticas, la iglesia protestante francesa y la protestante alemana.


Iglesia reformada francesa

En esta plaza entramos a una tienda de appelman, el simpático muñequito que se hizo famoso por aparecer en los antiguos semáforos de la RDA, ahora en muchos semáforos también lo han puesto.


Appelmann

Visitamos el Checkpoint Charlie, el único paso del muro para extranjeros y turistas en la ciudad. Ahora la gente acude aquí a echarse la típica foto junto la antiguo paso fronterizo. Junto a él hay un museo sobre el muro que no nos dimos cuenta de visitar lo cual me dolió especialmente.


Panorámica del Checkpoint charlieTravis, el seiscientos de la RDA

Comimos en un subway, una cadena de bocaterías en la que tuvimos un pequeño incidente y en la que juramos no volver a entrar en la vida y ya por la tarde nos desplazamos a Kreuzberg, un barrio multicultural con una importantísima comunidad de judíos y situado justo al sur del centro o mitte.
Estuvimos en la llamada "Topografía del Terror", un centro de documentanción sobre el sistema nazi y que próximamente se convertirá en un importante museo. Junto a él queda uno de los trozos en pie más extensos del muro de Berlín.
También entramos al museo judío, el cual no recomiendo visitar, me resultó bastante aburrido e increíblemente extenso.
Salimos de Kreuzberg por el puente de Oberbambrucke, uno de los más bonitos de la ciudad, el cual nos lleva directamente a la East Side Gallery, cerca de 1 kilómetro y medio del antiguo muro de Berlín que ha sido pintado por diversos artistas europeos. Nosotros también hicimos nuestras pequeñas aportaciones, je je.


Tramo de la East Side Gallery

Tras recorrer la East Side Gallery de lado a lado nos acercamos a la Karl Max Alle, una avenida gigantesca de Berlín este con enormes edificios de estilo soviético a ambos lados.


Avenida Karl Marx

Al anochecer nos dimos una vuelta por las inmediaciones de la Alexanderplatz. Otro de los puntos calientes de la ciudad y antiguo centro del ya extinto Berlín este.
En la Alexanderplatz (llamada Alex por los Berlineses) se encuentra el Weltzeithur, el reloj que anuncia la hora en multitud de rincones del mundo. También vimos el Rotes Rathaus, el ayuntamiento rojo (llamado así por el color de sus ladrillos), la fuente de Neptuno y la iglesia de Marienkirche. Pero sobretodo esto lo que más destaca en la Alexanderplatz es la Torre de televisón o Fersenthurm, una torre de telecomunicaciones de 368 metros de altura que fue construída por las autoridades de la RDA como símbolo de poder y para que fuera vista por todo la gente que vivía en Berlín oeste. Actualmente es la segunda torre más alta de Europa (tras la torre Ostankino de Moscú) y la decimoséptima del mundo.


Ayuntamiento rojoTorre de telecomunicaciones

Miércoles, día 27
Este día madrugamos para poder subir a la cúpula del Reichstag, a cualquier otra hora las filas de gente eran gigantescas.
Tras esto, a las 11 empezaba nuestra visita guiada a Sachsenhausen, un campo de concentración nazi situado en Oranienburg, un pueblo al norte de Berlín.
Para llegar a Sachsenhausen hay que coger la línea de S-1 dirección Oranienburg, en 40 minutos se llega al pueblo. Luego hay unos 2,5Km de distancia a pie o en autobús hasta el campo de concentración.
La entrada al campo es gratuita aunque nosotros pagamos 14€ por la visita guiada en español. A mi me gustó la visita con guía, pero creo que con los cascos de audioguía (que únicamente cuestan 3€) se puede visitar el campo perfectamente.
Aunque Sachsenhausen no era un campo de exterminio (los nazis no colocaban campos de exterminio dentro de sus fronteras, la mayoría los tenían en Polonia o Austria, con la intención de que no se les relacionara con este tipo de matanzas) impresiona bastante. Sachsenhausen era un campo de trabajo. Aquí los nazis trajeron gitanos, judíos, antifascistas, homosexuales que podían ser útiles para trabajar en las cercanas fábricas. A pesar de esto, las tropas SS eliminaron a miles de personas.
Sachsenhausen es un gigantesco campo de concentración (uno de los principales de la Alemania nazi) y en él se pueden visitar barracones de los presos, torretas de vigilancia, los laboratorios de experimentación genética, las cámaras de gas, el mortuorio...

Arbeit macht frei: el trabajo os hará libresInterior de Sachsenhausen. Memorial al fondo.

Por la tarde estuvimos viendo la zona de Nikolaiviertel o San Nicolás. En esta zona nació la ciudad hace unos 800 años.
Estuvimos viendo la Klosterkirche, una iglesia que se ha conservado tras los bombardeos de la 2ª guerra mundial. También vimos la Nikolaikirche, cerrada por obras. Dimos una vuelta por los jardines de la plaza Marx-Engels. Vimos el Museo de la DDR (ó RDA), aunque no llegamos a entrar. También dimos una vuelta por la zona de canales del río Spree. Acabamos nuestro recorrido en el Museo de la marca (al que tampoco entramos). Fuera de este museo está el grupo de tres osos que simbolizan la ciudad de Berlín; nosotros nos los llegamos a ver porque estaban encerrados tras unos barrotes.   

Jueves, día 28
Por la mañana teníamos previsto visitar el norte del Mitte, el barrio central.
En la calle Oranienburguer Strasse se encuentra Tacheles, un antiguo barrio judío que ahora se ha convertido en un complejo cultural alternativo.
Entramos a un edificio lleno de graffitis donde los artistas callejeros presentan sus diferentes obras, ya sean escultóricas, pinturas, fotografías... También dimos una vuelta por el patio de detrás del edificio. Tacheles es un lugar muy curioso, de lo más soprendente de la ciudad.

Entrada a TachelesPasillo
Escultura de un Alien en el patioFachada del viejo almacen

En la misma calle está situada la Nueva Sinagoga que destaca por sus enormes cúpulas doradas.
Muy cercano está el viejo cementerio judío, al que los hombres deben entrar con un gorro que les cubra el pelo por respeto a la cultura judía.
También dimos una vuelta por el Hackesche hoffe, uan zona comercial con detalles modernistas muy animada y con patios que se interconectan entre unos y otros.
Vimos que por esta zona no había mucho más que ver y ya decidimos entrar a la Isla de los Museos, un islote de tierra situado entre los canales del río Spree lleno de museos y que ha sido declarado por la Unesco como Patrominio de la Humanidad en 1999. Concretamente dentro de la isla además de la catedral de Berlín, existen cinco importantes museos:
-Bode museum (colecciones de arte del Oriente cristiano, renacimiento y gótico italiano...)
-Altes museum (piezas de la antigua Grecia, del Imperio Romano y de Egipto)
-Alte Nationalgallery (pinturas y esculturas del S. XIX)
-Neues museum (Cerrado por obras, se abre este año)
-Pergamon museum (Antiguedades clásicas, museo de Oriente próximo y arte islámico).
Habíamos reservado esta visita para el jueves porque habíamos leído que este día muchos de ellos son gratuitos. (Todos a partir de las 6 de la tarde menos el Pergamon museum).
La mayoría de ellos me parecieron bastante aburridos, destacaría las grandes obras del Pergamon Museum (el altar de Pergamo o la puerta de Isthar), algunos cuadros impresionistas de Cézanne, Renoir o Monet en la Alte Nationalgallery y el busto de Nefertiti en el Altes Museum.

Altar de PérgamoBusto de Nefertiti

Esta tarde también entramos a visitar la Catedral de Berlín o Berliner Dom (previo pago de 7 euros). En la visita se puede subir por unas escaleras que llevan a la cúpula de la catedral y dar una vuelta alrededor de ella.

Exterior de la CatedralInterior de la Catedra

Justo antes del anochecer subimos a la torre de telecomunicaciones. Cuesta 10€ coger el ascensor que sube a una velocidad increíble hasta los 203 metros de la esfera (la única zona visitable de la torre). Sólo están abiertas dos plantas: la planta del mirador y la del restaurante giratorio. Tras estar observando el anochecer desde el mirador, nos subimos al restaurante a tomarnos una cerveza y una coca-cola mientras la plataforma nos iba dando una vuelta de 360º alrededor de la esfera.


Increíbles vistas de la ciudad desde la torre de teleconicaciones

Viernes, día 29
Por la mañana nos acercamos en metro hasta Prenzlauer Berg, otro barrio que nos quedaba de ver en el norte de Berlín este.
A mi este barrio no me gustó, en la guía que compré recomendaban visitarlo pero la verdad es que apenas vimos nada interesante en él.

Vimos por fuera la Gethsemanekirche, el Kulturbrauerei (una antigua fábrica de cerveza que actualmente funciona como centro cultural), la Torre del agua (decepcionante) y la Kollwitzplatz (unos jardines muy normalitos).


Kulturbrauerei

Como en la práctica totalidad de los días estuvimos en Berlín decidimos dedicar la tarde del jueves a visitar barrios de Berlín oeste. Estuvimos viendo el Olimpia Stadium (donde se celebraron las olimpiadas de Berlín 1936). NO pudimso entrar porque al día siguiente había final de copa entre el Bayern Leverkusen y el Werder Brehmen. También vimos la Torre de radio, una especie de pequeña torre eiffiel (aproximadamente de la mitad de altura).
A última hora nos acercamos a ver los Jardines y el Palacio de Charlottenburg. No entramos dentro y la verdad es que desde el exterior tampoco nos gustó demasiado.


Palacio de CharlottenburgEntrada al Olimpia Stadium

Por la noche salimos a dar una vuelta por el barrio donde está nuestro hostel, un barrio muy animado y con mucha gente echando cervezas. Nuestra intención era salir hasta las tantas y conocer la noche berlinesa, pero hacía bastante frío y estábamos bastante cansados; así pues la noche no dió para mucho. Fué una pena porque queríamos habernos acercado a unas discotecas autogestionadas y montadas sobre viejas fábricas de nuestro barrio.

Sábado, día 30
Nuestro último día en Berlín aprovechamos para dormir más de la cuenta, nos levantamos tarde y la verdad es que fue un error porque más tarde decidimos ir a Postdam, y allí nos faltó tiempo para ver la ciudad en condiciones. Si váis a Berlín, reservad mínimo un día entero para ver Potsdam, es uan visita totalmente obligada.

Postdam es una ciudad cercana a Berlín, capital del estado de Brandeburgo, famosa por haber sido la residencia oficila de los reyes prusianos, también es famosa por las llamadas "Conferencias de Postdam" en la que las potencias aliadas decidieron el futuro de Europa y de Alemania tras el fin de la 2ª guerra mundial.
Pensamos que se podría visitar rápido, pero para nada; Postdam es una ciudad tan grande como Logroño y tiene infinidad de monumentos y lugares para visitar, en ese sentido es diferente a Berlín.
Llegamos a la hora de comer tras 40 minutos en la línea S1 dirección sur. Tras la avalancha de cosas para visitar decidimos conformarnos con dar una vuelta rápida por el Casco Histórico y ver a fondo el Parque Sanssouci.
En el Casco histórico destacan la Nikolaikirche, el Viejo ayuntamiento, la Iglesia de San Pedro y San Pablo, la Branderburger Strasse, el bonito Barrio holandes con sus curiosas casas rojizas y la Puerta de Brandemburgo (parecida a la de Berlín pero más pequeña). Ésta última es el paso de entrada hacia el parque Sanssouci.

Branderburger Strasse, calle principal de PotsdamEl coqueto barrio holandés

El parque Sanssouci mandó ser construído por Federico el Grande en 1744 para vivir sans souci (literalmente, sin preocupaciones) y es un parque gigantesco con infinidad de edificios y rincones para ver.
Entramos por la puerta este y nada más entrar a la izquierda vimos la Friedenskirche, una iglesia -monasterio preciosa, tras un largo paseo entre árboles llegamos a la zona central donde vimos el Scholss Sanssouci, (palacio relativamente modesto).
A partir de este punto empezó a diluviar, y digo diluviar porque aquello no era llover, pocas veces en mi vida he visto una tormenta tan fuerte. La lluvia nos desvirtuó la visita porque ya tuvimos que ver todo de malas maneras y a pesar de ir con impermeable y capuchas, echos una sopa.
Avanzando hacia el oeste del Scholss Sanssouci vimos el Molino histórico, el Palacio Orangerie (para invitados reales extranjeros), el Jardín botánico (que estaba cerrado) y finalmente la joya del parque: el Neues Palais (palacio nuevo).
Tras ver el Palacio nuevo ya dijimos basta, la lluvia no tenía pinta de parar y decidimos coger un autobús que nos llevara hasta la parada de metro para regresar a Berlín. Nos faltaron de ver bastantes cosas, entre ellas, unas ruinas normandas situadas al norte del parque Sanssouci y el puente Glienicke, donde se hacía el intercambio de espías durante la guerra fría.

Palacio OrangerieNeues Palais

A Berlín llegamos más tarde de lo previsto y las compras que queríamos haber echo esta tarde tampoco se puedieron hacer, las tiendas ya estaban cerradas. Nos quedamos sin "souvenirs berlines".
Esta noche intentamos meternos pronto a la cama porque al día siguiente debíamos levantarnos a las 4,30h de la mañana para coger el vuelo de regreso a Madrid.